Friday 5 de December, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 31-08-2025 09:26

Luis Achucarro el chef diplomático

El Chef Diplomático, Luis Achucarro Pedrozo, revela cómo la gastronomía puede convertirse en un lenguaje de entendimiento entre pueblos.

Luis Achucarro Pedrozo, conocido como el Chef Diplomático, ha dedicado su carrera a tender puentes entre culturas a través de la gastronomía. Con una trayectoria que lo llevó a cocinar en múltiples embajadas, su cocina se ha convertido en un lenguaje de diálogo, tradición y creatividad. En esta entrevista comparte su visión sobre el rol de la gastronomía en la diplomacia cultural, las anécdotas que marcaron su camino y la filosofía que lo inspira.

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Cocinar para embajadas implica traducir una cultura en un plato. ¿Cómo encontrás el equilibrio entre la tradición local y los gustos internacionales de tus comensales?

Cocinar en una embajada es como tender un puente entre culturas. Siempre parto de la tradición, porque es la raíz que le da identidad a un plato. Pero al mismo tiempo pienso en la mesa como un espacio de diálogo: adapto texturas, técnicas o presentaciones para que el comensal extranjero se sienta cómodo, sin perder la esencia de lo paraguayo. Para mí el equilibrio está en respetar el origen y abrirlo al mundo.

¿Recordás un menú que haya sido un verdadero “gesto diplomático” y que marcó un antes y un después en tu carrera?

Sí, fue un menú que preparé para una recepción oficial en la Embajada de Portugal. Logré unir sabores paraguayos con técnicas portuguesas, creando un diálogo gastronómico entre ambas culturas. Ese menú no solo fue aplaudido por los invitados, sino que me hizo ver que mi cocina podía ser un vehículo diplomático en sí mismo. Ahí entendí que cada plato es una declaración cultural.

Entre protocolo y creatividad, ¿qué lugar ocupa la improvisación en tu cocina?

La improvisación ocupa un lugar clave, porque los banquetes diplomáticos tienen protocolos estrictos, pero siempre aparece un detalle inesperado: un cambio de último momento en la cantidad de invitados, un ingrediente que falta o una preferencia especial de un comensal. Ahí la creatividad me permite resolver sin que se note el contratiempo. En mi cocina la improvisación es la aliada invisible del protocolo.

¿Cuál es la anécdota más inesperada que viviste en un banquete oficial o una recepción diplomática?

Una vez, en medio de un evento, un embajador quiso entrar a la cocina para felicitar personalmente al equipo. No es algo habitual en esos contextos tan formales. Rompió el protocolo, pero fue un gesto que nos emocionó, porque puso en evidencia que la cocina también construye vínculos humanos más allá de la etiqueta.

En tu mesa conviven embajadores, artistas y empresarios: ¿cómo diseñás un catering que hable el mismo idioma a públicos tan distintos?

Diseño cada catering como si fuera un relato. Pienso en platos que tengan raíces reconocibles, pero que sorprendan en la forma de presentarse. La clave es generar puntos de encuentro: un artista valora lo creativo, un empresario lo práctico y un embajador lo simbólico. Cuando un menú logra integrar esos tres lenguajes, todos sienten que están compartiendo algo en común.

Si tuvieras que definir tu filosofía gastronómica en una palabra, ¿cuál sería y por qué?

“Puente”. Porque mi cocina busca unir: países, tradiciones, lenguajes y personas. Cada plato es un puente que conecta historias distintas, y ese es el verdadero sentido de la gastronomía diplomática.

Con cada plato, Luis Achucarro Pedrozo demuestra que la cocina es mucho más que sabor: es identidad, es diálogo y es un puente hacia el entendimiento entre pueblos. Su filosofía de vida y de trabajo lo consolida como un verdadero Chef Diplomático, capaz de transformar un banquete en un acto cultural de unión.

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