En su proceso creativo, Mariana transfiere al plano gráfico los elementos naturales y artificiales que la inquietan y asombran Fusiona materiales y gestualidad,creando una experiencia, una acción que trasciende al soporte y al resultado final. Le otorga especial importancia a todo el proceso El papel, la carbonilla y las manchas de pintura se combinan en una coreografía sobre el suelo de su taller. Da lugar a lo azaroso, a veces una mancha, una arruga , un error o rotura en el papel, quedan como huellas de ese momento, como rastros de humanidad.
El concepto de “artífice” es central en su trabajo. Explora el lenguaje pictórico y el dibujo, fusionando expresionismo y abstracción. Sus creaciones son sensoriales y afectivas, capturando momentos que han pasado por sus sentidos y pensamientos. Fotografía sus objetos de interés para registrar instantes, rastros que permanecen en su visión única.
Pero, ¿qué busca transmitir Mariana? Un amigo lo expresó de manera conmovedora: “Mariana no pinta cuadros. Mariana hace espejos para verse el alma”. En sus obras, deja espacio para que el espectador complete la experiencia, encontrando formas y significados propios.
Mirando hacia el futuro, Gonzalez retoma su serie “Paisajes de la reconstrucción”. La pandemia la llevó a una exhibición virtual en la galería Nodo 940, pero ahora busca un espacio físico donde los espectadores puedan “habitar” su propuesta. En esta serie conviven espacios naturales y artificios humanos, vestigios de estructuras oxidadas que se integran en paisajes internos, propios. Así, coloca en escena al misterio,al silencio,a lo perturbador, a lo contradictorio.
Además de su trabajo artístico, Mariana comparte su experiencia a través de la docencia, brindando talleres en instituciones y en su propio espacio en Sierras Chicas. Su proyecto es dinámico y en constante movimiento, como las emociones que sus obras despiertan en quienes las contemplan.
FOTOS: Dante Montich y Hernán Cappa
Datos de contacto:
IG @artefacto.cultural
por CEDOC
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