¿Para qué hacer un balance?
¿Es una costumbre heredada, un ritual más de la temporada, o una herramienta poderosa para comprendernos mejor? ¿Qué nos lleva a ese instante donde decidimos detenernos y examinar lo que fuimos, lo que hicimos, lo que dejamos pendiente?
Hacer un balance del año es algo que muchos consideran necesario. Ahora bien ¿ese balance nos está acercando a nuestra esencia, a nuestra visión, a aquello que anhelamos construir? ¿O simplemente es una lista interminable de logros y fracasos, un desfile de "deberías" que terminan pesando más que inspirando?
¿Qué preguntas estamos realmente haciéndonos?
Cuando nos sentamos a escribir, revisar, o incluso pensar en lo que ha pasado, ¿qué buscamos? ¿Nos detenemos sólo en los números y los resultados? ¿O exploramos las emociones, las transformaciones internas, los momentos en que crecimos, aunque no haya quedado registrado en ningún trofeo?
¿Es posible que algunos balances se conviertan en trampas, espejos distorsionados que sólo reflejan lo que creemos que deberíamos haber sido? ¿Qué tan honestos somos en este proceso? ¿Nos atrevemos a reconocer los días en que nos sentamos en silencio y simplemente respiramos, sin más "productividad" que esa conexión íntima con el presente?
Y si la intención es crecer, evolucionar, avanzar, ¿cómo definimos ese avance? ¿Es lineal? ¿Es acumulativo? ¿Es tangible? ¿O quizás es mucho más sutil y, a veces, invisible?
Al mirar hacia atrás, ¿Qué lugar ocupa el deseo en este ejercicio? Inevitablemente nos encontramos con nuestras metas, esas que tal vez escribimos en enero con entusiasmo y que, al llegar diciembre, nos parecen lejanas, o incluso irreconocibles. Sin embargo ¿qué tanto de esas metas respondían a nuestro deseo más auténtico y profundo?
¿Y si el verdadero balance no está en los cumplimientos sino en la reconexión? ¿En recordar quiénes somos, qué queremos, qué nos mueve realmente? ¿Cómo saber si estamos alineados con eso que deseamos, y no con las expectativas de otros o con el ruido del mundo?
Hacer un balance puede ser un acto de reconciliación, un espacio para dialogar con nuestras contradicciones, con lo que soñamos y lo que hicimos. Pero también puede ser una oportunidad para preguntarnos ¿qué he aprendido de mis deseos?
¿Y… cómo evitar que el balance nos frustre?
¡Esa sensación de urgencia! El tiempo. "El año se acaba", nos decimos, y con ello parece que se acabaran las oportunidades, los intentos, las posibilidades de "hacerlo mejor".
¿Y si, al hacer balance, no buscamos medir lo que falta, sino lo que fue? ¿Qué ocurriría si dejamos de mirar la vida en el tiempo y en nuestro tiempo, como un recurso limitado y empezamos a verlo como un viaje continuo, una construcción que no tiene fin anual?
La frustración, quizás, no viene del balance en sí, sino de la forma en que lo enfrentamos. ¿Qué tanto espacio damos a la autocompasión, a la gratitud, al reconocimiento de que cada paso cuenta, incluso los que parecen pequeños o torpes?
¿Y si este diciembre, en lugar de preguntarnos cuánto logramos, nos preguntamos cuánto vivimos? ¿Cuánto nos permitimos ser?
Un balance diferente para una vida diferente
El balance, al final, no es una lista. No es una comparación. No es una sentencia. Es una invitación a mirarnos con profundidad, a escuchar nuestras preguntas, nuestras dudas, nuestras certezas aún inexploradas.
¿Estamos dispuestos a hacer ese ejercicio desde la honestidad, desde la vulnerabilidad, desde el coraje que implica reconocer que no todo se puede medir, pero todo puede transformarnos?
Si estás en ese punto donde las preguntas inquietan más que las respuestas, donde el balance se siente más como una búsqueda que como una conclusión, quizás sea el momento de hacerlo diferente. Porque no se trata de cerrar ciclos, sino de abrir espacios. No se trata de juzgar, sino de entender.
Como Coach, acompaño a personas que están listas para redefinir la manera en que se miran y miran su mundo. Personas que saben que las respuestas fáciles no son suficientes, pero que también saben que hay un poder inmenso en las preguntas correctas.
Si este diciembre estás buscando un balance que te acerque a tu esencia, que te inspire, que te eleve en lugar de detenerte, tal vez sea el momento de dar un paso más allá. Porque crecer no es un destino, es un arte.
Te invito a dar ese paso conmigo.
Instagram: Ceciliapozzo.coach
por CEDOC
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