En la era digital, los adolescentes están constantemente conectados, lo que ha dado lugar a una nueva crisis: la adicción a las pantallas. El uso excesivo de celulares, tablets y computadoras afecta negativamente la salud física y mental, contribuyendo a la depresión y ansiedad, alterando patrones de sueño, relaciones sociales y rendimiento académico. Los adolescentes pasan en promedio de 7 a 9 horas al día frente a las pantallas, revisan el teléfono cada 7 minutos, y el 75% regresaría a casa para recuperar su dispositivo si lo olvidara.
¿Qué son las tecnoadicciones?
Las tecnoadicciones son adicciones comportamentales e implican un uso excesivo y compulsivo de tecnología que interfiere con la vida diaria y el bienestar emocional. Se manifiestan en términos como:
- FOMO (Fear of Missing Out): Miedo a perderse algo en línea, llevando a una revisión constante de dispositivos.
- Nomofobia: Miedo irracional a no tener el teléfono móvil a mano, con síntomas como ansiedad.
- Gaming Disorder: Adicción al uso excesivo de videojuegos, reconocida por la OMS.
- Adicción a juegos de apuestas online: Impulsada por la accesibilidad de casinos y aplicaciones móviles.
Algoritmos Maquiavélicos y Dopamina
Las plataformas digitales usan algoritmos avanzados para mantenernos enganchados con contenido personalizado, liberando dopamina con cada interacción, creando un ciclo adictivo similar al de las sustancias. Aplicaciones como Instagram, TikTok, Facebook y Snapchat son especialmente adictivas debido a su diseño atractivo y la interacción constante. Los videojuegos y aplicaciones de mensajería como WhatsApp también fomentan dependencia emocional y gratificación instantánea.
Pantallas, adrenalina y cortisol
La omnipresencia de los dispositivos en cada actividad y en todo momento, genera dependencia psicológica y un estado de alerta constante, elevando la producción de adrenalina y cortisol, hormona del estrés. Con el tiempo esto provoca cuadros de ansiedad generalizada y ataques de pánico al mantener el sistema nervioso en tensión continua, dificultando el descanso y la relajación.
Fobia Social y Depresión
Las redes sociales crean una falsa sensación de conexión, impulsada por la búsqueda de aprobación y la presión de grupo. Esta "socialización virtual" puede enmascarar comportamientos evitativos relacionados con la ansiedad y la fobia social, dificultando el desarrollo de habilidades interpersonales y fomentando el aislamiento. La desconexión de las interacciones reales puede ocultar y profundizar problemas de depresión e ideación autolesiva.
¿Mi Hij@ Adolescente tiene adicción a las pantallas?
- Irritabilidad y mal humor al desconectarse.
- Patrón ansioso e hiperalerta por estar pendiente de la pantalla.
- Depresión y desinterés en actividades fuera de la pantalla.
- Alteración del sueño por la luz azul, causando insomnio y somnolencia diurna.
- Fobia social e aislamiento, prefiriendo la interacción online.
- Problemas académicos y desconcentración
- Dependencia emocional y malestar sin acceso inmediato a dispositivos.
- Problemas físicos como fatiga visual, dolores de cabeza y problemas posturales.
¿Qué hacer si mi hij@ sufre de esto?
La adicción a las pantallas puede ser una señal de problemas más profundos como ansiedad o depresión. Para mitigar estos problemas, es fundamental establecer límites claros para el uso de dispositivos y crear espacios sin tecnología en el hogar. En lugar de castigar quitando dispositivos, es más efectivo hablar abiertamente sobre las dificultades y fomentar la interacción familiar. Si los signos de adicción persisten, es crucial consultar a un profesional de salud mental para abordar adecuadamente las causas subyacentes y recibir apoyo a tiempo.
Dra. Romina Abiad
Médica Psiquiatra Infantojuvenil
Instagram: @doc.romi
www.docromi.com
por CEDOC
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