Valeria, ¿cuál es el rol de una cuidadora o un cuidador?
Las cuidadoras o cuidadores pueden ser informales o formales. Los primeros pueden ser un familiar o alguna persona del entorno del paciente; los segundos están formados y reciben remuneración por su quehacer. Se sugiere, siempre que sea posible, que sean personas especializadas, no familiares, quienes estén a cargo del cuidado de los pacientes.
El cuidado puede ser requerido por diversas razones. Por un lado se ha producido un progresivo aumento de las enfermedades crónicas complejas y una disminución de las enfermedades transmisibles. Luego existe un aumento de la proyección de vida, con el consecuente incremento de la población envejecida. Esta reside y residirá en países de ingresos medianos y bajos como la Argentina. Personas de cualquier grupo etario pueden necesitar cuidados por discapacidad o situaciones de semi-dependencia o dependencia por diferentes causas como las que mencioné.
Anteriormente la mujer se quedaba en su casa al cuidado de quien lo requiriera; hoy mayormente trabaja fuera de su hogar. La cuestión de género también impacta en el cuidado: son las mujeres las que generalmente se ocupan del cuidado informal, las crianzas, el cuidado de familiares con discapacidad, personas mayores u otros.
Los cuidadores son fundamentales en la atención de los pacientes, responsables de su salud, la adecuada ingesta de alimentos, de la medicación y seguimiento, higiene, aspectos emocionales, estabilidad cognitiva, entre otros aspectos, con el asesoramiento de un profesional especializado y el debido acompañamiento familiar. Su rol es sustancial para la vida y salud de nuestros pacientes cumpliendo a veces cargas horarias extensas.
Es una gran responsabilidad que debe conllevar estrés, así como deben tener su necesidad de cuidado también.
Sí, así es. Cuidar a quienes cuidan es una responsabilidad compartida entre las familias y los profesionales tratantes. Las familias delegan el cuidado de la salud, la seguridad, higiene y situaciones que se presentan en la vida cotidiana. La formación para que puedan cuidar comprendiendo la condición de las personas, su dignidad, calidad de vida y tener en cuenta su autonomía y toma de decisiones de manera independiente el mayor tiempo posible, es primordial. También lo es el sostén, la escucha y la orientación del cuidador, ya que se encuentra expuesto a estrés por las diversas circunstancias que pueden presentarse en la vida de las personas que cuidan o de sus familias.
Hemos repetido muchas veces la palabra cuidado. Inevitable e importante.
El cuidado es una categoría, un sistema de relaciones y afectos donde el actor principal es el paciente y su familia. La atención con un enfoque de derechos es esencial. El seguimiento y sostén de la cuidadora y cuidador es parte del tratamiento de las personas que por diversas condiciones lo requieren; es una instancia especial que necesita un espacio y encuadre particular de seguimiento, orientación, escucha y sostén. Esto redunda en beneficio del paciente y sus familias.
¿En REDES, Red de Salud en Lazos, ustedes prestan este servicio?
Sí, forman parte de nuestro equipo además de profesionales, cuidadoras, cuidadores y acompañantes terapéuticos. REDES cuenta con el programa DIGNITAS: además del servicio de cuidadores, brindamos espacios de orientación para ellas o ellos, ya sea que estén al cuidado de nuestros pacientes o no, programas para Laboratorios con protocolos de cuidado y guías de seguimiento, conversatorios y otras actividades al respecto.
¿Valeria, dónde pueden ubicarte personas interesadas o lectores?
Muchas gracias, en www.valeriacasal.com o IG @casalpassion
por CEDOC
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