WINEBAG es una marca que nació del ingenio y la pasión por el vino de Daniel, un amante de las catas y las reuniones en torno a una buena botella. Hoy, su legado está en manos de sus hijas, quienes, junto a su madre, continúan con el sueño que él inició. Al hablar con ellas, queda claro que WINEBAG no es solo un producto, sino una historia de amor por el diseño, la funcionalidad y la calidad.
“Todo comenzó por una necesidad personal de nuestro padre”, cuentan las dueñas con una mezcla de orgullo y nostalgia. Daniel, además de ser un apasionado del vino, formaba parte de un grupo de degustación que organizaba catas a ciegas y verticales, siempre con vinos sofisticados y una gastronomía que acompañaba la experiencia. Fue durante esas reuniones, y al asistir a restaurantes con descorche llevando su propio vino, que notó la falta de un bolso adecuado para transportar botellas y copas.
“Lo que había en el mercado no cumplía con sus expectativas. Él quería algo que fuera funcional, pero también elegante y de calidad”, explican. Fue entonces cuando Daniel decidió diseñar un modelo propio. Aunque comenzó como un hobby, pronto se convirtió en un proyecto serio que dio vida al primer WINEBAG.
El camino no fue fácil. “Elegir los mejores materiales fue un desafío enorme”, recuerdan. “Papá se enfocó en los detalles: buscó cueros de alta calidad, avíos resistentes y un taller artesanal que pudiera plasmar su visión”. Así nació el primer modelo, conocido como el Traveler, un bolso capaz de transportar hasta seis botellas de vino o una combinación de botellas y copas. Este diseño fue el inicio de lo que luego se expandiría con los modelos Dúo y Single, pensados para diferentes necesidades.
“El Traveler es el favorito de los sommeliers y turistas que visitan bodegas”, explican, “mientras que el Dúo y el Single son ideales para quienes llevan vino a una comida o a un restaurante con descorche”. Además, destacan que los modelos más grandes cuentan con características termo e impacto protectoras, lo que garantiza que el vino llegue en perfectas condiciones.
Hablando sobre los diseños, las hermanas recuerdan los primeros modelos. “Al principio, solo teníamos bolsos negros, con texturas de cuero que les daban un toque sofisticado. Pero luego fuimos sumando colores. El chocolate fue el primero que lanzamos y este año incorporamos el Malbec, un tono audaz que ha encantado a quienes buscan algo diferente”, comentan emocionadas.
La calidad es un aspecto que las dueñas enfatizan constantemente. Desde los inicios, trabajaron con una curtiembre que les provee de cueros de excelencia y se adapta a la producción en pequeñas cantidades. “Los cierres y broches son igual de importantes, porque queremos que nuestros productos sean duraderos y funcionales”, añaden. Y, por supuesto, el trabajo artesanal del taller ha sido clave para alcanzar el estándar que caracteriza a WINEBAG.
El público de WINEBAG es diverso, desde sommeliers que los usan para trabajar, hasta amantes del vino que desean transportar sus botellas con estilo. También son un regalo muy valorado. “Muchas bodegas y vinotecas han confiado en nosotros para ofrecer nuestros bolsos como parte de su propuesta, y eso nos llena de orgullo”, expresan.
Sin embargo, los últimos meses no han sido fáciles. Tras el fallecimiento de su padre, las hijas asumieron el desafío de continuar con el legado familiar. “Nos propusimos consolidar la marca, expandirnos al mercado internacional y seguir creciendo en Argentina”, afirman con determinación. “Es un viaje que recién comienza, y estamos emocionadas por todo lo que está por venir”.
WINEBAG no es solo una empresa, sino un homenaje. Un ejemplo de cómo una idea personal puede transformarse en un producto que conecta a las personas con su pasión por el vino, siempre con calidad y estilo.
PARA CONOCER MÁS:
Instagram: @winebag.arg
WhatsApp: 1134422468
por CEDOC
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