Moyano y Barrionuevo se detestaban. Era tanto el odio que se tenían que el gastronómico llegó a decir que lo quería ver preso. ¿Cómo hicieron para amigarse? El primer paso para la reconciliación fue que Moyano dejara el kirchnerismo. A partir de ese momento ambos fueron mala palabra para el Gobierno y entendieron que iban a ser más fuertes si estaban juntos.
Volvieron a hablar por teléfono a fines del 2012, luego de una marcha de los sindicatos opositores a la Superintendencia de Servicios de Salud. Tras esa movilización, Pablo Moyano, el otro hijo del camionero (además de Facundo, el diputado), se reunió con Barrionuevo en la oficina que tiene en el sindicato de gastronómicos.
También participó del encuentro Ricardo Cirielli, el líder del sindicato de los técnicos aeronáuticos, que tenía buen diálogo con ambos. En medio de la charla, Cirielli lo llamó a Moyano: “Esperá que alguien te quiere hablar”, le dijo y le pasó el teléfono a Barrionuevo, que se sorprendió al escuchar la voz de Moyano del otro lado.
La charla fue breve, pero quedaron en juntarse a solas para zanjar algunas diferencias.
Para organizar el paro de hoy 10 de abril también tuvieron que verse las caras. Hubo varios encuentros en los que coordinaron cómo se iban a repartir la tarea de convencer a los gremios de parar. El martes 1 se reunieron Pablo Moyano, Ricardo Cirielli, Omar Maturano (La Fraternidad), Carlos Acuña (Estaciones de servicio) y Barrionuevo para definir la estrategia publicitaria de la movilización.
Allí eligieron cuatro afiches diferentes para empapelar la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense y definieron el spot publicitario que rodará por los canales de televisión difundiendo el paro. El conductor Jorge Formento, ex coequiper de Silvio Soldán en “Feliz domingo para la juventud” y que hoy trabaja en uno de los programas que produce Gastronómicos por Canal 26, los ayudó a elegir el spot.
La pegatina de afiches en la Capital se dividió en dos. De la avenida Rivadavia hacia el sur se hizo cargo Moyano. Y hacia el norte, Barrionuevo. Los gremios más poderosos fueron los encargados de hacer una “vaquita” para juntar fondos y pagar los gastos operativos.
En esa reunión también definieron que no habrá una movilización a la Plaza de Mayo.
En medio de los preparativos del paro, el jefe de la CGT oficial, Antonio Caló, lo llamó a Barrionuevo para pedirle contención. En la breve charla que mantuvieron, el líder de la Unión Obrera Metalúrgica le pidió que intentaran no criticarlo tanto y le pidió una reunión para después de la movilización para buscar una unificación. Tras esa charla, Moyano salió a cruzar al metalúrgico sin concesiones. Por ahora no hay tregua.
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