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PERSONAJES | 13-11-2014 10:00

El abogado cuentista de Moyano

Ex juez, dramaturgo y docente, presentó su primer libro de cuentos judiciales. Periodismo, clientes de perfil alto y póker. Fotos.

A más de veinte años del “caso de la mozzarella contaminada”, el abogado, cuentista, dramaturgo, docente y ex juez Daniel Llermanos siente que hoy están dadas las condiciones para volver a consumir pizza: “El mundo de la mozzarella ha mejorado mucho, y en general, casi todos los productos en los cuales me tocó intervenir. Si hice algo útil por el país, fue que se tome más conciencia del medio ambiente. Cerré firmas como Shell, Colgate, Villa del Sur. Me generó muchísimos enemigos. Me balearon dos veces la casa, me hicieron denuncias falsas: yo no tenía ni para llegar a fin de mes, recibí juicios de desalojo mientras era magistrado porque no podía pagar el alquiler, viajaba en tren y me hacían denuncias por enriquecimiento ilícito. Decían que tenía una casa con pileta olímpica y tenía una pelopincho”, asegura Llermanos, cuya situación económica mejoró notablemente una vez que dejó de estar al frente del Juzgado Penal que encabezaba en Lomas de Zamora.

El líder sindical Hugo Moyano, la mediática no-doctora Giselle Rimolo, Facundo Macarrón –hijo de la asesinada Nora Dalmasso– y el excéntrico árbitro de fútbol Pablo Lunati, son algunos de los clientes que lo ubicaron en las páginas de los diarios. No por eso le guarda cariño al periodismo, oficio que él emparenta con el sadismo, pese a que su ¿ex? pareja es la periodista Rosario Lufrano. Divorciado, padre de cuatro hijos, acaba de presentar su primer libro de relatos judiciales: “Código de Familia y otros cuentos”, mientras que en El Tinglado se exhibe su última obra teatral, “Desde el jardín de la República de Palermo”. Daniel Llermanos comenzó vendiendo broches en los colectivos; hoy afirma ser el dueño del estudio jurídico con mayor extensión en todo el país.

NOTICIAS: Siendo de la UCR, ¿cómo es ser abogado de Hugo Moyano, un hombre fuerte del peronismo?

Daniel Llermanos: Esto es como el médico, una cuestión profesional, y sí, tengo amistad personal con Moyano.

NOTICIAS: ¿Cómo se llega a los clientes de alto perfil?

Llermanos: Cuando tuviste cierta historia en el mundo del Derecho, estás en la agenda de los poderosos. Yo probablemente haya generado una muy sólida clientela tomando como principio pactar cobros a resultado. Cuando la vida te acompaña, la clientela se vuelve cada vez más grande y más poderosa. A lo mejor atiendo gente más poderosa que los conocidos poderosos, con perfil publico cero. Lo que más resultado me ha dado es estar abierto 24 horas. Si tenés una emergencia médica viene una ambulancia con un profesional. Quizá no sea el médico de cabecera de uno... yo empecé siendo una ambulancia jurídica. Tal vez no era lo que el cliente esperaba.

NOTICIAS: ¿Por qué?

Llermanos: A lo mejor él quería que lo atendiera su ilustre abogado, pero estaba en Punta del Este jugando al golf. Yo estaba, esa es la diferencia. Sigo trabajando de lunes a domingo, mi profesión me apasiona. A la mañana ando por algún tribunal, a la tarde en el estudio y a la noche en los escritos.

NOTICIAS: ¿No descansa?

Llermanos: Muy poco. Cuatro horas, cinco. Siento que dormir es un tiempo perdido, muerto, ojalá pudiera dormir tres horas.

NOTICIAS: ¿Se considera un abogado caro?

Llermanos: (piensa) Es muy difícil establecer qué es lo caro. En algunos casos fui gratis, en otros fui muy caro. No hay un tarifario en la abogacía porque tampoco hay tantos trabajos que lleven tanto tiempo como el nuestro. Una causa penal promedio no lleva menos de cuatro años; algunas implican visitas al penal, a la fiscalía, a la comisaría, hablar con familiares, recibir llamados diarios de la cárcel, no es únicamente el expediente. La persona

privada de su libertad genera amigos que llaman, parientes, a algunos hay que tramitarles la visita higiénica, a veces a la mujer y a la amante. Hubo presos que tenían hasta dos amantes y había que gestionar distintos días.¡Es un esfuerzo enorme! Hablar en el penal, convencerlos y que ninguno diga que vino otra a verlo... ¿qué precio tiene eso?

NOTICIAS: ¿Sigue en pareja con Rosario Lufrano?

Llermanos: No quiero hablar de mi vida privada. Pido disculpas.

NOTICIAS: Lufrano fue a ver “Desde el Jardín de la República de Palermo” y hasta tiene una participación en ella. ¿Tienen buena relación?

Llermanos: Sí, absolutamente. Pero ni ella ni yo hablamos en las notas de nuestra vida privada.

NOTICIAS: ¿Y el periodismo le gusta?

Llermanos: No. Como profesión, no me gusta. Yo soy una persona que defiende, el periodismo acusa. Hay cierto sadismo en la personalidad de los periodistas. No se puede ser periodista sin tener tela sádica.

NOTICIAS: ¿No hay sadismo en el Derecho?

Llermanos: En el defensor, nunca. En el juez sí: cuando condena, aunque lo haga con toda la fundamentación de hechos y estuviese certificada la culpabilidad, en un punto es el verdugo. Más allá de las amenazas que sufrí, cuando me enteré –terapia mediante– que el juez tiene una capa sádica por más bueno y bienintencionado que sea...

uno tiene que eludir los aspectos sádicos.

NOTICIAS: ¿Usted no tiene aspectos sádicos?

Llermanos: Seguramente debo tenerlos pero no tengo herramientas para ejercitar esos actos sádicos. Hay abogados que disfrutan diciendo que defienden a violadores. No puedo hacer apología de eso, porque lo detesto.

NOTICIAS: ¿Le gusta el casino?

Llermanos: Sí. Voy una vez por semana, soy una persona lúdica. Que haya plata de por medio es un accidente; a las dos de la mañana uno no encuentra amigos para jugar al truco, entonces voy a jugar al póker al (casino) flotante.

NOTICIAS: Lo han tildado de “polémico”. ¿Cómo le cae ese mote?

Llermanos: Nunca lo entendí.

NOTICIAS: ¿Cree en Dios?

Llermanos: A veces sí, a veces no.

por Juan Bautista Torres López

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