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COSTUMBRES | 11-04-2019 16:06

Moda y tendencias: tiempo de extremos

De lo más “net” a lo barroco y exuberante, la moda de esta temporada no admite términos medios. El regreso del unisex. Crisis creativa.

A veces sucede al revés: en lugar de ser las pasarelas las que dictaminan las tendencias, es lo que pasa en la calle lo que escribe algunos capítulos de la historia de la moda. Y entonces la fuerza de las correntadas sociales cose su entramado del modo más literal posible. Algo así está ocurriendo por estos días, en los que las barreras de género son cada vez más difusas, y el unisex ha vuelto a reinar.

En las tres semanas de la moda otoño invierno 2019 que se vieron estos últimos días (BAF Week, Argentina Fashion Week y Designers BA), la sastrería adaptable para ambos, similar maquillaje sobre la pasarela y moldería versátil fueron algunas de las pautas más repetidas en este sentido. Otras, en cambio, abrieron el espectro, ofreciendo un arco de tendencias que va desde lo más net y minimalista hasta el desborde de lo barroco. En el medio, lo que queda claro es que la moda renace cada vez más personal y única, proponiendo alternativas para todo gusto y estilo.

Diseño vivo. “Lo que más rescato de estas semanas de moda de Buenos Aires son las ganas que tienen las marcas de que sigan existiendo eventos para sostener una industria muy deprimida”, dispara Alejandro García, estilista y periodista especializado en moda, quien destaca por ejemplo la propuesta de Tramando, realizada con el stock de telas de colecciones anteriores. En una época en la que las ventas escasean, sin embargo, no faltó originalidad para los desfiles.

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Los hubo elegantes en la renovada estación de trenes de Retiro, como los que sucedieron en el marco de Argentina Fashion Week con nombres como Gabriel Lage o María Pryor; también vanguardistas, como los que tuvieron lugar en BAF Week, donde Roma Renom, House of Matching Colours y Custo Barcelona se lucieron; y creativos y con locaciones distintas, como los del Designers BA, donde se pasó del parque de la Floralis Genérica con la propuesta de Juan Hernández Daels al estudio de Marta Minujín con la de Min Agostini, entre muchos otros. El diseño argentino, más vivo que nunca, sacó a relucir sus mejores ideas para un invierno que se anticipa variado.

Entre las tendencias más vistas se destaca el animal print, que pasa de los simples accesorios a la ropa en general. “El leopardo clásico vuelve, pero el fuerte de la temporada va a ser el pitón, en tonos típicos pero también reversionado en amarillo y rojo”, ilustran Mariana Gándara y Constanza Crotto, periodistas y bloggers de moda al mando de la cuenta @muymona. A la vez, los cuadros grandes serán otro estampado exitoso, sobre todo en sacos y prendas de lana.

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La sastrería, en tanto, regresa con fuerza en una variante oversize: pantalones anchos, tiro alto y lazos a la cintura serán algunas de las modalidades que podrán verse en la calle este invierno. “No es el fin de la era del chupín, pero la tendencia son los pantalones más anchos o rectos”, explaya la dupla Muy Mona, extendiendo la idea a los jeans. Los ’80 y ’90 volverán con riñoneras, carteras cruzadas, hombros marcados, pailettes y lentejuelas, aires grunge y mucho metalizado.

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¿Los colores de la temporada? Los más fuertes, como turquesa, celeste, naranja, fucsia y mucho neón. Aunque también hay lugar para el camel, blanco y negro. “Es una temporada extremista que va del purismo net al barroco con apliques de piel, bordados, volados y flecos”, describe García.

Para ellos. También en el universo masculino hubo novedades: “los desfiles de hombres tuvieron prendas clásicas adaptadas a los ‘fits’ de la temporada, con ruedos al tobillo, camperas oversized, pantalones estilo baggy y poleras debajo de las camisas al mejor estilo New English Wave”, apunta García. En este camino, para él una de las colecciones más interesantes fue la de JTbyJT, que realizó una cápsula masculina aplicando el ADN clásico de la marca a prendas para hombres.

El espíritu unisex ya mencionado, en tanto, fue la clave resonante. “Para ellos también vimos cambios en la sastrería, zapatillas grandes (las conocidas ‘ugly shoes’) y otras tendencias compartidas”, expresan Gándara y Crotto. “El hecho de que las prendas de mujeres valgan para hombres, y viceversa, corre a un lado el género y borra las barreras, unificando. Es una iniciativa súper vanguardista que está pasando en todo el mundo más allá de la moda, pero que además es muy apta comercialmente”, sintetizan.

por Vicky Guazzone

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