Deambular por Buenos Aires, encontrar simetrías o inesperados rastros de otros tiempos en sus calles, está en el ADN fotográfico de Claudio Larrea. Justamente, en esa deriva se interpuso el azar y el azar tenía el nombre de uno de los más grandes artistas de la Argentina.
“La ‘casualidad’ quiso que mi vida se cruzara con la de Astor Piazzolla y me mudé al departamento de su primera etapa porteña, en el barrio de Balvanera, cerca del Congreso, donde compuso ‘Tango’ junto a Jorge Luis Borges y la inefable ‘Milonga del Ángel’. ‘Un castillo en el aire’, así definía Astor a su hogar con extraordinarias vistas a la ciudad”, dice el mismo fotógrafo que a la capital porteña le dedicó dos muestras “El amante de Buenos Aires” y “República de Waires”. En sus imágenes, en blanco y negro, la ciudad viaja al pasado, a resplandecer en detalles de lujos y regularidades impensadas.
Hoy Piazzolla y Buenos Aires vuelven a su obra. Sus fotografías son el fondo proyectado sobre el que tiene lugar una nueva puesta de “María de Buenos Aires”, la ópera-tango de Astor con textos de Horacio Ferrer.
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L'Opéra national du Rhin, una compañía francesa con sede en tres ciudades de Alsacia: Estrasburgo, Mulhouse y Colmar, es la encargada de llevar a escena durante el mes de mayo la obra de Piazzolla, en el marco de su festival Arsmondo, que este año está dedicado a la Argentina.
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La coreógrafía es de otro argentino, Matías Tripodi y la dirección musical, de Nicolás Agullo. Siluetas porteñas, fachadas y cúpulas de nuestros más emblemáticos edificios sonaran junto a los acordes inconfundibles, la mejor definición musical y visual de la ciudad.
por Adriana Lorusso
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