El zapato que crece (The Shoe That Grows, en inglés) es un invento que le permite a miles de niños que viven en contextos críticos acceder a un calzado que estira su vida útil, y se vuelve así más accesible. Fue creado por Kenton Lee, un emprendedor estadounidense que trabajó con chicos pobres en Kenia y descubrió que se enfermaban mucho por andar descalzos. Pagar zapatos nuevos cada año les resultaba inaccesible, y esto les traía desde parásitos en la piel de los pies y las uñas hasta infecciones.
Decidido a ofrecer una solución, Lee diseñó este zapato, en realidad una sandalia que se expande y se ajusta. La sandalia se puede usar durante cinco años (o más) y tiene dos tallas: una para chicos de 4 o 5 años hasta los 10 y otra talla que abarca desde los 10 hasta los 15. Cada una tiene tiras que se pueden ir ajustando, una suela que también se puede agrandar y una pequeña hebilla en el talón que regula el ancho de la sandalia. Puede expandirse hasta cinco talles en cinco años y está hecha a base de materiales resistentes, livianos y duraderos.
Lee logró producir el prototipo con ayuda de donaciones personales. Hoy The Shoe That Grows es una organización con el respaldo de Because International, una empresa fundada en 2009 dedicada a brindar soluciones a los contextos de extrema pobreza. Los "zapatos mágicos" se distribuyen en 50 países, la mayoría de ellos ubicados en el continente africano.
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