Sunday 15 de September, 2024

SOCIEDAD | 03-09-2024 07:51

El laboratorio de la longevidad: la Clinique La Prairie por dentro

Cómo retrasar el reloj biológico según los expertos del legendario centro de salud suizo. Por qué el "buen envejecer" está al alcance de todos.

Jeanne Calment, una francesa que practicó esgrima hasta los 85 años anduvo en bicicleta hasta los 100 y caminó sin bastón hasta los 114, es la persona que logró vivir más tiempo en la historia de la humanidad: la muerte le llegó a los 122 años y 164 días, en 1997.

Actualmente el título mayor de la longevidad lo tiene un británico de 111 años aunque, desde España y Perú, otros supercentenarios le disputan ese reconocimiento del Guinness de los Récords. Por poco: ninguno logró aun superar a Calment. Un propósito que alienta la vida del multimillonario norteamericano Bryan Johnson, que a los 46 años se prepara para batallar todos los límites conocidos de la finitud humana. La revista Time lo apodó “el hombre que quiere vivir para siempre” por esa obsesión que lo motivó a convertirse en un experimento viviente, con monitoreos permanentes, entrenamiento físico obsesivo, dieta vegana, más de 60 pastillas de suplementos diarios y hasta la ocurrencia de transfusiones intergeneracionales de plasma sanguíneo: de su hijo a él. Y de él a su padre

Tan lejos como se puede estar de esa rutina estresante por ganarle una pulseada a la naturaleza, en Montreux, Suiza, un centro de salud pionero en el campo de la longevidad, reúne un staff virtuoso de médicos e investigadores destinados a un objetivo a escala humana: optimizar la calidad de vida. “No es sólo cuánto más sino cómo vivís. El nuevo concepto de longevidad es `better living no antiage´”, dice Simone Gilbertoni, CEO de Clinique La Prairie, el medical spa más prestigioso del mundo al que llegan personas cada vez más jóvenes con la intención de revitalizar su salud y aprender a conservarla. “En los últimos diez años nuestra compañía puso este nuevo concepto en el centro de la escena y hoy es una `keyword´. Se estima que, en promedio, la gente pasa enferma los últimos siete años de su vida y nosotros trabajamos en evitar que eso ocurra con una filosofía basada en cuatro pilares: abordaje médico, nutrición, bienestar y movimiento”.

En un entorno verde apacible que enmarcan la quietud del lago Leman y los Alpes, los pacientes no se sienten “internados”, como un par de décadas atrás. El Chateau del siglo XIX se renovó con la anexión de un edificio ultramoderno cuya arquitectura privilegia las curvas, la luz natural y la integración del paisaje. El bar que suele animar el lobby de cualquier hotel cinco estrellas con su oferta alcohólica, aquí lo ocupa un tea-bar donde se sirven infusiones y jugos exóticos. En distintos sectores hay pantallas que reproducen en loop imágenes relajantes (como la rompiente de olas del mar), frente a sillones con auriculares para experimentar el sonido en soledad. Y el largo pasillo que conecta el spa con el centro médico ostenta a modo de galería fotográfica una selección de pacientes notables que pasaron por La Prairie. Una nómina heterogénea que incluye a Pablo Picasso, Greta Garbo, Winston Churchill, Charles de Gaulle y Miles Davis, Maradona, Susana Giménez y Mirtha Legrand, además de numerosas celebrities que mantienen en reserva.

Los pacientes, que pasan por lo general una semana a un costo promedio de 25.000 dólares, apenas se cruzan en las áreas comunes: una piscina espectacular raramente usada, terrazas y sectores de relax. Sólo los reúne la hora de las comidas en el restaurante Seeds, donde el chef David Alessandria pasa la prueba más difícil de la alta cocina: hacer maravillas sin usar manteca. Platos que lucen como arte y descubren lo sabroso que puede resultar el mix creativo de verduras, cereales, legumbres, semillas, especias y carnes blancas. Pero fuera de las pausas gastronómicas se impone el ritmo individual de una agenda que día a día se anticipa, a modo de correspondencia, en la puerta de cada habitación. Agenda cronometrada con precisión. Estamos en Suiza.

Adrian Heini es el director médico de Clinique La Prairie. En la foto junto a Willie Carballo, representante de CLP en Latinoamérica.

Adrian Heini es el director médico de Clinique La Prairie. En la foto junto a Willie Carballo, representante de CLP en Latinoamérica.

¿Vencer al tiempo?

Adrián Heini es el director médico de La Prairie. Especialista en nutrición y medicina predictiva, es un referente mundial en terapias de revitalización celular. No esgrime el marketing predecible de quien accedió a la fuente de Juvencia. Es sobrio y realista.

Noticias: ¿Por qué envejecemos?

Adrian Heini: Es una buena pregunta. Desde el punto de vista evolutivo los seres humanos, como los animales, estamos hechos para reproducirnos. No estamos programados para perdurar individualmente, sí como humanidad.

Noticias: ¿A qué edad comienza la vejez y cómo se ha ido modificando ese criterio a través del tiempo?

Heini: Sabemos que a partir de los 30 años empieza una declinación, las células ya no tienen la misma resistencia. Pero si bien la base genética de las personas sigue siendo la misma, los avances científicos hacen que ahora podamos retrasar el deterioro al enfrentar enfermedades de gran incidencia en la población como la diabetes o la hipertensión; hoy hasta un infarto se puede curar. Por eso la esperanza de vida aumenta. (N. de la R: en los países mejor rankeados la expectativa de vida ya supera los 85 años)

Noticias: ¿Cree que los seres humanos podremos alcanzar la cura de todas las enfermedades y llegar a un momento en que sólo nos moriremos a causa de eventos traumáticos como accidentes?

Heini: No. Los tejidos se deterioran. Podremos sustituir órganos pero no evitar el desgaste general. Tampoco creo, como algunos, que pronto sea habitual llegar a los 130 años. La obesidad no ayuda. Pero es cierto que los centenarios son mucho más habituales que décadas atrás. Noticias: ¿En qué porcentaje nuestros genes son determinantes del ritmo de nuestro deterioro físico? Heini: La genética, sabemos ahora, influye entre un 10 % y un 50%. La buena noticia es que podemos trabajar sobre la epigenética, que es todo lo que pasa alrededor del ADN, la manera en que se expresan los genes. Factores como la actitud de una persona, su alimentación, sus hábitos, si fuma, el medioambiente. Por eso nosotros le hacemos a nuestros pacientes un cálculo de su edad biológica, que no siempre coincide con la cronológica, para empezar a trabajar sobre ese perfil personal. Aunque tener menor edad biológica no significa que se va a vivir más años. Lo que podemos hacer con certeza es alargar la calidad de vida. Vivir mejores años. Y en la clínica ayudamos a las células del organismo a regenerarse mejor y hasta corregir el envejecimiento del sistema inmune.

Noticias: ¿Qué podemos hacer nosotros para reforzar el sistema inmune?

Heini: La actividad física es capital, incorporar suplementos de zinc; también sabemos que la vitamina D es importante. Y fundamental, tener una alimentación antiinflamatoria.

Noticias: ¿Cuáles considera que son los hallazgos científicos más relevantes de los últimos años para controlar los procesos de envejecimiento?

Heini: Todo lo relacionado con la genética y la epigenética. También son muy importantes los hallagos en biología celular para aprender a desintoxicar las células, los estudios sobre minerales y otros elementos que pueden influir en este mecanismo. Y los avances en el conocimiento del sistema inmunológico, en cuyo estudio somos pioneros. En los años ’90 detectamos que es clave para la buena salud pero también que incide en el envejecimiento.

Noticias: ¿Se puede modificar la dinámica de las células para ralentizar el reloj biológico?

Heini: En cierto modo, sí. Ralentizar pero no revertir. No nos hacemos la ilusión de volver diez años atrás. 

La Prairie

En los orígenes.

Antes de que la clínica suiza levantada a orillas del lago Leman se convirtiera en una meca rejuvenecedora frecuentada por jefes de Estado, realeza y celebrities de todo el mundo, hubo un médico decidido a revolucionar a la academia de su tiempo. En 1931, el doctor Paul Niehans desarrolló una terapia celular que prometía retrasar el proceso de envejecimiento. Nieto del emperador Federico III de Alemania e hijo de un cirujano, fue ganando reputación con su método de inyectar células frescas (de cordero) para reparar las dañadas y así curar, regenerar y revitalizar el cuerpo. Pero su consagración llegó en 1954, cuando fue llamado al Vaticano para atender al Papa Pio XII que se encontraba en estado crítico. Su paso exitoso por Castel Gandolfo le valió al año siguiente el reconocimiento papal de ingresar a la Academia Pontificia de las Ciencias, aunque no acalló las controversias entre pares que enmarcaron sus procedimientos en la medicina alternativa.

Niehans murió en 1971 y en 1980 la clínica fue adquirida por el empresario suizo Armin Mattli, dándole paso a una profunda transformación: se convirtio en una clínica de salud con un centro médico integrado, spa y alojamiento de alta gama. Como sus pacientes, La Prairie recibió con los años un vigoroso “refresh”.

Ya no se inyectan los extractos celulares de hígado de feto de cordero y los tratamientos con células madre se aplican únicamente en el área estética.

Los pacientes beben a diario su “booster drink” personalizado para combatir el estrés oxidativo que acelera la combinación de mala alimentación y polución ambiental.

Entre la batería de exámenes diagnósticos se encuentran pruebas de laboratorio y otras tecnológicas como el analizador de composición corporal Tanita, una especie de balanza que en instantes evalúa desde el estado de la edad metabólica a la masa muscular o el test de Oligoscan que detecta, con solo apoyar un lector sobre la mano, la cantidad de metales pesados y el estado vitamínicomineral del paciente.

A la sofisticación diagnóstica se le suman tratamientos con equipamiento de última generación como el de crioterapia, que consiste en exponer al organismo a temperaturas bajo cero; y Audiovitality, una terapia con sonidos de baja frecuencia con múltiples usos.

Pero los efectos del shock revitalizador se esfumarán rápido si la estadía no alcanza a transformar la cabeza del paciente. Los tratamientos más exclusivos no compensan el efecto de los malos hábitos.

La Prairie

Industria rejuvenecedora.

El apego cultural a la juventud y a la delgadez imponen modas controversiales, dentro y fuera del canon médico.

Noticias: ¿Qué opina del uso “antiage” de algunas drogas creadas con otro propósito, como la Ripamicina o la Metformina?

Heini: La ripamicina es una droga que se utiliza con personas trasplantadas. Nosotros trabajamos con biólogos que nos dan pistas para crear suplementos minerales que actúen en esa dirección. Pero es de locos usar esa droga como antiage, porque tiene muchas contraindicaciones. Y en cuanto a la metformina, se la prescribo a pacientes con glucosa al límite o hígado graso para tratar estos problemas. Si la droga tiene un efecto extra, bienvenido, pero no la doy si no existe un perfil que lo recomiende. Nuestra cura de revitalización es más natural y eficaz.

Noticias: El nivel de colesterol es una preocupación creciente una vez pasada la mitad de la vida. ¿Cómo evalúa la prescripción generalizada de estatinas para controlarlo?

Heini: No estoy a favor. Estamos todo el tiempo confrontando efectos secundarios como malestares musculares. Lo que preferimos es dar estatinas solo en caso de riesgo particular cardiovascular o metabólico. En el futuro dispondremos de análisis de sangre más precisos que el de colesterol, y junto con los estudios genéticos nos van a decir si una persona, aunque tenga un nivel de colesterol razonable, está en riesgo.

Noticias: Otra moda vinculada a la salud en la que la biblioteca está repartida es la del ayuno intermitente (N. de la R: no comer por períodos de 12, 16 horas)

Heini: Nosotros lo utilizamos. Es bueno que los órganos descansen pero hay gente que no aguanta muchas horas sin comer y no hay que forzarla a hacerlo. Además no es para todos, por ejemplo, los diabéticos.

Noticias: ¿Hay evidencia de que una alimentación vegana o vegetariana es más saludable que una omnívora?

Heini: Hay evidencia de que mucha carne roja tiene efecto inflamatorio.

Pero no hay ninguna evidencia de que sea mejor una dieta vegana que otra con carne en dosis prudentes (una o dos veces por semana). Ningún extremo es bueno. A quienes comen sólo pescado les encontramos altos niveles de mercurio. Nosotros aplicamos una filosofía “plant based” y recomendamos comer a la noche solo proteínas vegetales.

En movimiento.

Si envejecer es inevitable, es alentador que la respuesta científica al “buen envejecer” está al alcance de casi todos: alimentación balanceada baja en grasa y con preeminencia de plantas, sueño adecuado, vida social e interior (con prácticas de meditación y respiración consciente) y movimiento físico que implique algún esfuerzo. El reloj biológico no se detiene pero estamos más cerca de llevarnos bien con su ritmo.

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Alejandra Daiha

Alejandra Daiha

Directora de revista NOTICIAS

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