Thursday 18 de April, 2024

SOCIEDAD | 04-10-2021 14:36

Fit model: la metamorfosis de Ingrid Grudke

La modelo de pasarela fue reconocida como deportista a nivel mundial. Su experiencia, el acercamiento al mundo “Fit” y el desafío de ir por más.

La célebre modelo obereña Ingrid Grudke luce un flamante cuerpo tonificado. Lejos del estándar que distingue la moda de alta costura, sus músculos están, en sus palabras, “elegantes, finos, marcados pero sin hipertrofia muscular ni suplementación”. A sus 45 años debutó en el culturismo en Letonia, en el campeonato mundial de Fit Model, la categoría que eligió para competir. Y participó del Arnold Sports Festival Europe 2021, en Sevilla (España), el evento más esperado por los grandes fisicoculturistas del mundo.

Después de ocho meses de entrenamiento duro, Grudke ya estaba en “modo atleta”. Y fue una experiencia “totalmente distinta a la de los 25 años que llevo mostrando vestidos de alta costura. Tuve que olvidarme de lo que siempre hice para presentarme en un escenario donde nadie me conocía, donde evaluaron el trabajo que hice durante un año con ejercicios, dedicación, disciplina y alimentación… Es otro el reglamento, son otras las pasadas y el tipo de posturas”, cuenta en una entrevista con NOTICIAS.

Novedad. Su primer ejercicio fue sentarse y pararse en una silla mientras sujetaba un palo de escoba con las manos. Analía Galeano, su entrenadora, coach y fisicoculturista, vio su potencial y empezó a entrenarla con orientación al fit modelling: “Antes hacía otro tipo de gimnasia para mantenerme, nunca había hecho algo así. Todo empezó en la cuarentena del año pasado cuando estábamos encerrados. Yo trabajaba un montón, viajaba todos los fines de semana, y de golpe estar encerrada… Un tiempo lo aguanté, pero después quería hacer algo, gimnasia, mover mi cuerpo. Ahí empecé a buscar entrenador”, cuenta. Entrevistó a varios hasta que una maquilladora amiga le recomendó a Analía. A pocos meses de entrenar “ella vio cómo reaccionaba mi cuerpo, la rápida respuesta muscular que tuve. Empezó a evaluarme y vio que podía entrar en la categoría de Fit Model”.

Para Grudke desde un comienzo el objetivo fue “ponerme una meta, algo que me ayude a pasar la cuarentena. Empecé a ver los torneos de la categoría y dije ‘¿Por qué no?’. Entrenamos como para ir y cercana la fecha veríamos si podíamos viajar”. El viaje se concretó: debutó internacionalmente, en el mundial de Letonia, y después en España, en una categoría a la que ninguna otra argentina logró llegar. Más allá de lo difícil que es entrar en los parámetros que rigen el Fit Model, la modelo reconoce que “lo mío al ser conocida se notó más, pero hay tantas otras deportistas que con años de dedicación, sacrificio y trabajo, a veces tienen que salir a vender empanadas para poder hacer un viaje de estos. ¿Qué deportista de estos deportes tiene sponsors?”.

Cuerpo como proyecto. La investigadora del CONICET María Inés Landa, profesora de Educación Física y especialista en estudios sociales y culturales sobre el cuerpo, describe a la “vida fitness” como “atravesada por ciertas rutinas, disciplinas y exigencias, una estética que se define como lo saludable y que configura subjetividades”. En sus trabajos advierte que la “subjetividad emprendedora, hegemónica en este momento” social, se puede trazar “en muchos espacios, no solo empresarial o académico sino en el fitness: nos producimos emprendedores porque es nuestra condición de posibilidad de pertenecer a este sistema. Pero estas formas subjetivas se modelan diferente en distintos espacios, yo lo trabajé en Fitness: en el caso de Ingrid se podía pensar en una subjetividad emprendedora, una mujer emprendedora de sí, de sí misma. Ya una modelo lo es, porque su imagen es su marca”, explica. De eso podría desprenderse que el devenir de la modelo-atleta no resulte, en el fondo, tan abrupto como parece.

El fisicoculturismo, como tantos otros deportes de la rama, no está abarcado ni regido por el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). Por lo tanto, tampoco suele recibir apoyo por parte de entidades oficiales. En ese marco es que se desarrollan y proliferan los coaches, que Landa define como “personas realmente apasionadas por ese deporte, que van encontrando cómo articular esa pasión con la oferta de su cuerpo, su servicio, su know how de cómo entrenar a otros”. Por otro lado, “Ingrid ya venía entrenada respecto a la producción de un cuerpo que también es un proyecto. La confluencia de la subjetividad emprendedora con la fitness, de entrar al mundo de las competencias, introduce la incógnita de qué pasará de acá en adelante, si aspirará a otras categorías o si participar solo fue una experiencia”. Grudke, a pocos días de haber participado del Arnold’s Festival, asegura que sí: quiere seguir perfeccionándose de cara al futuro y seguirá con la mira puesta en el Fit Model. “Yo creí que cerraba con esto, pero me gustaría volver con lo que sentimos que nos faltó, que fue muy poquito, detalles, para disfrutarlo un poco más. Aunque estoy acostumbrada al show, para mí es todo nuevo, y yo era una atleta más. El Instagram de FitModel me reconoció como atleta, y ellos ni sabían qué hacía yo. Eso me gustó mucho, porque evaluaron mi trabajo sin la influencia de saber que soy una persona conocida acá”, explica agradecida.

Feminidad y estándares. El Fit Model es una de las más nuevas categorías de bodybuilding. Nació en 2015 y la norma que la regula es taxativa. La musculatura se exhibe y evalúa no por su uso funcional sino por su belleza, y a pesar de la evidente hibridez de los cuerpos de mujeres culturistas, la división de sexos sigue siendo central. Para la evaluación de los jurados las participantes deben mostrar, según el reglamento y en el siguiente orden, “feminidad, estilo, bellos contornos, buena tonificación muscular, confianza y una atractiva presentación”. El físico debe ser “firme” y “por sobre todo no debe tener celulitis''. Si bien las mujeres “forzudas” fueron novedad cuando entraron al mundo del fisicoculturismo, a principios de los ‘70, lo cierto es que la normativa que rigió al deporte fue afianzándose a lo largo de los años, introduciendo estándares específicos que siguen reforzando los estándares de masculinidad y feminidad.

“La mayoría de las mujeres tuvo una respuesta sumamente positiva, los comentarios eran ‘sos re inspiradora’, ‘te animaste a esta edad a hacer algo así’, ‘sos una genia’. Yo no me esperaba la reacción tan positiva de todas las mujeres, fue muy fuerte, muy bueno. De 100 comentarios quizá uno o dos fueron "no, te vas a arruinar el cuerpo", y yo me pregunto qué será para esas personas arruinar el cuerpo, si yo me estoy fortaleciendo, más allá de la competencia en sí, fortaleciendo mi cuerpo, mis músculos, mi esqueleto, para el día de mañana también poder estar mejor”, plantea Grudke. Es que a pesar de que la pasada de Fit Model es “elegante y femenina”, hubo quienes criticaron los músculos de Íngrid por “masculinos”.

Landa plantea que “el deporte es un espacio donde se disputan los géneros. La hibridez, el desarrollo de la musculatura, el debate en torno a lo trans. En general la producción del músculo está asociada a un género, el masculino, como hegemónico. Y la regulación del deporte estuvo vinculada con eso”, advierte. Es decir, hubo que regular que los cuerpos entrenados de las mujeres no devengan, por “defecto”, masculinos. La especialista aclara que de todos modos “en el mundo siempre hay un conjunto de normas, no existe un mundo sin ellas. Todos los mundos tienen una gramática que los regula. Pero en este deporte las mujeres pueden posicionarse diferencialmente, y justamente también, esa gramática no es cerrada. Hubo mujeres en algún momento pudieron crecer y mostrar que su cuerpo no es un destino, que ser mujer no es ser, por ejemplo, de un tamaño menor que el hombre. Quienes inicialmente pasaron esos límites y rompieron esos límites, habilitaron toda una experimentación de los cuerpos que habitan estos espacios. Cómo se van posicionando las mujeres y lo que entienden que debe ser su femineidad, va disputándose en esos espacios, a pesar de que haya una regulación bastante normativa”.

Grudke asegura que su entrenamiento mejoró cualitativamente su vida: “Duermo mejor, se me fueron los dolores de espalda, de cuello, de cabeza, me alimento muy bien, me siento más fuerte”, enumera. Por el momento se siente cómoda en su categoría, la que mejor se ajustaba a su contextura y ligada, de alguna manera, al modelaje profesional. “Se trata de gimnasia: no tengo que usar suplementación especial, no tengo que llevar mi cuerpo a un extremo. Entonces lo puedo mantener: no es fácil, pero no sufrís”, afirma. Después de su debut, el desafío de Grudke es “seguir aprendiendo de este deporte” y, sin dejar de lado su carrera como conductora y modelo, apostar con todo a su futuro como atleta.

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Mariana Sidoti Gigli

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