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SOCIEDAD | 14-08-2020 13:51

Jujuy: fiesta, contagios, muerte y ley seca

Una reunión en La Quiaca terminó con al menos seis casos de coronavirus y uno de ellos murió esperando por una cama de terapia intensiva. Barrios “encapsulados” y discusión sobre la venta de alcohol.

Como si se tratara de una escena de Black Mirror, una sucesión de desatinos terminó en un peligroso escándalo en La Quiaca, la ciudad más al norte del país, en el límite con Bolivia.

Según las autoridades locales, al menos 30 personas participaron de dos fiestas simultáneas durante los primeros días de agosto, generando un brote de coronavirus que hasta el momento se cobró una víctima fatal: un trabajador municipal de 57 años, con patologías preexistentes.

El episodio se dio en el peor momento: la provincia se encuentra con el sistema de salud colapsado, sin lugar en las unidades de terapia intensiva de los distintos hospitales. Esa circunstancia fue determinante para el fallecido ya que, cuando su cuadro se agravó, los médicos que lo atendieron en su ciudad solicitaron una derivación hacia un nosocomio de la Capital, pero el Comité Operativo de Emergencia negó esa posibilidad ante la falta de camas.

Toda la información fue ratificada por el intendente de La Quiaca, Blas Gallardo, quien tomó la decisión de aislar a los barrios Padre Jesús Olmedo y Barrio Norte, dónde se produjeron los hechos. “Son 7 manzanas con alrededor de 400 personas, que están encapsuladas después de las fiestas que se produjeron a principios de mes”, expresó.

Tras los contagios, el concejal del Frente de Todos en La Quiaca, Jorge Tejerina, propuso la prohibición de la venta de alcohol en la localidad. “Es una ley seca para evitar las fiestas clandestinas que se producen en las localidades de la puna”, indicó el edil. Su proyecto aún está en discusión.

La ciudad fronteriza acumula hasta el momento 32 casos positivos de COVID 19 y el trabajador municipal es el primer fallecido. Pero el panorama en la provincia es más complejo: de los 11 casos del 16 de junio, Jujuy pasó a 4.238 al 13 de agosto, con 108 fallecimientos.

El gobernador Gerardo Morales afirmó que la provincia cuenta con 120 camas de cuidados intensivos equipadas con respiradores, pero admitió que sólo 58 están operativas por falta de médicos intensivistas. En ese contexto, la llegada de 24 profesionales enviados por el Ministerio de Salud de la Nación representó un alivio y se espera que ayuden a descomprimir la situación.

 

por Luis Cáceres

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