Thursday 28 de March, 2024

SOCIEDAD | 12-09-2022 15:00

Alejandra y Ricardo Darín: dos voces de la grieta

Los hermanos manifestaron posiciones diferentes sobre el atentado a Cristina Kirchner, aunque en público se cuidan de no enfrentarse.

En la Argentina de la grieta, la posibilidad de que dos hermanos piensen diferente y no estén en pie de guerra parece ciencia ficción. Al menos esa es la reflexión que se desprende de las repercusiones en redes de las últimas apariciones públicas de los Darín. Alejandra fue la encargada de leer el documento oficial del Gobierno, el viernes 2, en Plaza de Mayo para repudiar el atentado contra Cristina Fernández. Tres días más tarde, Ricardo durante una rueda de prensa tras ser ovacionado en el Festival de Venecia expresó su opinión sobre lo sucedido: “El odio, probablemente, sea el único sentimiento que no prescribe”, aseguró.

La trayectoria de cada uno y las distintas posiciones políticas que han adoptado en las últimas décadas demuestran que entre ellos no necesariamente hay una coincidencia absoluta. Alejandra, como presidenta de la Asociación de Actores Argentinos, es una activa militante del kirchnerismo. Su cercanía es tal que fue elegida para ser la voz y el rostro en uno de los días más difíciles para la política argentina. Ricardo, en cambio, siempre esquivó expresar sus preferencias partidarias, pero fue uno de los actores que con más dureza cuestionó a la familia Kirchner por el origen de su fortuna.

Declaraciones. El discurso que leyó Alejandra fue lo único que se escuchó en Plaza de Mayo. No habló ningún funcionario, ni el presidente Alberto Fernández ni la propia Vicepresidenta. “La paz social es una responsabilidad colectiva”, comenzó la actriz. “No queremos que la intolerancia y la violencia política arrasen con el consenso democrático construido desde 1983”, aseguró  y adelantó la que sería, con el correr de los días, la posición del Frente de Todos: “Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia y sus medios partidarios repiten discursos de odio y de estigmatización y criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo y cualquier simpatizante”, subrayó. La actriz recordó las manifestaciones de la oposición en las que se arengó contra el kirchnerismo con bolsas mortuorias, ataúdes y guillotinas. “No es gratuita la legitimación de discursos extremos, agregó”.

A partir de ese acto, el oficialismo comenzó a insistir con el concepto de los “discursos de odio” y se generó un debate público sobre el origen de estos discursos y quiénes los fomentan. La discusión, como todas, cayó en terreno de la grieta: para unos, hay un sector de la política que se radicalizó y convirtió a las agresiones en una bandera; otros, en cambio, insisten en una especie de “teoría de los dos demonios” del odio y sostienen que la violencia verbal es la estrategia común de la clase dirigente.

Darín se metió en esa discusión desde el Festival de Venecia, donde había viajado a presentar “Argentina, 1985”, una película que reconstruye el Juicio a las Juntas Militares. Mientras que su hermana cerró filas en la primera posición con respecto a los discursos de odio, Darín se ubicó en la segunda mirada y pidió que cada uno revisara las propias actitudes.

“Cada uno hace lo que puede con la rabia, la ira y la cólera. Es importantísimo revisar cuál es la violencia propia, la interna, qué es lo que nos pasa a nosotros adentro. A veces, sin darnos cuenta, podemos contribuir a esa violencia generalizada. Creo que si uno tiene sensibilidad humanista, el primer deber es tratar de ponerse en el lugar del otro, incluso cuando recibimos una agresión. Porque la bola de nieve que produce la agresión y la violencia es muy fácil de generar y es muy difícil de detener. No nos olvidemos que el odio, probablemente, sea el único sentimiento que no prescribe”, dijo en una rueda de prensa.

Alimento de grieta. Que en esta oportunidad los Darín no expresen exactamente la misma posición no puede sorprender a nadie. Sin embargo, en las redes -donde un sector muy definido tiene un importante poder de fuego- hubo quienes aprovecharon estas diferencias para seguir alimentando la grieta.

Solo basta poner el nombre de alguno de los dos en el buscador de Twitter para ver que, al menos una parte de quienes aplaudieron a Ricardo, lo hicieron con mensajes cargados de agresión hacia Alejandra. “Mismo origen, misma profesión, diferentes historias. Ella representa al gremio de los actores, él triunfó en el mundo. A que no adivinan cuál es kirchnerista”; “Ricardo Darin ovacionado 9 minutos en Festival de Venecia. Alejandra Darin leyendo el comunicado del führer CFK para los lacayos… El bien y el mal en una misma familia”; “Notable la diferencia entre estos dos hermanos. Una es pseudo actriz parásita y resentida kirchnerista y su hermano es un gran tipo de perfil bajo, que nunca tira odio y actor reconocido a nivel internacional”; “Alejandra Darín terminó su patética carrera cobrando en los escenarios K como lectora de discursos de odio. Ricardo Darín es admirado y acampan en la entrada del Festival de Venecia para que les firme autógrafos. Dos realidades”... y la lista sigue.

Diez años. Cada vez que Ricardo habla sobre actualidad, sus declaraciones son reproducidas hasta el cansancio por todos los medios. Quizás de ahí venga su prudencia. Aunque siempre evitó expresar en público posiciones partidarias tajantes, hubo un tiempo en el que fue uno de los actores más críticos al kirchnerismo. A principios del 2013, en una entrevista se preguntó: “Que alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner". La crítica escaló al punto que la propia Cristina Fernández le respondió con una carta pública. “Ricardo, permítame llamarlo por su nombre de pila como usted lo hace conmigo en su entrevista en la revista Brando, porque es más amigable y aleja toda posibilidad de pelea y confrontación que tanto parecen afectarlo. No quiero imaginar cómo se sentiría usted si alguien llevara carteles escritos por la calle insultándolo, deseando su muerte o festejando la de su compañero de toda la vida como me ocurre a mí en algunas manifestaciones opositoras. ¿Nunca vio alguna?”. Sobre su fortuna, sostuvo que sus declaraciones juradas eran públicas y que la Justicia ya había investigado a su familia.

En esas mismas semanas comenzaban a salir las primeras notas sobre la posición política de Alejandra. “La simpatía K de la hermana de Ricardo Darín”, fue un título del 7 de enero de ese año. En la nota se hablaba sobre la presencia de la Asociación de Actores en eventos oficialistas.

Además, el artículo citaba una entrevista a Luis Brandoni: "La Asociación Argentina de Actores ha sido copada por el kirchnerismo. No me representa”, había dicho el actor. La frase es prácticamente la misma que la que acaba de repetir ahora, luego del acto en Plaza de Mayo: “Convirtió a la Asociación Argentina de Actores en la Asociación Kirchnerista de Actores”, insistió.

Diez años después, las discusiones argentinas no avanzaron mucho y, por el contrario, la grieta parece ser cada vez más profunda.

Sin embargo, y a pesar de que los hermanos Darín son los rostros perfectos para quienes desean alimentar las diferencias, ninguno jamás se prestó al juego de las diferencias políticas. Por el contrario, cada vez que hablan en público del otro lo hacen con palabras de amor. La última vez fue en mayo. Alejandra estaba como invitada en “Vivo para vos”, en El Nueve, y los conductores la sorprendieron con un mensaje que Ricardo había grabado para ella: “Es mi hermana, mi hermanita, nos criamos y nos protegimos juntos. Lo que sí les puedo decir es que la quiero mucho y que le deseo lo mejor porque es una gran persona. Es una mujer muy fuerte, más allá de lo que ella cree”, dijo.

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Giselle Leclercq

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