Como institución médica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue pionera en mudarse a Tik Tok. A principio de año, cuando había todavía más confusión sobre la pandemia y qué se aconsejaba hacer y no hacer, el organismo decidió abrirse una cuenta en esa red social para intentar combatir las fake news y dar datos confiables.
El objetivo, en un principio, era llegar al público que había captado esa plataforma: los adolescentes. Pero como siempre sucede con las redes sociales, se abrió a una audiencia mucho más amplia.
La esencia de Tik Tok era ideal para lo que la OMS necesitaba: que se difunda masivamente información. La plataforma trabaja con la viralización de contenidos, por lo que es una buena estrategia para conseguir más exposición.
Por su algoritmo, no hace falta tener seguidores para mostrar videos: los visibiliza en la página de inicio y los que tienen buena respuesta, los divulga más.
El usuario tiene dos millones de seguidores y suben, sobre todo, campañas e información vinculadas al coronavirus.
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