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SOCIEDAD | 23-01-2020 08:41

Verano devaluado: Punta del Este se volvió trash

Esoterismo, peleas bizarras, ritos ancestrales y el chancho volador de un policial absurdo. Los derrapes de una elite endogámica de vacaciones.

Como todos los años, Punta del Este se convirtió en el destino elegido por el jet set nacional. Las mansiones y casonas de José Ignacio y La Barra recibieron a los argentinos que todos los años eligen el exclusivo balneario como su lugar de descanso. Pero detrás del lujo y la ostentación que se exhibe, la realidad es muy distinta. Lejos del glamour de antaño,  las excentricidades, exabruptos y polémicas coparon el centro de la escena. La fachada de elegancia y distinción se rompió y dejó al descubierto la cara más trash de la high society nacional.


El término cultura trash entró en uso a partir de los años 80 para clasificar expresiones artísticas o de entretenimiento consideradas de bajo perfil cultural, y por lo tanto, capaces de estimular y atraer al público. Un rasgo característico es que remite a productos caracterizados por su mal gusto y temas vulgares. Es un estilo exhibicionista, que busca atraer miradas y que oscila entre la elegancia y la sofistificación, y el descuido y lo grotesco. Llevado al plano actitudinal, el comportamiento trash es aquel que detrás de una fachada de aparente distinción esconde la banalidad y que no es más que una vidriera para autoexhibirse.


El episodio del cordero arrojado desde un helicóptero a la pileta de la casa del empresario Federico Álvarez Castillo fue el último en sumarse a la lista de hechos que muestran el lado B de Punta. Extraños encuentros espirituales con fines comerciales repletos de famosos, caprichos estrambóticos que se cumplen sólo por el hecho de poder pagarlos y propuestas comerciales inauditas  se conjugan para dejar en evidencia el costado más trash del verano esteño.


Caída libre. El video publicado por NOTICIAS sacudió la aparente tranquilidad de la temporada veraniega. En esos ocho segundos se puede ver cómo desde un helicóptero es arrojado  un cordero a la pileta de la casa del empresario Federico Álvarez Castillo en el complejo Pinar del Faro en José Ignacio mientras quienes están en el patio ríen y celebran la situación. Tras la publicación sobrevino la polémica, las contradicciones, las acusaciones y hasta una investigación judicial con ribetes de farsa.


Tras la difusión, las versiones comenzaron a arreciar. Según consta en sede judicial, tras la declaración de José Luis Volanté Rivera, el administrador del barrio privado, Álvarez Castillo le dijo que “el paquete era un regalo de reyes para sus hijos”, aunque él pudo percibir que se trataba de un animal sin envoltorio.


La primera reacción de los implicados fue, como era previsible, despegarse del asunto y afirmar que ellos no tenían nada que ver y que eran víctimas de la situación. Lara Bernasconi, pareja de Álvarez Castillo, incluso afirmó que no sabían quién había sido el responsable y deslizó que podría tratarse de un mensaje cuasi mafioso. Una excusa extraña cuando las pruebas parecen indicar que una de las risas que se escuchan luego del estruendo del animal contra el agua es la suya.


Es que, el hecho no hubiera tomado mayor trascendencia si no fuera por la necesidad de exhibir y demostrar, el condimento fundamental de la cultura trash. De hecho, según pudo saber NOTICIAS, el video fue difundido por la propia pareja entre amigos, aunque luego tomó estado público y la situación cambió. Lo que fue una gracia en privado (por lo menos para ellos) debieron convertirla en congoja e incertidumbre para el público.


Pero el corderogate no termina ahí. Para sumarle situaciones increíbles, la fiscal de la causa, Ana Dean, confirmó que los restos del animal no existen: “Lo retiraron, lo asaron y lo comieron”, explicó la funcionaria judicial.
La búsqueda de respuestas también incluye saber quién piloteaba el helicóptero y por qué decidió lanzar al animal. Una versión apunta a Eduardo “Pacha” Cantón, empresario argentino radicado hace más de tres décadas en Uruguay. Según esta hipótesis, el episodio no habría sido más que una manera graciosa de saldar la deuda de un cordero para comerlo asado. Un delivery “canchero”, catalogaron algunos. Otra teoría señala como piloto a un retirado militar uruguayo. Incluso se sumó la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU). “Se está efectuando una investigación para recabar todos los detalles técnicos del vuelo”, comunicaron desde la FAU, al tiempo que señalaron que por lo que se ve en el video ya se pueden apreciar violaciones al Código Aeronáutico uruguayo. De ser identificado, el piloto podría sufrir serias sanciones.


Así, de ser una broma para compartir por whatsapp, la situación escaló a una causa judicial e incluso con los Álvarez Castillo abandonando la casona de Punta del Este en medio del repudio en los medios y redes sociales. Más trash no se consigue.


Meditación y dinero. Al tiempo que en la temporada algunos se divierten dejando caer animales, otros buscan la elevación propia. O al menos eso dicen. Es que este verano la tendencia principal consiste en acercase a la espiritualidad, aunque después de todo, las actividades y reuniones no dejan de tener un fin comercial.


El lunes 5 de enero Calu “Dignity” Rivero acudió a un “Experimental Meeting” en el espacio Chakrasana ubicado en Manantiales, a 15 km de Punta del Este. “Fue un encuentro íntimo de amigos y personas cercanas que meditamos y compartimos un momento”, explicó a NOTICIAS Mariana Vega, profesora de yoga que participó de este evento junto a la modelo. Pero detrás de la búsqueda espiritual y la reflexión personal subyace el negocio. Es que la consgina del evento “I am from the Illumination Nation” dejó pronto de ser un mero mensaje de unidad para convertirse en remera. Y costosa. La simple camiseta blanca con la inscripción será vendida a partir de febrero por $1690 gracias a una alianza comercial entre la marca Furzai y, claro, la propia Rivero. Espiritualidad del Siglo XXI, a medida y provechosa.


Susana Giménez no se quedó atrás. La diva, habitué desde hace 27 años de Punta del Este,  abrió las puertas de “La Tertulia”, su mansión cercana a Laguna Garzón, para un ritual de pureza y armonización de todos los ambientes. La tarea estuvo a cargo de Marcelo “Tano” Lufrano quien explicó el procedimiento a NOTICIAS: “Armonizamos la casa durante 3 días. El dìa del evento en cada ambiente había un terapeuta que realizó diferentes estadíos de armonizaciones. La propia Susana recibió su armonización con baño de gong (es una forma de relajación a través de la completa inmersión en el sonido del Gong), cuencos tibetanos y aromaterapia con esencias naturales”.


Pero detrás de lo que se mostró como un encuentro íntimo y de acercamiento humano, lo cierto es que el fin era otro. La intención de abrir la estancia no perseguía otro objetivo que conseguir potenciales compradores para la mansión que Susana quiere vender infructuosamente desde hace un par de años. De hecho, el evento fue organizado por Miriam Poggio, broker inmobiliaria de la propiedad. Más aún, la armonización en la casona buscó cambiar las energías pero no por un bien superior, sino para lograr espantar las energías que impiden su venta.


Susana también tuvo tiempo de meditar por Australia. A raíz de los incendios que azotan al país oceánico, la diva decidió juntarse a meditar con el periodista Ismael Cala. Cuando Giménez compartió su foto en las redes sociales en una postura yogui y lo que parece ser un estado de reflexión profundo, sus seguidores le cuestionaron cuánto podría esto ayudar a que las llamas cesen, aunque ella eligió no responder.


La tendencia new age en Punta del Este no acaba ahí. Es que el propio Lufrano también tuvo a su cargo el “Ritual de la luna creciente”, que se realizó en un exclusivo parador de José Ignacio y que no era más que un evento publicitario de una tarjeta de crédito. “Nos enfocamos en trabajar sobre el individuo, profundizar su interior elevándonos a un despertar positivo. Entregamos sahumerios naturales realizados con romero, ruda, lavanda y laurel, disecados con el mar y el sol”, contó Lufrano sobre la ceremonia. Famosos y empresarios se entregaron al ritual, sin embargo, la búsqueda de limpieza parece volverse fútil cuando en el mismo evento los invitados eran agasajados con tragos alcohólicos. El más chic, o que al menos intentaba serlo, a base de gin y yerba mate.


Quien sí podría haber aprovechado algún ritual para atemperar los ánimos es Lucía Celasco, la nieta de Susana. Es que la joven, la primera noche del año, salió de festejo y al salir de un boliche se peleó con otro automovilista al que tildó de “gordo maricón y grasa”. Es que la devaluación de la temporada también alcanzó a los escándalos. Las peleas de las celebrities ya no son por cerrar un desfile o por ser la figura de la temporada, sino que ahora sólo basta un poco de alcohol para que terminen peleando con anónimos. Días después, en el mismo boliche, Karina Jelinek terminó a las piñas con otra mujer, en la que era una de sus participaciones más importante en lo que refiere a publicidad.


Excentricidad. Quienes conocen a fondo los entretelones de la escena de Punta afirman que entre los argentinos se produce un frenesí competitivo para ver quién es el más osado. Claro que no todos optan por tirar animales a una pileta. Algunos se tiran a sí mismos. Como Lisandro Borges dio la nota al tirarse en paracaídas con una paleta de pádel en la mano, sólo para publicitar el deporte que está viviendo un resurgir y del cual él organiza torneos. Cada acción como esta,tiene su respectivo correlato en redes sociales donde cada uno da cuenta de su vida “soñada” en el paraíso uruguayo y exhibe qué tan bien la pasa. En Punta las apariencias siguen primando.
Otros, por el contrario, optan por aprovechar el contexto de exhibición de la opulencia para los negocios. Y si el año pasado el boom de la temporada fue el delivery de caviar a los yates, una idea del argentino Pablo Pries, este año, el que copó el mercado fue otro: un mendocino que no quiere brindar su identidad creó el “Champanabbis”, una de las bebidas de moda que no es más que champagne con cannabis. Un trago de moda que claramente al contener marihuana le otorga ese plus de osadía que contagia a todos los argentinos apenas cruzan al otro lado del Río de la Plata.


Los paradisíacos paisajes siguen allí y también las soñadas playas. Sin embargo el jet set argentino cambió sus modos. Porque aunque el lujo y la presunción de primer mundo siguen existiendo, una cultura grotesca y descartable llegó para quedarse. l

 

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Marcos Teijeiro

Marcos Teijeiro

Periodista de Información General.

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