Con el objetivo de repensar el impacto que tienen las leyes en niños, niñas, adolescentes y mujeres, el Ministerio Público Tutelar convocó a Viviana Waisman, abogada estadounidense-española especialista en derechos de las mujeres y derecho internacional que fundó Women’s Link Worldwide, una organización internacional que lleva y trabaja sobre causas de violencia de género. En ese marco, habló sobre la importancia de la perspectiva de género en la justicia y dio un dato alarmante: estima que habrá 7.000.000 embarazos no deseados en el mundo cuando termine la pandemia.
“Durante esta situación, han incrementado las violencias que sufren las mujeres y niñas en todo el mundo porque se encuentran atrapadas con su maltratador y con dificultades para adquirir protección. Es necesario pensar en liberalizar la ley del aborto y el acceso al aborto y a los anticonceptivos. No podemos ir hacia atrás en materia de derechos de las mujeres, siempre hay que ir avanzando”, señaló Waisman.
En esa línea, tanto ella Yael Bendel, Asesora General del Ministerio Público Tutelar, hicieron hincapié en que se garantice el acceso a los métodos anticonceptivos, dificultado muchas veces para adolescentes y, sobre todo, en este contexto. "Sabemos que la ILE tiene una aplicación dispar en nuestro país. Muchas niñas y adolescentes, a pesar de que es un derecho, se les impide su acceso", explicó Bendel.
Además del debate en torno a la interrupción legal del embarazo, se puso el foco en las situaciones que impiden que haya perspectiva de género en la justicia: las leyes fueron escritas por hombres hace mucho tiempo, faltan operadores de justicia que trabajen con esa mirada y pocas mujeres llegan a lugares de tomas de decisión. En Argentina, por ejemplo, solo el 28% de las mujeres ocupa esos espacios en el Poder Judicial.
En ese sentido, Waisman remarcó la importancia de que la voz de las mujeres esté representada en todos los ámbitos: “Es necesario aplicar la perspectiva de género porque la ´normalidad´ está vista desde la perspectiva masculina. Las mujeres son víctimas de violencia sexual y cuando una mujer denuncia o su agresor la mata, el sistema judicial perpetra este estereotipo de cómo se debe comportar, en lugar de ver lo que sucedió. El enfoque del proceso está en el sitio equivocado porque juzga a la mujer y su relación con la sexualidad”.
Por último, durante el encuentro se trabajó sobre los obstáculos que se enfrentan las mujeres en los procesos judiciales y en estrategias para minimizar los prejuicios basados en roles de género que afectan y revictimizan a las mujeres que sufrieron violencia.
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