Las elecciones presidenciales en Ecuador y Perú están cruzadas por la pandemia y sus crisis, la sanitaria y la económica. En Ecuador, en la previa de la votación del 7 de febrero, el patético manejo de la epidemia por parte del presidente Lenín Moreno, con el sistema de Salud al límite y muy pocas dosis de vacunas disponibles, potenciaba las chances del candidato del correismo, Andrés Arauz, favorito en los sondeos entre los 16 binomios presidenciales (la cifra más alta en la historia democrática ecuatoriana), que aspiran a suceder al actual mandatario, y que puso todo el foco de su gestión en refinanciarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De hecho Moreno estaba en Estados Unidos, reunido con la directora Kristalina Georgieva, cuando estalló en su país un escándalo: el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, utilizó parte de las apenas 8000 dosis de la vacuna de Pfizer llegadas a Ecuador, para inocular a su familia. Lejos de pedirle la renuncia, Moreno lo revalidó en el cargo y defendió su gestión: “Las reuniones que vinimos a tener son para estabilizar la economía nacional y se siembra un mejor futuro para el país, con importantes acuerdos”, sostuvo minimizando el hecho.
Campaña electoral
En las encuestas, Arauz marchaba como favorito (con un 37,4 por ciento de intención de voto), para quedarse con la primera vuelta si no llegaba al 40 por ciento. El rival apuntado es el conservador Guillermo Lasso, candidato del Movimiento CREO. En esos términos la campaña, aunque atomizada, se planteó entre el correismo (cuyo jefe, el ex presidente Rafael Correa, no pudo presentarse a las elecciones por haber sido condenado a ocho años de prisión por un hecho de corrupción), y la centro derecha de Lasso, que ya había quedado en el camino en 2017.
Desde allí, acusaron a Arauz de financiarse con fondos aportados por Cuba, Venezuela y la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN): según datos incautados al líder guerrillero “Uriel”, y publicados por la revista colombiana Semana, el ELN habría aportado por 80.000 dólares para la campaña de Arauz, y habría conversaciones grabadas entre Uriel y Correa.
Correa dijo que se trata de "una patraña" para "frenar el triunfo de Arauz" , favorito en las encuestas.
Desde el búnker de Lasso se señala que con ese dinero y otros aportes, Arauz había financiado las entregas de 250 dólares a sus votantes (como adelanto del subsidio que recibirían cuando asuma como presidente), algo que prometía en sus spots de campaña.
Correa aseguró que se trata de "una patraña más" para "frenar el triunfo de Arauz", favorito en las encuestas. Y juró no haber tenido ningún tipo de contacto con “Uriel”, y recordó que ya cuando él era candidato intentaron relacionarlo con una supuesta financiación por parte de la guerrilla colombiana de las FARC, ahora desmovilizadas.
Los candidatos
En Perú, donde el sistema de Salud está a punto de saturarse y el gobierno cierra fronteras, los casos ya superaron el millón y los muertos pasan los 40 mil. "Esta segunda ola nos encuentra en circunstancias diferentes. Para empezar, estamos viendo que el incremento es rápido en los casos; que personas un tanto más jóvenes se están contagiando", apuntó la ministra de Salud de Perú, Pilar Mazzetti.
El presidente Francisco Sagasti logró poner un poco de orden tras la convulsionada salida de Martín Vizcarra, y llamar a unas elecciones presidenciales, previstas para el 11 de abril, que como en el caso ecuatoriano se dan con una larga lista de candidatos: se anotaron 22 listas y la mitad de ellas prometen achicar el Estado (eliminando carteras ministeriales), frente al marcado enojo del electorado con la política y sus gastos versus las necesidades que impone la pandemia
El ex futbolista, modelo y empresario, George Forsyth, candidato a presidente del partido centroderechista Victoria Nacional, es quien cuenta con la mayor intención de voto en Perú.
Pero es apenas el 10,1%, seguido por la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori (hija del ex presidente), con el 5,6% de los votos.
Con una cuarentena que se ha extendido para frenar los contagios y la promesa de un millón de dosis de Sinopharm como paliativo, como precisaba la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, la pandemia también será un actor central en la votación para la que faltan dos meses.
Y como en Ecuador, los votantes enojados podrían imponer a un candidato impensado en un país donde las investigaciones por corrupción han salpicado a todo el arco político.
Comentarios