“Es una sensación de pertenecer a algo superior y yo creo que eso puede hacer que muchas personas logren entender muchas cosas. En el transcurso de la evolución del ser humano, este ha pasado gran parte del tiempo al aire libre, pero la vida moderna casi siempre implica estar en interiores mirando dispositivos digitales.”, expresó la terapeuta Heidi Schreiber-Pan a la reportera Christina Caron de The New York Times.
La especialista estadounidense forma parte del creciente número de terapeutas que están realizando sus sesiones al aire libre y, en algunos casos, capacitando a otros psicólogos para que hagan lo mismo. Estos afirman que combinar la terapia tradicional con la naturaleza y el movimiento puede ayudar a los pacientes a que se sientan más abiertos, vean nuevas perspectivas y expresen sus sentimientos, todo esto mientras les ayudan a conectarse con el mundo exterior.
La terapia al aire libre entra en la categoría de ecoterapia, un término amplio que incluye actividades tan variadas como la equinoterapia y las excursiones, además de terapia en la naturaleza y actividades de aventura. Durante la pandemia, cuando muchos terapeutas trabajaban en línea, otros realizaban sus sesiones en espacios al aire libre en lugares seguros para poder reunirse en persona.
Sin embargo, este concepto ha estado presente durante mucho más tiempo. Thaddeus Kostrubala, autor del libro de 1976 "El placer de correr", se hizo famoso por hacer sus sesiones corriendo con sus pacientes. La práctica profesional nunca tuvo muchos adeptos debido, en parte, a que la mayoría de los terapeutas fueron entrenados para ver a sus pacientes en entornos interiores controlados, con el fin de conservar la confidencialidad.
En Estados Unidos, esta tendencia es promovida por diversas instituciones universitarias dedicadas a la salud mental, como Lewis and Clark College, en Oregón, y Prescott College, en Arizona. En 2020, se fundó el Center for Nature Informed Therapy, el cual le ofrece, a cualquier psicólogo que complete el programa, una certificación y créditos de educación continua. Hasta el momento, ya se han graduado más de cien especialistas.
Pero existen profesionales que ponen en duda las ventajas y la implementación de estos tratamientos. “En la psicoterapia, hay cierta formalidad, ciertos parámetros probados y verdaderos. Uno se sienta frente a ellos en una sesión de 45 minutos. Y yo no sé con exactitud qué sucedería en el exterior. Si comienza a llover, ¿qué hacemos con el paciente?”, advirtió Petros Levounis, presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Varios estudios han descubierto que estar inmerso en la naturaleza puede ser beneficioso para la salud mental. Un análisis de 2023 sobre los efectos del “baño de bosque”, la práctica japonesa de dar un relajante paseo por el bosque, sugirió que puede reducir significativamente los síntomas de depresión y ansiedad. Además, mantenerse físicamente activo se asocia a un menor riesgo de depresión. Una revisión de diversos estudios llegó a la conclusión de que “la actividad física debería ser un enfoque fundamental” en el tratamiento de la angustia psicológica.
Las sesiones al aire libre no se hacen de la misma forma para todos los pacientes. Algunos afirman que el entorno hace que la terapia sea más accesible y menos intimidante. Los expertos confirman que la terapia al aire libre se ha vuelto especialmente atractiva para los varones y las personas menores de 40 años. “Creo que esta terapia les sirve muy bien a algunas personas jóvenes”, señaló Andrew Tepper, fundador de BODA Therapy, quien casi siempre trabaja con adolescentes y adultos jóvenes en la ciudad de Nueva York, y agregó: “Es un solo carril. Vamos a sentarnos. Vamos a hablar y tal vez juguemos un juego de mesa. Y yo creo que con eso viene cierta confianza”.
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