El 2 de abril es día de recuerdo, homenaje y reconocimiento. Es el día en que los argentinos y argentinas hacemos un alto en nuestras tareas para conmemorar y honrar con admiración y respeto a los 649 soldados que dieron su vida en las Islas Malvinas, a aquellos volvieron al continente con las secuelas físicas y psicológicas de haber vivido el dramatismo del conflicto armado y a las enfermeras que desempeñaron su tarea con coraje. También es el día en que reconocemos el dolor de los familiares que perdieron a sus seres queridos y el de aquellos que debieron y deben acompañar a quienes llevan las heridas del combate en el cuerpo y el alma. Pero para que el reconocimiento no quede en palabras debe transformarse en compromiso.
Por un lado, en un compromiso firme de atender como Estado y sociedad las demandas concretas que plantean los excombatientes y sus familiares y para ello trabajar con el objetivo de que se respeten estrictamente sus derechos. Por otro, un compromiso respecto a los ideales por los cuales ellos lucharon. Ello implica sostener el imprescriptible reclamo de nuestro país, siempre por la vía pacífica y diplomática, de recuperar el ejercicio de la soberanía sobre las Islas Malvinas.
En este punto es necesario afirmar que para que el reclamo tenga éxito es necesario que las estrategias a llevar adelante se conviertan en políticas de Estado, diseñadas con una mirada puesta en el mediano y largo plazo. No alcanza el consenso nacional prácticamente unánime respecto a la justicia de la demanda que ha sido plasmado en la cláusula transitoria primera de nuestra Constitución Nacional. El recorrido de estos 187 años de sostenido reclamo de soberanía ha demostrado que el camino zigzagueante, con idas y vueltas en las políticas implementadas por los diferentes gobiernos, atenta contra el objetivo buscado. Es necesario, imprescindible, que con grandeza y generosidad se construya un ámbito plural en el cual, al margen de diferencias partidarias y sectoriales, las fuerzas políticas y sociales elaboren un programa de acción de largo alcance que permita planificar estrategias diplomáticas y legales que enfrenten satisfactoriamente el desafío de superar los calendarios electorales.
Es con este objetivo que el Presidente Alberto Fernández anunció, en la apertura de las sesiones parlamentarias, el envío al Congreso de un proyecto de Ley para conformar un Consejo Nacional sobre la Cuestión Malvinas que estará integrado por las fuerzas políticas con representación parlamentaria, notables académicos y juristas, la Provincia de Tierra del Fuego y los excombatientes. Este Consejo, encabezado por el propio Presidente de la Nación, deberá asesorar en el diseño de una elaboración consensuada de estrategias en el plano global, regional y nacional, que nos permitan sostener el reclamo con continuidad y coherencia en los próximos tiempos. También elaborar propuestas para afirmar la causa Malvinas en la memoria y la conciencia de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Dos experiencias recientes vinculadas con esta temática, aunque acotadas a situaciones particulares, muestran la ventaja de aplicar políticas de Estado en problemáticas que poseen amplio consenso. La primera de ellas es la tarea que llevó adelante la Comisión Nacional del Límite de la Plataforma Continental (COPLA), creada en 1997 por la Ley 24.815 como una comisión interministerial, bajo dependencia directa del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. El resultado del trabajo de esta comisión fue presentado a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de la ONU en abril de 2009 y aprobada por consenso, con excepción de las zonas sujetas a disputa de soberanía sobre las que no puede opinar, en los años 2016/17. El producto de este trabajo realizado durante varios gobiernos de signo diferente, permitirá presentar en estos días un proyecto de ley que fijará los nuevos límites que ampliarán la Plataforma Continental Argentina, reafirmando los inalienables derechos argentinos sobre un amplio sector de Atlántico Sur. El segundo ejemplo es la labor realizada en dirección a la identificación de los soldados argentinos que se encuentran en el Cementerio de Darwin. Esta iniciativa, que comenzó en el año 2010 y que requirió la toma de ADN de cientos de familiares de soldados caídos en la guerra, fue continuada y ejecutada durante los años 2017/19 y está siendo culminada durante el actual gobierno.
Volviendo al inicio de esta nota, este 2 de abril tan especial permitió que, una vez más, recordáramos y honráramos el coraje y la entrega de nuestros excombatientes. Nos comprometemos a transformar este homenaje en un trabajo intenso para promover políticas de Estado que permitan alcanzar el éxito en el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas por el que lucharon y muchos de ellos dieron su vida.
por Daniel Filmus, secretario de Malvinas, Atlántida y el Atlántico Sur.
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