Las actitudes y necesidades políticas de aquellos que cumplen funciones importantes en algún estamento gubernamental, presidentes, gobernadores, ministros, luchan en desobediencia con los jefes de custodia que el mismo gobierno les supo acordar para salvaguardarlos de cualquier atentado que pudiera lesionarlos o hacer peligrar su vida.
Es muy cierto que un esquema de seguridad debe estar compuesto por verdaderos profesionales de estas ciencias. No basta con ser policía o militar y saber manejar un arma. Esta profesión de custodia se estudia y se practica en escuelas profesionales de las mismas instituciones de gobierno.
Manejo defensivo, evasión, adelantamientos, inteligencia delictual previa, inspección de zonas, esquemas de cobertura, evacuación, tipo de vehículos a utilizar, vestimenta y armamento adecuado.
Es más que importante, diría mas que necesario, que el custodiado entienda que su seguridad no es negociable, que lo que indique el jefe del esquema de seguridad se debe acatar en tiempo y forma, ya que es la persona que esta atenta a los distintos anillos de seguridad que la rodean, y tiene una actitud proactiva y adelantada a las situaciones que se pueden dar.
Recordemos los atentados a Ronald Reagan en 1981, a Indira Ghandi en 1984, a Isaac Rabin en 1995, a Shinzo Abe de Japón hace unos meses atrás, y muy especialmente voy a recordar el que le sucediera al mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, cuando ya elegido para el cargo y por un error garrafal de su equipo de custodia que dejó que simpatizantes se acercaran hasta el punto de quedar estos primeros pegados al mandatario al que se llevaban en andas, un individuo que estaba allí le clavó toda la hoja de un cuchillo que le atravesó varios órganos.
Como profesional en materia de seguridad, y luego de haber estado mas que cerca y liderando esquema de seguridad de gobierno, puedo decirles que lo observado en cuanto a cobertura de seguridad en la puerta del domicilio de la señora vicepresidenta, dista mucho de ser una actuación profesional en cuanto a la cobertura que se le debía de haber dado para protegerla, y la reacción de los efectivos consumado el intento de disparo o disparo fallido, también.
Existe todo un protocolo de actuación por parte de los efectivos de custodia, archi practicado, en donde entre otras cosas el custodiado no puede descender del vehículo hasta que se le indica, y previo a ello al custodiado ya se le indicó a donde se va a dirigir, por donde va a ingresar al lugar ( en este caso su domicilio) con uno o dos custodia por delante y uno o dos por detrás, mientras el jefe de equipo queda observando ante cualquier peligro que pueda desplazarse hacia allí (en este caso el fallido tirador).
Ocurrido el evento, y burlada la custodia como sucedió en este caso, el guardia mas cercano tendría que haberla protegido con su cuerpo y definir si la ingresaba al domicilio inmediatamente o si la tiraba dentro del vehículo nuevamente para salir de inmediato de allí, porque en realidad nadie sabe si era un solo tirador o más de uno.
Queda todo por analizar y muchas más acciones que podría enumerar, pero me permito esbozar que, por la características y carácter del custodiado, el personal de custodia termina obedeciendo y haciendo caso a los designios de este. Los políticos deben entender que no todas las manos que se estiran para tocarlos o saludarlos son para acariciar o estrechar.
*Por Jorge Vidal, especialista en Seguridad Pública.
por Jorge Vidal
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