Leopoldo Kuschnaroff repite varias veces la palabra pasión cuando se refiere a su vínculo con el mundo del vino. Una historia de amor por la tierra que trascendió generaciones y comenzó cuando sus ancestros ucranianos se instalaron en las colonias agrícolas de Entre Ríos y continuó con sus abuelos en Mendoza, tratando de descubrir el secreto de las vides.
Leopoldo, al igual que su papá y uno de sus hermanos, es ingeniero agrónomo y viñatero. Desde chico tuvo interés por la agricultura y se inició en la vinificación hace más de veinte años, ayudando a su padre en las primeras elaboraciones de vino casero. Con el tiempo ese fervor adolescente se convirtió en su profesión y forma de vida. Hoy es primer enólogo y gerente de operaciones de Bodegas Esmeralda y vive en Mendoza con su mujer y su hijo Simón (1).
Noticias: ¿Se acuerda cuando probó vino por primera vez? ¿Qué sintió?
Leopoldo Kuschnaroff: La primera vez debe haber sido a los 15 o 16 años. Me acuerdo de que era un vino blanco y tuve una sensación un poco ambigua. Me gustó porque tenía algo de azúcar, era dulce, rico, y estaba frío, pero igual no me convenció del todo. Me dejó sabor a poco.
Noticias: ¿Cómo llegó a enamorarse después?
Kuschnaroff: Vengo de una familia de agricultores y viñateros y siempre tuve interés por ese mundo. Pero a los 16 o 17 años, en el colegio técnico, cuando descubrí los secretos y la ciencia del vino y empecé a probar las distintas variedades, me fascinó, me enamoré. Me recibí de enólogo y después me hice consumidor. Siempre me llamó la atención la variedad y lo distinto que es cada vino.
Noticias: ¿Qué es hacer vino?
Kuschnaroff: Es mi pasión, mi trabajo. No conozco mucha gente que trabaje en este negocio que no esté apasionada. Más en el caso de los hacedores. Es una tarea ardua, en la cosecha los horarios son larguísimos, no hay fines de semana, tratamos siempre de mejorar, cuidamos todos los detalles. Todo es vino y es la pasión lo que nos mueve.
Noticias: ¿Es arriesgado en su trabajo?
Kuschnaroff: Diría que sí. En este trabajo la experimentación es muy importante. Siempre apostamos a algo nuevo, algo distinto, buscamos ver qué sale. Hacer vino es un riesgo y un desafío permanente.
Noticias: Es importante entonces transgredir reglas establecidas.
Kuschnaroff: Siempre es importante probar algo nuevo y transgredir alguna regla, esa comodidad que da la rutina, pero hay que ser criterioso y saber hasta qué punto transgredir para no hacer cualquier cosa.
Noticias: ¿En ese hacer hay algo artesanal todavía?
Kuschnaroff: Sí, no importa la escala de la bodega, lo artesanal está. De hecho, tomamos decisiones en forma muy artesanal, basándonos en lo que sentimos, probando el vino, pensando, imaginando para dónde puede ir y también, obviamente, nos ayuda mucho el conocimiento y la experiencia.
Noticias: ¿Cómo se crea un vino de calidad?
Kuschnaroff: Lo fundamental es la materia prima. De la mejor uva podés hacer el mejor vino o uno muy malo, pero nunca de una uva mala podés hacer un buen vino. Después está la técnica para intentar lograr esa calidad que está innata en la uva. Por eso es tan importante centrarse cada vez más en los viñedos y en cómo obtener esa calidad de la materia prima.
Noticias: Se hace hace hincapié en el terroir. ¿Es tan importante?
Kuschnaroff: El concepto de terroir engloba las condiciones agroecológicas del lugar y su manejo, cómo se aprovechan esas condiciones. Eso es fundamental, ahí entra la mano del hombre con el trabajo en la viña y en la bodega.
Noticias: ¿Cuál es el vino más emblemático entre los que está haciendo en este momento?
Kuschnaroff: El emblemático de la bodega va a ser el Esmeralda Fernández orgánico malbec, que lanzamos ahora y está en el tope de nuestra gama. Es un vino de muy alta calidad, que proviene de viñedos del valle de Uco y está pensado para guarda y grandes eventos. Y lo que lo distingue de otros vinos de esa categoría es que está elaborado con uvas orgánicas.
Noticias: ¿Argentina es un exportador importante?
Kuschnaroff: Sí, es uno de los países más importantes a nivel mundial. En los últimos años se ubica en el quinto o sexto lugar. En Esmeralda exportamos a más de cincuenta países. Igual, el mercado local sigue siendo el más importante.
Noticias: ¿Y cómo está el mercado interno? ¿El cambio de gobierno influyó en el negocio?
Kuschnaroff: Creemos que hay condiciones que van a permitir un buen desarrollo de la industria del vino, sobre todo ventajas competitivas para la exportación. Es muy importante también que el mercado local se siga manteniendo. Soy muy optimista con este cambio político y lo que pueda traer, creo que va a ser muy bueno para la industria en general, pero es muy poco tiempo. Hay que esperar un poco más para ver los resultados.
Noticias: ¿Qué lugares del país tienen mayor potencial para la industria del vino?
Kuschnaroff: Algunas zonas de altura de La Rioja, donde ya estamos haciendo vinos, tienen un potencial muy alto. También zonas de La Patagonia, aunque esas son más conocidas. Lo importante es descubrir pequeños lugares únicos o muy especiales y saber explotarlos. Como pueden ser Gualtallary o Altamira dentro del Valle de Uco.
Noticias: ¿Hacia dónde se dirige el consumo? ¿Cuáles son las tendencias?
Kuschnaroff: En la Argentina siempre hubo una gran cultura del vino, pero en algún momento se produjo un cambio en los gustos y el consumo cayó mucho. En los últimos diez años tuvimos un pequeño repunte y ahora mucha gente está descubriendo los vinos de alta calidad. El mercado se está poniendo cada vez más exigente y eso es muy bueno. Hay una tendencia general hacia los vinos más frutados, un poco más jóvenes, que incitan a tomarlos. No hacia los muy pesados, difíciles de tomar y más apropiados para la guarda.
Noticias: ¿A usted qué le gusta tomar?
Kuschnaroff: El vino me acompaña siempre. Normalmente prefiero los tintos y me gusta tomarlos a la noche. Soy curioso y trato de probar vinos nuevos y de tomar distintas variedades.
Noticias: Sé que le gusta cocinar. ¿Tiene alguna especialidad?
Kuschnaroff: Sí, me apasiona, pero tengo mucho que aprender. Me gusta hacer carnes asadas –lomo o entraña a la parrilla con alguna salsita– y también me defiendo con las pastas, por ejemplo, los fideos con salsa boloñesa.
Noticias: Cuénteme sobre sus otros hobbies: los viajes, el fútbol, la pesca con mosca.
Kuschnaroff: Me apasiona viajar, descubrir otras culturas y ver en carne propia la historia de la humanidad y cómo eso ha quedado plasmado. Dos ciudades que me encantan y a las que volvería siempre son Londres y Barcelona. El fútbol es otra pasión, juego con mis amigos en Mendoza y soy fanático de River, como toda mi familia. La pesca con mosca es algo nuevo, recién estoy incursionando. Me gusta porque me relaja y me permite estar en contacto conmigo y con la naturaleza en lugares muy lindos, como los arroyos de montaña. Y puedo sumar el hobby de la lectura, con las novelas históricas y las policiales.
Noticias: Volviendo al vino, ¿cuánto incide el puntaje que otorgan los críticos?
Kuschnaroff: Creo que es importante para gente que no tiene mucho conocimiento del tema porque sirve como una referencia. No es algo definitorio pero puede ser controversial, porque si tenés un buen puntaje o no, a veces, las ventas cambian mucho. Igual, el consumo de vino tiene que ver con el gusto de cada uno y no siempre lo que le gusta a un crítico es lo te gusta a vos. No creo que haya muchos vinos malos, me refiero a que tengan defectos muy puntuales. En la Argentina los vinos son buenos y, sobre todo, en los de bajos precios tenemos mejores calidades que los similares europeos.
Noticias: ¿Y en los de alta gama?
Kuschnaroff: Ahí tenemos muchísimo potencial porque somos un país relativamente nuevo para el mundo en este rubro. Recién en los últimos diez o quince años los vinos de alta gama argentinos son conocidos a nivel internacional. Tenemos que hacer un camino más largo para que el consumidor los conozca y valore su calidad.
Noticias: ¿Qué tan importante es el ritual que rodea al vino para el consumidor común? Me refiero a la forma de probarlo, la copa, el decanter.
Kuschnaroff: Lo más importante para disfrutar un vino es el momento y la compañía. El resto es parte del ritual. Soy un poco enemigo de esa cultura que aleja al consumidor, donde se piensa que si no tenés la copa especial y el decantador no podés disfrutar un vino. Todo lo contrario. Obviamente el decantador es importante cuando hay vinos de guarda de muchos años, pero sin decantador y en un vaso también podés disfrutarlo. No hay que hacerlo complicado. El vino tiene que ser algo sencillo que esté cerca de la gente.
Noticias: Su trabajo está relacionado de alguna manera con la vida, la alegría, el disfrute. Debe ser gratificante trabajar en algo así.
Kuschnaroff: Sí, es muy lindo porque el vino es algo que le genera placer a mucha gente. Saber que una persona va a disfrutar ese vino que estás haciendo, que va a tener un lindo recuerdo, que ese vino va a hacer especial una comida o un momento con alguien es muy gratificante. Es uno de los motivos por los que hacer vino me apasiona tanto.
Cecilia Escola
Fotos: Juan Ferrari.
por Cecilia Escola
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