Friday 19 de April, 2024

PERSONAJES | 27-07-2020 13:45

Guillermo Cacace: "Tenemos que inventar otras formas de presencia"

Dirige “Amor de cuarentena”, una experiencia sonora por WhatsApp. La importancia de la escucha y de reinventarse.

El celular te vibra para indicar que tenés un nuevo mensaje, ponés play al audio de WhatsApp y una voz familiar, la de una ex pareja, te habla al oído. El ritual se repite por 15 días y la voz de ese ex es la de Leonardo Sbaraglia, o Cecilia Roth, o Jorge Marrale, o Dolores Fonzi, o la de Camila Sosa Villada. “Amor de cuarentena” es una experiencia sonoro visual, que, según su director, Guillermo Cacace, no es teatro, sino que es una nueva forma de expresión artística, difícil de nombrar. Es la tercera vez que Cacace trabaja en un proyecto junto al autor Santiago Loza, con quien asegura tener una relación de extrema confianza. El director premiado por “Mi hijo sólo camina un poco más lento”, cuenta cómo fue dirigir las voces a distancia y qué posibilidades se abren en el campo artístico gracias a esta nueva forma de presencia que no depende de la proximidad.

Noticias: Si bien dice que no considera que esta experiencia sea “teatro”, ¿cómo la definiría?

Guillermo Cacace: Es justamente eso, una experiencia. Es una experiencia sonoro visual, es interesante esto de no poder nombrar demasiado lo que uno está haciendo, inaugura zonas de todo tipo, de dirigir, de cómo recibir. A esta altura el proyecto lleva casi un mes, también es muy distinta la recepción de lo que pasa, no se mide en términos de un aplauso, sino de comentarios. Tanto en el perfil de Instagram del proyecto, como en los perfiles de cada actor, empiezan a aparecer comentarios. Es muy nuevo todo, la verdad que nos seduce mucho, se parece al radioteatro, pero al mismo tiempo no lo es, los personajes no se hablan entre ellos, el radioteatro llega a través de la radio, y esta experiencia llega por WhatsApp. Estamos muy contentos con no saber cómo se llama. Si se quiere es una experiencia sonorovisual, en vez de audiovisual, porque predomina lo sonoro, lo cual también es todo un hallazgo en estos tiempos de tanta polución visual, las horas que nos pasamos frente a las pantallas, tanto sea por trabajo o por entretenimiento. Nos pone a escuchar, entrena la capacidad de escucha de quienes lo hemos hecho, para mi escuchar fue la herramienta esencial para dirigirlo, es también aquello a lo que yo he convocado a los oyentes, al “público”. Creo que esta vez el público sin darse cuenta se convierte en otro actor. A medida que recibís el mensaje, te convertís en ese ex con quien se están comunicando, de ahí se empiezan a generar una cantidad de situaciones muy simpáticas. Hay algo en el orden de lo reparatorio con relaciones pasadas. Hay muchas anécdotas muy lindas. Gente diciendo “¿qué voy a hacer después de estos 15 días cuando el mensaje no llegue más?”. Se genera un ritual. Nos tiene muy fascinados. 

Noticias: ¿Cómo fue esto de dirigir voces y a la distancia?

Cacace: Las mejores cosas de mi vida me han pasado cuando no estaba muy organizado –las peores también–, al no saber cómo iba a hacer, de repente tenía cinco voces, cinco actores muy diferentes entre ellos, mandándome mensajes. Lo primero que hicimos fue un encuentro vía Zoom donde les comenté qué era lo que quería del proyecto, que lo poético no sea solemne, Santiago Loza hace textos con un vuelo literario importante, yo quería que no fuesen tan cotidianos que negasen la naturaleza poética. Después empezó el trabajo concreto de la dirección, ellos me mandaban audios, yo les daba una devolución, lo volvían a grabar, se editaba, quizás se tenía que volver a grabar por una palabra. Habré escuchado un total de entre 300 y 400 audios, en un momento tenía la cabeza que me estallaba, pero al mismo tiempo era un ejercicio de escucha extraordinario. Lo desorganizado tenía que ver con que cada actor se encontraba en el momento del día en que le venía mejor para grabar estos audios, no los podía reunir en la sala de ensayo en un horario, se ensayaba en todo momento del día, ellos elegían su momento, pero yo tenía audios en todo momento. Cecilia Roth lo hacía después de las 10 de la noche, Leo grababa durante la madrugada, a veces escuchaba sus audios sentado en la cama, pero trataba de esperar a contestarle a la mañana. Algunos disfrutaban de ir tejiendo uno por uno, y otros que trataban de ensayar algo y mandarme cinco audios juntos, esta fue la dinámica. Fue bellamente desquiciante

Noticias: ¿Por qué decidieron elegir voces familiares?

Cacace: Trabajo con cualquier tipo de actores, de hecho en general he trabajado mucho más con actores que no gozan de la popularidad que gozan estos cinco actores. Acá me parecía imprescindible que la gente las conociese, que ya tuviesen una experiencia previa, que ellos ya hubiesen entrado en la casa de la gente a través de una película o serie. También hubo un criterio de diversidad, hay una pequeña franja de diversidad a nivel de edad y género y de nichos. 

Noticias: Ya había trabajado con Santiago Loza, ¿cómo fue en esta oportunidad?

Cacace: Trabajar junto a Santiago es trabajar con una persona sumamente generosa no solo por la sensibilidad que les da a sus materiales sino por la libertad que les da a sus directores. Hay un acuerdo tácito de confianza en que él parecería decir: hace realmente lo que te parezca. Hay una confianza muy grande.

Noticias: ¿Cómo surgió la idea de donar una parte a La Casa del Teatro?

Cacace: Es algo fantástico que nace con el proyecto mismo. La idea original es de Santiago y de un productor uruguayo, cuando me convocaron me dijeron que, como es época de cuarentena y hay tanta gente que está necesitando una mano, la idea era que en cada lugar que se hiciera nos asociaremos a cooperar con una institución que lo necesite. Parte de la convocatoria a actores populares tuvo que ver con eso, a cuanta más gente pudiésemos llegar, más íbamos a poder ayudar a la institución que eligiéramos. 

Noticias: ¿Cuál fue el recorrido que hizo y seguirá haciendo “Amor de cuarentena”?

Cacace: Los previos a Argentina fueron Uruguay y Ecuador, acá fue el tercer lugar, se va a hacer en Chile, Brasil, Alemania, Paraguay y en España, que lo voy a dirigir yo, ya estoy en ese proceso, van a ser dos voces argentinas, Leo y Cecilia, porque son dos voces de actores que tienen un pie muy fuerte en la comunidad española, y se suman de allá: Jaime Llorente (Denver en “La casa de papel”) y María Valverde.

Noticias: ¿Qué posibilidades de inspiración surgieron en la cuarentena?

Cacace: Estuve 15 días anulado, me dejé ganar por el ostracismo, me banqué la angustia que me provocaba todo lo que pasaba afuera, me aferré fuerte a las personas con las que convivo que son mi hija y mi compañera, soporté esos 15 días de no saber para dónde disparar. Pasados esos 15 días donde respiramos ese abismo, despacito empezaron a generarse cosas, como el proyecto de “Amor de cuarentena”, que finalmente fue muy vital. Ahora abundan las actividades: me convocaron como jurado de un concurso de obras de teatro confinado; estoy dirigiendo por Zoom otra obra de Ivor Martinić, autor de “Mi hijo sólo camina un poco más lento”, que se va a estrenar en la Patagonia; estamos ensayando una adaptación para cinco mujeres de “La gaviota” (de Antón Chéjov); estoy con dos clases online y con un seminario en México. Tres horas de todos los días de la semana estoy trabajando en situaciones creativas o prácticas. Nos hemos reinventado. Fue una responsabilidad, en la medida en que uno no pertenece a la población más precarizada, vulnerable y además uno tiene un resto de salud psíquica y física, me parecía casi un gesto político hacerlo. En cada uno de estos cuadraditos de Zoom en los que me veo con gente que ensaya o que toma clases, aparece también la situación de no dejar de estar juntos. No hay presencia física, pero está la posibilidad de inventarnos otras formas de presencia. Siempre digo que antes de la pandemia, la presencia no dependió nunca solo de la proximidad, el hecho de estar presente no tiene como condición sine qua non la proximidad. El tema del confinamiento también es una instancia muy fuerte para reflexionar acerca del hecho de la presencia y la ausencia, o el hecho de estar ausente estando presentes y la necesidad de estar presentes cuando esa presencia no puede ser en proximidad

Noticias: ¿Qué significó en su carrera la obra “Mi hijo sólo camina un poco más lento”?

Cacace: Fue cosechar mi trabajo de mucho tiempo, con parte de ese elenco nos conocemos desde hace 17 años, fue cosechar un poco todo un proceso de trabajo que tiene que ver con afirmar qué nos gusta de cuando hacemos teatro. Es una obra que reafirma con radicalidad todos esos deseos, que desde siempre venía cultivando para lo teatral y que ahí se pudieron dar. Después hice otras cosas que me satisfacen muchísimo, obras de gran intensidad, sin embargo, en “Mi hijo sólo camina un poco más lento” aparece una suerte de manifiesto práctico, no teórico, de muchas de las cosas a las que apuesto cuando hago teatro. Cada vez que se hace la obra se modifica mucho porque está en permanente estado de construcción, no tengo que dejar nada terminado, sino dejarlo abierto, para recibir la mirada del otro y seguir componiendo con la mirada del público.

Noticias: ¿Qué aporta de su formación de psicopedagógica en la dirección?

Cacace: No sé, durante mucho tiempo mantuve disociada la actividad que supe tener en algún momento como psicopedagogo y mis especializaciones en psicoanálisis. Trabajé durante 14 años en el campo de la salud mental y después no volví nunca más. Creo que quedaron marcas, uno está hecho de una cantidad de experiencias que tuvo, que habilitan una escucha particular, pero después uno no se da cuenta cuando está trabajando qué decisión está influenciada por la formación. El hecho de haber estar escuchado historias de la gente durante 14 años alguna marca tuvo que haber hecho en el cuerpo. Estoy seguro de que tiene más que ver con lugares de la piel, que con la intelectualidad.

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Mariana Haramburu

Mariana Haramburu

Periodista.

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