Está a mil. Cuenta los minutos que faltan para el estreno de “Matilda”, el mega musical de Broadway que promete revolucionar las vacaciones de invierno en el Gran Rex —estrenó el 1 de junio con una preventa de másde 30.000 entradas—, allí será la dulce Señorita Miel y se enfrentará a la temible Tronchatoro encarnada por Agustín “Rada” Aristarán además de a los terribles padres interpretados por José María Listorti y Fernanda Metilli. También conduce “Bienvenidos a bordo” con mucha gracias y ningún miedo al ridículo, puede ser jurado de “Los 8 escalones”, ganadora del “Bailando”, ingenua seductora en “Sugar” o chica del clima junto a Guillermo Francella en Netflix. Laurita Fernández no reniega del diminutivo porque es parte de su historia, como también lo son sus años de formación, varios disgustos mediáticos y un presente donde le dice a NOTICIAS que ya no está dispuesta a ceder en los temas que importan.
Noticias: “Matilda” es una película generacional. Cuando la veía de chiquita, ¿imaginó que sería parte de una versión musical cuando fuese grande?
Laurita Fernández: ¡La vi muchísimas veces! Es una de esas películas que cuando la enganchás en el cable te quedás mirando aún siendo grande. Me marcó, recuerdo muchas escenas como la de la torta de chocolate, la otra donde revolean a la nena con las trenzas … Hay varios momentos icónicos. ¿Sabes? Cuando era chica al terminar de ver la película intentaba mover las cosas con mis ojos (risas). Nunca imaginé que podía llegar un proyecto así, no solo a mí sino al país porque es muy difícil producir algo semejante, con tres elencos de niños que van rotando, más todos los adultos, técnicos, utileros, es una locura la estructura, solo los que estamos ensayando somos cien. Cuando me convocaron pensé que esto es cosa seria, va a ser increíble.
Noticias: ¿Su personaje, la Señorita Miel, tuvo que apelar a algún superpoder para recordar los nombres de tantos niños?
Fernández: Ay mirá, confieso que nos habían hecho un ayuda memoria con los nombres, las fotos y los personajes de cada uno, pero en una semana aprendimos quiénes eran todos. Muchos llegan con la ropa del cole, me matan de ternura, me abrazan... y pocos me dicen Lau, ¡casi todos me llaman Señorita Miel! Es re lindo ver cómo ellos son conscientes de la obra pero a la vez la viven como un juego, los adultos los miramos y decimos: “Cómo me gustaría volver a sentirme así”. Cuando empezamos a ensayar ya sabían todo, lo suyo y los de los demás, aprenden rapidísimo, cantan las canciones de todos, no se puede creer.
Noticias: Usted de chica vivía en Liniers, todos los que nos criamos en barrios sabemos que para ver un espectáculo había que ir al Centro. ¿Cómo recuerda a esa nena que quería ver teatro y aprender a bailar?
Fernández: Total, era así, y no fue fácil, hasta para ir al cine con los primeros noviecitos uno se tomaba el colectivo hasta Caballito. Empecé a estudiar danza de muy chica y pude hacerlo porque mis papás siempre me llevaban a clases después del colegio, arranqué a los 4 años. Me crié con Cris Morena y cada vez que “Chiquititas” llegaba al Gran Rex pasaba horas en el teléfono llamando a Ticketek para ver si lograba que me atendieran y conseguir una entrada. Vi varios espectáculos de Cris, salía maravillada y me decía: “Yo quiero hacer esto”. En cada acto del colegio metía los cuadros de Cris Morena, me hacía la Romina Yan, después cuando llegó el turno de las Bandana, lo mismo. Juntaba a mis amigas y les bailábamos a nuestros compañeros, ¡re pesada era! Escribía papelitos como si fueran entradas, cada una con su precio en monedas, ¡les cobraba a todos para venir a vernos en el mismo patio donde podían estar gratis! (risas). Después mi mamá me llevó a ver mi primera comedia musical que fue “Fiebre de sábado por la noche” y ahí le dije que quería dedicarme a eso, así que agregaron clases de teatro y canto, me acompañaron mucho siempre.
Noticias: ¿Y cuál fue ese día donde pensó que finalmente estaba donde siempre había querido?
Fernández: La primera vez donde se estrenó un musical en el que era parte del elenco, “El fantasma de Canterville”, que se hizo el 2008 en el Lola Membrives. Recuerdo ese momento previo de muchísimos nervios donde decís: “Explicame por qué no fui abogada o psicóloga en vez de esto!” Fue muy loco, porque 10 años más tarde me convocaron para “Sugar” en ese mismo teatro y antes de estrenar rememoré mi primer estreno en esos mismos pasillos y camarines siendo utilera o reemplazo. Estar al frente de “Sugar” fue algo muy importante a nivel personal, me llevó a pensar en todo ese recorrido y fue hermoso. Eso sí, los nervios eran los mismos que los del primer día, otra vez me pregunté por qué no fui abogada… Después arranca la función y todo fluye.
Noticias: Cuando debutó en “Sugar” algunos cuestionaron su protagonismo diciendo que usted provenía de un lugar popular como el “Bailando”. ¿Todavía se mide con distinta vara a los actores que vienen de la televisión?
Fernández: Puede ser, siempre dicen cosas, pero más difícil es para los que vienen del off, les cuesta mucho llegar al teatro comercial. Hoy en día los productores se rigen por si sos conocido, miden su nivel de popularidad, miran las redes para ver cuántos seguidores tienen, el talento obviamente cuenta, pero para algunos que quieren saltar a otro tipo de obras se les complica llegar. Existe el prejuicio con los que venimos de la tele, pero yo contaba con una ventaja, me hice conocida haciendo lo que sabía que era bailar, quizás si hubiera salido de otro tipo de reality hubiera sido distinto. Más allá de los bolonquis y de todo lo que mueve el “Bailando”, era el programa más visto y siempre se destacó todo lo que sabía hacer, cosa que agradezco.
Noticias: Ha hecho musicales como “Sugar”, comedias prestigiosas como “El método Gronhölm”, realities, actuó junto a Guillermo Francella en “Granizo”, conduce “Bienvenidos a bordo”. ¿Hay algo que todavía no hizo y le gustaría intentar?
Fernández: Probé el mundo de las series y me gustó, había hecho tira y me aburrían mucho los tiempos de espera porque venía de hacer programas en vivo con otra velocidad. Como sueño me gustaría trabajar en otro país para probar experiencias distintas, ir y venir con algún proyecto en España, por ejemplo. De chica no tuve la oportunidad de viajar mucho, económicamente no se podía, me gustaría viajar para de paso conocer lugares nuevos.
Noticias: Antes de que decida irse a trabajar afuera, necesito una receta. Le ha tocado pasar por momentos calientes a nivel mediático. ¿Cómo se esquiva el escándalo con elegancia?
Fernández: No llamemos a la desgracia que vengo muy tranquila (risas). No es fácil, muchas veces me digo: “No contestes porque es peor”, pero te mordés la lengua, llegás a tu casa y capaz te arrepentís de no haber dicho nada aunque al final salís ganando. A mí el bolonqui, lejos de parecerme parte del show, me parece que es algo que te resta, te desgasta, ahí se me termina el humor. Que me bardeen me afecta, no es que vamos al corte y me río con vos, hay algo que no me copa. Muchos tienen esa capacidad, los alimenta la polémica, pero no es mi caso. Trato de zafar, no sé si me técnica funciona porque también me he comido varios quilombos y la pasé mal. En el momento lo padecés, después con el tiempo vas aprendiendo, decís: “¡Pero mirá el drama que me hice por esto!”:
Noticias: Dijo que viene muy tranquila, ¿estar de novia con Claudio “Peluca” Brusca que es productor de “Bienvenidos a bordo” y trabajar con él todos los días suma? ¿Alguien que está adentro de la industria sin ser actor comprende más algunas cosas?
Fernández: Él me entiende y yo lo entiendo. Jamás va a ser una persona que me diga: “Pará, ya terminó tu horario laboral, ¿por qué seguís conectada?”, somos iguales, no nos regimos por la rutina de 9 a 18. Entramos a la productora y nos ponemos en modo trabajo, cada uno hace lo suyo, nos saludamos con un beso en el cachete, imaginate (se ríe). No andamos cual novios en el laburo, cero. Y eso por suerte nos hace sentir muy cómodos. Hacemos cosas diferentes que a la vez se complementan porque él me aconseja un montón y me deja proponer mucho en el programa. Con “Matilda”, por ejemplo, sabe que estos meses de ensayo me demandan todo el tiempo que tengo, jamás me plantearía que es re tarde, me muero cuando hay esos planteos, hoy me costaría mucho estar con alguien así, no es negociable en esta etapa de mi vida. Nos acompañamos un montón, el pobre ya se sabe todas las canciones de memoria, ¡puede ir como reemplazo de cualquiera en la obra!
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