Las palabras de Alberto Fernández el 1 de marzo, cuando abrió las sesiones ordinarias del Congreso, marcaron el inicio de la campaña electoral y dejaron varias definiciones importantes sobre el futuro inmediato del Gobierno. Alguien que siguió el tema muy de cerca, ya que participa en la confección de los discursos presidenciales, fue el antropólogo Alejandro Grimson, que defiende las críticas: “Alberto no agrieta”.
Entrevistado en FM Milenium, el funcionario reveló algunas intimidades del armado del discurso –“el Presidente realmente escribe sus discursos sentado frente a su computadora”- y rechazó la idea de que Fernández esté más combativo con la oposición o los medios que en otro momento. “Creo que no agrieta en absoluto el discurso de Alberto. Es un discurso que llama a la unidad, que termina planteando la relevancia del Consejo Económico y Social, que plantea varias políticas de estado que han rendido fruto como el Mercosur, como la ampliación de la plataforma del mapa de Argentina. La verdad que un discurso que por lo menos toca 25 o 30 temas importantes, fue leído por algunos sectores minoritarios, pero poderosos, como un discurso que sólo habló de dos temas: el tema de la deuda y el tema de la Justicia. Habló de muchísimo temas, la verdad que yo creo que solamente alguien que está profundamente ‘agrietado’ puede leer ese discurso como un discurso que habló de un tema o de dos”.
Grimson, que también es escritor (autor del libro “¿Qué es el peronismo?”, que el Presidente ha llevado para entregar como obsequio en varias de sus giras internacionales), defendió la idea presidencial de elevar una investigación sobre el acuerdo que hizo el gobierno macrista con el FMI y sostuvo que ahí no hay “ninguna contradicción” con la postura de Fernández de “no judicializar la política”.
“Lo que Alberto propone que sea investigado, no lo va investigar y juzgar el Poder Ejecutivo. El tema es ver qué pasos se cumplieron y qué normativas se violaron. Hay un montón de decisiones políticas que tomó el gobierno anterior, que yo no comparto, pero acá nadie está judicializando las Leliq, ni un montón de decisiones que perjudicaron muy gravemente al país. Lo que se está judicializando es un ancla al desarrollo argentino que se inyectó a través de lo que un funcionario de altísimo nivel del extranjero planteó que fue un préstamo que fue específicamente para favorecer a un gobierno. Pero por favorecer a un gobierno, se perjudicó a un país. No puede ser que volvamos a repetir operaciones financieras que le generan un perjuicio gigantesco al país y que no haya ningún tipo de investigación acerca de que si las decisiones cumplieron todos los pasos que deben cumplirse”, dijo en el programa Fase 5.
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