Cristina Kirchner se despidió de la ciudad de Viedma con un mensaje para la militancia: “No importa el lugar que uno ocupe, nunca en mi vida los voy a abandonar, cualquiera sea el lugar. Tranquilos todos y todas”. Esta frase fue dicha el viernes 10 de marzo en la capital rionegrina luego de hablar ante un auditorio en la Universidad Nacional de Río Negro. Tanto durante su exposición como en su salida, los militantes que se acercaron para escucharla le cantaban: “Cristina presidenta”. Ella los dejó cantar, pero al final abrió el paraguas. Para que vayan preparándose, por si cuando cierren las listas el próximo 24 de junio no está ella encabezando la boleta.
Los últimos movimientos de la vicepresidenta parecen calcados a la estrategia que está llevando adelante Mauricio Macri. En su rol de líder mayoritaria del Frente de Todos, busca hacer valer ese peso político para marcar el rumbo que ella cree que es el correcto. El operativo clamor montado por La Cámpora va en esa dirección. Aunque ya dan por hecho que la vicepresidenta cumplirá con su palabra de no presentarse como candidata a presidenta, trabajan para mantenerla en un lugar expectante. Una de las consignas del acto “Luche y Vuelve” que se hizo en Avellaneda el pasado sábado 11 de marzo era “Nada sin Cristina”, una copia de la misma frase “Nada sin Perón”, de la década del ‘70.
Guiños. Como parte de esa tarea, CFK también envía señales a la oposición para buscar un diálogo. Algo similar a lo que hizo en el 2018 o el 2019 cuando se mostraba moderada y con intenciones de diálogo. En aquel momento se autodefinía como “yegua herbívora”, emulando a Juan Domingo Perón que, cuando regresó al país tras 18 años en el exilio, se llamaba a sí mismo “león herbívoro”.
“Creo sinceramente, y no es la primera vez que me han escuchado, que es necesario acordar”, dijo frente a sus seguidores. Allí hizo una aclaración sobre la imposibilidad de avanzar con una idea de la oposición de “flexibilizar” la ley laboral, pero sí dijo que cree que se puede llegar a un acuerdo para definir dos temas importantes: renegociar el acuerdo con el FMI y definir cómo se hará para conseguir más dólares para la economía. Cabe aclarar que para Cristina, el principal motivo de la causa de la inflación es la falta de dólares en la economía y no la emisión.
Algo similar piensa el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, al que ella, sin nombrarlo, aludió en su discurso: “El otro día, uno de los principales candidatos de la oposición dijo que el que decía que venía y sacaba el cepo era un chanta. Saludable gesto”. Esa frase que Larreta dijo en una entrevista en Radio Mitre le pareció simpática a Cristina, pero también le gustó lo que dijo a continuación. “Argentina hoy exporta el 17% de lo que produce, cuando en el mundo hay países, que tienen recursos naturales como nosotros, que exportan el 40%”. La necesidad de generar más dólares tiene alineados a CFK y Larreta y ella busca hacerle llegar ese mensaje.
Eso sí, lo pide a su manera, con ironías sutiles: “Es imprescindible el cambio de actitud, que no pasa por darles la razón en cosas que seguramente no nos vamos a poner de acuerdo, pero sí en esto. En lo fundamental, en el eje. Después la gente votará si le gusta cómo le paga el sueldo uno, cómo le gusta la tarifa del otro –chicaneó–, pero ponernos de acuerdo en esto. Porque si no nos ponemos de acuerdo en esto, podremos tener veinte Vaca Muerta, ochenta mil toneladas de litio, pero nos van a seguir faltando los dólares”.
Lo que importa. En la intimidad de su departamento en Juncal y Uruguay, donde recibe a unos pocos dirigentes o colaboradores, Cristina dice que para las elecciones de este año es más importante trabajar para conservar la provincia de Buenos Aires, Santa Cruz y la intendencia de Quilmes. Buenos Aires por la importancia electoral, Santa Cruz por ser el bastión propio y Quilmes por ser la primera experiencia de una militante de La Cámpora al frente de una intendencia del conurbano. Allí está Mayra Mendoza. La presidencial, en privado, la da por perdida.
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