Julio Saguier no se movió de la silla. Mientras que los accionistas de Clarín huían como si hubieran visto un fantasma, el líder de La Nación no sólo no se levantó sino que no movió un sólo músculo. Así estuvo durante todo el relato -turbulento y trágico- de Lidia Papaleo, la viuda de David Graiver, en esa asamblea de Papel Prensa del 2009, en la que contó detalles de las torturas que sufrió luego de la muerte de su marido. Cuando terminó su largo alegato, Saguier fue el único que se acercó a ella y, luego de asegurarle que lamentaba lo que le había sucedido, le aclaró: “Mi familia y yo con esa historia no tenemos nada que ver”.
El entonces todopoderoso secretario de Comercio, Guillermo Moreno (representante del Estado en esa reunión), siguió atónito la conversación. Este político, que hace de la lucha contra la “oligarquía” uno de sus leivmotiv, hoy guarda para Saguier algo parecido al respeto.
Saguier no es como Bartolomé Mitre, que fue compinche histórico de Magnetto y con quien tuvo una gran relación. Fue entre estos últimos dos, de hecho, que lograron quedarse con Papel Prensa durante la última dictadura, el primero de varios negocios rentables que unirían a Clarín y La Nación. Desde entonces, ambas empresas fueron socias en CIMECO, una compañía que agrupaba a diversos diarios del interior, en la ahora extinta agencia de noticias DyN, y en Exponenciar, que organiza la feria Expoagro. Además, desde el principio del 2019, La Nación se imprime en Clarín. Sin embargo, mientras que el grupo de Magnetto con el tiempo se fue volcando hacia negocios que van más allá del periodismo, en LN prefieren los clásicos.
Aunque durante las épocas complejas, como durante la ley de Medios, cierran filas, las relaciones suelen ser competitivas. Esa tensión se acrecentó desde que La Nación comenzó a crecer. La diferencia de la venta entre los diarios es, en el promedio diario semanal, de 25 mil ejemplares (51 mil contra 76 mil, según la última medición del IVC). En online, en abril, sucedió algo histórico: LN le ganó a Clarín, 19 millones de usuarios únicos contra 17 millones, y quedó segunda en el ranking nacional de diarios.
Sin embargo, cuentan por los pasillos de Clarín, uno de los grandes enojos de Magnetto ocurrió a principios de este año: varios periodistas y productores de su canal se fueron a LN+. Esa sensación no fue sólo suya. “Fernán Saguier tiene una falta de ética absoluta”, sintetizó Daniel Vila, que sufrió la misma experiencia en su canal. En el caso de TN habrá que agregar que algunos de sus periodistas se fueron sin que el grupo de Magnetto lo haya visto con malos ojos.
Hoy desde el Gobierno se observa a TN como “más moderado” mientras que LN+ se lleva todas las críticas. Es un cambio de era.
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