La Corte Suprema de Justicia maneja sus propios tiempos. Mientras los poderes ejecutivos y legislativos luchan en el barro de la política, el Judicial suele tener otras modalidades: incluso para la presentación de las declaraciones juradas.
Por eso, luego de reiterados pedidos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), los cortesanos debieron aceptar publicar su declaración jurada, aunque con cierto retraso. Esta vez, fue la del 2018. Eso sí, con datos generales que impiden conocer en detalle sus patrimonios y, de esa manera, analizar cómo y por qué aumentan sus fortunas. Sólo Horacio Rosatti buscó diferenciarse del resto: en su propia página web, presentó cada uno de sus bienes.
Tal como había sucedido en 2017, el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, es el ministro más rico. Tiene bienes por $ 65.878.717. Lo siguen Ricardo Lorenzetti ($ 43.633.897) y Elena Highton de Nolasco ($ 29.648.851). Lejos de los tres primeros, Rosatti y Juan Carlos Maqueda presentan patrimonios de menos de 10 millones de pesos: $ 9.935.572 y $ 8.293.723, respectivamente.
Highton de Nolasco lidera el ranking del crecimiento patrimonial, del 2017 al 2018, su riqueza aumentó 124%. El segundo fue Lorenzetti, con 66,77 % y cerca quedó Ronsenkrantz, con 66,77 % más. También en este apartado quedaron para el final Rosatti (42,23 %) y Maqueda (23,47 %).
A través de los insistentes pedidos de la Organización No Gubernamental ACIJ, se puede tener cierta claridad acerca del patrimonio de los miembros de la Corte. “Desde el año 1998 hasta la fecha, este organismo jamás cumplió de forma acabada con su obligación de brindar la información sobre el patrimonio de sus autoridades, algo que resulta inadmisible para la ejemplaridad que debería caracterizar al máximo órgano judicial del país”, sostuvieron en un comunicado desde ACIJ. Es que el bajo nivel de detalle otorgado transforma en titánica la tarea ciudadana de ejercer cierto control sobre uno de los poderes del Estado.
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