A Elisa Carrió le gusta imaginarse como a un bombero, capaz de apagar los incendios cuando la coalición que cofundó, Juntos por el Cambio, está en peligro por el fuego amigo. “Soy la garante de la unidad”, se describe. Por eso, en estas últimas semanas abandonó el ostracismo y se dedicó a plantar postura sobre diferentes cuestiones.
Lo que más llamó la atención, incluso a su círculo íntimo, es que anunció un cambio de domicilio para votar a Fernán Quirós, a quien quiere acompañar en su campaña. Pero sobre todo, que dijera que podría abandonar su retiro y someterse nuevamente a las urnas. “Si no hay acuerdos fundamentales de conducta, de decencia, de honestidad y de financiamiento transparente, voy a ser candidata a Presidenta el año que viene”, soltó. Bomba.
Elecciones
Carrió dejó de forma prematura la Cámara de Diputados en el 2020. Todavía le quedaba un año de mandato como legisladora cuando decidió renunciar: decía que había llegado la hora de jubilarse como política, que ya había dado todo lo que tenía para dar y que tenía otros proyectos en mente.
El retiro duró poco: “Lilita” no dejó de ser nunca un factor de poder dentro de Juntos por el Cambio y reapareció públicamente en momentos clave para, según considera ella, enderezar la nave de la coalición. Por eso ahora, ante la falta de un líder claro y la aparición de tantos candidatos, decidió presentar su postulación.
Los que ya están en la grilla de partida de la carrera 2023 desconfían de que verdaderamente quiera someterse a las urnas. “Es típico de ella. Tira esa posibilidad en la previa del armado de listas para darle entidad a la Coalición Cívica”, analiza uno de los armadores de Juntos por el Cambio. Y completa: “Una vez que acomoda a sus dirigentes, va a decir que no es necesario presentarse”.
Mientras tanto, Carrió ya anunció que cambiará su domicilio a la Ciudad de Buenos Aires para poder votar a Fernán Quirós, el ministro de Salud que buscará suceder a Horacio Rodríguez Larreta. “Es una luz que se abre para un pueblo que hoy tiene mucho dolor y angustia”, lo halagó “Lilita” y ya puso a la Coalición Cívica a disposición.
Carrió hará campaña junto a Quirós y en el Gobierno porteño, desde donde dirigirán la campaña del ministro, creen que su acompañamiento en la recorrida puede ser útil: es que la ex diputada es un imán para los vecinos y los medios. Servirá para instalar al candidato.
Entre “Lilita” y Quirós hay una buena relación personal. Ella lo tomó de consultor en temas de salud, tanto para cuestiones públicas como también privadas: durante la pandemia no dudó ni una vez en llamarlo para hacerle consultas personales. Ahora habrá tiempo de devolver tantas gentilezas.
Primera plana
Después de un tiempo de perfil bajo, Carrió volvió a dar entrevistas y el viernes 2 fue la protagonista estelar del Congreso Federal de la Coalición Cívica. Allí hizo un largo descargo sobre el veredicto a Cristina Kirchner en la Causa Vialidad, que se daría un par de días después.
Es que “Lilita” no quería estar ausente en un momento que considera histórico. Ella fue la que denunció en el 2004 la connivencia de la familia Kirchner con Lázaro Báez. No podía dejar que otros se colgaran la cucarda de haber impulsado la primera sentencia contra la vicepresidenta.
Su última irrupción en los medios había sido con mucha polémica. En agosto, hizo un raid contra sus aliados de la UCR y el PRO que provocó muchos daños en la coalición. Y concluyó: “Si quieren que me vaya de Juntos por el Cambio, no tienen más que pedirme. Ahora, cómo van a eludir una voz de 35 años en la Argentina”.
En cada reunión que tiene con otros dirigentes, Carrió muestra lo alerta que está por la situación económica del país. “Después del Mundial, este país choca”, repite. De hecho, ha mostrado su escepticismo en alguna entrevista. “Hay días que me levanto y digo ‘no doy más’. Porque cuánta fuerza espiritual hay que tener, aparte de la fuerza política, la competencia y el estudio, para enfrentar lo que viene en Argentina. Porque se están robando el futuro”, sentenció en LN+.
Fiel a su estilo disruptivo, para criticar lo que sucede en la Anses incluso se animó a presagiar su propia muerte: “Estoy preparando mi velorio para los 84”, vaticinó. “Es que quiero morirme antes de los 90, porque no sé si voy a poder seguir trabajando. En este país estamos condenados a trabajar toda la vida”. Aunque la jubilación de Carrió parece haber quedado definitivamente en el pasado.
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