Tuesday 18 de November, 2025

POLíTICA | 02-11-2025 08:05

Karina al poder: anticipo de la tapa de NOTICIAS

La secretaria general se cree artífice del triunfo de su hermano. El plan para copar el Gobierno. Poder paralelo de sus armadores.

Un día, a mediados de 2020, Karina Milei tuvo una revelación: Dios le comunicó que su hermano tenía que meterse en política ya que había sido profetizado que sería Presidente. Cuando se convirtió en diputado, un año después, volvió a asegurarle a su hermano que aquel era su camino, a pesar de que la mayoría de su espacio quería ir en búsqueda de la Ciudad en 2023. La noche anterior al ballotage con Sergio Massa insistió en la misma línea metafísica. “Ya Dios vaticinó tu victoria”, le dijo. Ahora la historia vuelve a repetirse: en los días previos a las elecciones legislativas, cuando el pesimismo copaba los ánimos en el Gobierno, había una sola persona cerca del Presidente que estaba confiada en que La Libertad Avanza iba a obtener un contundente triunfo.
Sea por una enorme casualidad, por una estrategia finamente calculada o efectivamente por obra de un plan divino, lo cierto es que los acontecimientos volvieron a darle la razón a la menor de la familia. Este triunfo, que ella siente propio, era el momento que había estado esperando en los últimos tiempos. Ahora ni su hermano la va a poder frenar.
Al ataque. Días antes de las elecciones, Mariano Cúneo Libarona redactó su renuncia como ministro de Justicia. Cansado de la gestión, del doble comando en su cartera -donde Santiago Caputo tiene empoderado a uno de sus soldados, Sebastián Amerio-, con ganas de irse a vivir al exterior y con el oído caliente por escuchar las súplicas de su esposa, tomó esa resolución y hasta la filtró a los medios Clarín e Infobae. La decisión estaba bien encaminada hasta que se enteró la secretaria general. Temerosa de que la ausencia de Cúneo Libarona le allanara el camino al hombre del “Mago del Kremlin” en esa área, le pidió al abogado que aguantara un tiempo más en su lugar. Dicho y hecho: lo que Karina quiere, Karina tiene.
Un tiempo atrás había sucedido algo muy parecido. El día siguiente a la derrota electoral en Buenos Aires, en septiembre, gran parte del oficialismo quería ver afuera a “Lule” Menem. El armador de la hermanísima, detestado hasta la médula por el caputismo, había sido además salpicado por las denuncias de corrupción en el área de Discapacidad y todo apuntaba a que iba a dejar su lugar. De hecho, a la secretaría de Legal y Técnica había llegado el pedido de formular una carta de renuncia, hasta que esa noticia llegó a los oídos de la hermana.
Los dos episodios muestran el poder creciente de Karina sobre el Gobierno, correlato del monopolio emocional y espiritual que siempre tuvo sobre su hermano. En la previa a las elecciones, sus enemigos internos se aferraban a una esperanza: un fracaso electoral que golpeara a la responsable del armado, alguien que había insistido en tener candidatos libertarios en las 24 provincias frente a la tesis del asesor presidencial que prefería cerrar alianzas con gobernadores afines.
De hecho, en la antesala a que se abrieran las urnas, Caputo y los suyos se encargaron de hacerle saber a medio periodismo argentino que el “Mago” tenía todo listo para tomar el control de la jefatura de Gabinete, el ministerio del Interior y algún que otro lugar más. De nuevo el espejo: luego de las elecciones bonaerenses, el asesor había hecho correr la misma bola sobre su tan anunciado “takeover”. En ambas ocasiones, esas operaciones mediáticas habían llegado hasta los oídos de Karina Milei, que, cada vez que ve el nombre de su enemigo escrito en un medio, ve también la mano del propio asesor detrás.
Los que están empapados en esa interna entendieron rápido lo que fue el primer mensaje del domingo electoral. A la tarde, cuando los resultados aún no se sabían pero ya empezaban a crecer los rumores de un triunfo libertario, la secretaria general hizo algo inédito: por primera vez en su historia política decidió salir a hablar con la prensa. No es que antes no lo hubiera hecho, muy esporádicamente, pero siempre que eso ocurrió ella trabajaba antes su aparición pública con su equipo, ensayaba las frases, las repetía, se preparaba. Lo del día de las elecciones fue ese instinto de “killer” que lleva en la sangre: en la puerta del Hotel Libertador, con Martín Menem al lado, destacó el labor de ambos como “como presidente y vicepresidente del partido”. El mensaje fue transparente como el agua, una idea que en los días siguientes ella y su equipo se encargarían de hacer saber: la gran artífice del triunfo había sido Karina.
De hecho, ahora la secretaria general se animó a soñar en grande. Su propio equipo está haciendo circular el mensaje de que Manuel Adorni, ladero de Karina, será el proximo jefe de Gabinete. Por ahora, Guillermo Francos (ver recuadro) resiste en su puesto, pero la insistencia de la hermanísima con ese lugar pone todo en duda, amén de las pocas ganas del por ahora vocero de ir a parar a la Legislatura porteña. Sería toda una novedad que la secretaria general no se quede con algo que ambiciona tanto. También activó otro viejo anhelo de su equipo, en especial de “Lule” Menem: atacar las cajas de Caputo, empezando con YPF, deseada no sólo por su importancia sino por el acceso a medios amigables que esa caja, la canilla de pauta publicitaria más importante, significa. La SIDE, otra área que controla Caputo, también está en la mira.
Del lado del asesor se preparan para dar pelea. Por un lado hubo todo un operativo para achacarle la victoria a “las fuerzas del cielo”: que el éxito electoral estuvo dado por los aportes del “Mago” a la campaña, en especial por la narrativa de que “el esfuerzo valga la pena” que se vio en los discursos del mandatario y en distintos spots, y por los actos del Presidente, como el del Movistar Arena. No es la única línea de combate. La otra que preparan es cobrar caro la “obligación” de que Caputo asuma un cargo, algo que el asesor resistió hacer durante casi dos años, para molestia de gran parte del Gabinete que veía cómo se metía en todas las áreas sin pagar ningún costo jurídico al no tener firma. Al momento del cierre de esta edición, esa moneda estaba aún en el aire, aunque la mayoría del oficialismo empezaba a dar por descontado que algún lugar formal el “Mago” va a terminar teniendo.

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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