Desde que Adolfo Pérez Esquivel viajó a Dolores para entregar al juez federal Alejo Ramos Padilla un informe de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que preside en el que se menciona a periodistas que hablaron con el espía y falso abogado Marcelo D'Alessio, se encendieron las alarmas. La Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina (ADEPA) alertó sobre una “grave injerencia estatal en la labor periodística”. El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) lo consideró “un nuevo paso hacia la criminalización del periodismo profesional”.
La titular del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Silvana Giudici, pidió que intervenga la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Incluso el fiscal del caso, Juan Pablo Curi, se quejó por la intervención de la Comisión. Y el diario Clarín aseguró que “la Conadep para periodistas ya está operando”, en referencia a la idea del humorista Dady Brieva, quien propuso crear una comisión similar a la que investigó las violaciones a los Derechos Humanos de la dictadura para analizar la tarea periodística de los últimos años. Varios políticos se sumaron al repudio y hasta Mauricio Macri aprovechó la ocasión para su campaña: “Todavía no asumieron y ya empiezan a querer perseguir al periodismo”, dijo el Presidente para resaltar la sintonía política de Pérez Esquivel con Alberto Fernández, con quién se reunió días atrás.
Pero, ¿qué dice el informe de 191 páginas? ¿Qué le pidió el juez afín al kirchnerismo a Pérez Esquivel? ¿Y por qué intervino un organismo extrajudicial para analizar una supuesta asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal y acusada de extorsiones y carpetazos?
El miércoles 16, NOTICIAS consultó en exclusiva a Ramos Padilla antes de su ingreso a la Facultad de Derecho de la UBA, donde dicta la materia “Violaciones masivas a los Derechos Humanos en la Argentina y persecución penal”.
Noticias: ¿Por qué eligió a la Comisión Provincial por la Memoria para analizar la información secuestrada a Marcelo D'Alessio y las investigaciones publicadas por el periodista Daniel Santoro?
Alejo Ramos Padilla: Es un organismo especializado en el análisis de documentos de Inteligencia en la Argentina. No sólo maneja el mayor archivo de Inteligencia de Latinoamérica (NdR: el de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) sino que actuó en muchos casos relevantes como AMIA, Tablada, Kosteki y Santillán. La Comisión actúa desde el comienzo de la causa y ya produjo otros tres informes, todos vinculados a información hallada en los dispositivos de D'Alessio. El informe aún no fue valorado por el juzgado y va a ser objeto de observaciones seguramente por las partes, las que también se tendrán en cuenta. No se trata de una investigación ni una auditoría sobre los periodistas ni su actividad. Se trata de cotejos, clasificación y sistematización de los documentos de Inteligencia. Estamos frente a un expediente en el que se analizan extorsiones, coacciones, tráfico de influencias, maniobras de lavado de dinero millonarias, pero sobre todo violaciones a la ley de Inteligencia Nacional, que es eso lo que motivó desde un primer momento la intervención de la Comisión.
Noticias: ¿Por qué nombra a Santoro, Gustavo Grabia, Jorge Lanata, Luis Majul, Nicolás Wiñazki y Rodrigo Alegre, entre otros periodistas?
Ramos Padilla: Que haga mención a algunos periodistas no significa bajo ningún concepto que se les atribuya responsabilidad. Muchos de los periodistas que aparecen declararon como testigos en la causa. Algunos se presentaron voluntariamente, aportaron información valiosísima para el avance de la investigación, incluso conversaciones y sus teléfonos. Que aparezcan, en muchos casos, tiene una explicación muy sencilla: D'Alessio se contactaba con muchos de ellos, es un dato objetivo que surge de una compulsa y de los cotejos del teléfono de D'Alessio. Incluso algunos que han venido a declarar como testigos también fueron víctimas de D'Alessio. La organización pretendía utilizar a la Justicia y al periodismo para realizar sus operaciones, lo que no implica ningún juicio de responsabilidad sobre los jueces, fiscales o periodistas que se contactaron. Hay un único periodista sobre el que existe una imputación, sobre el que se observó una situación distinta a la de sus colegas: una participación reiterada en numerosos casos, mantenida a lo largo del tiempo, de común acuerdo, incluso con conocimiento de las extorsiones que se llevaban adelante, que son exigencias de dinero o coacciones. Ese caso quedó claro y se diferencia de otros.
El informe. Ramos Padilla se refiere a Santoro, el único periodista sobre el que la Comisión Provincial por la Memoria hace un juicio de valor. “Se han hallado elementos que permiten inferir que el periodista estaba advertido de la procedencia de la información así como de los mecanismos y/o procedimientos ilegales a través de los cuales esta era obtenida”, concluye el documento que lleva la firma del Nobel de la Paz Pérez Esquivel, el abogado y psicólogo Roberto Cipriano García, el ex presidente de la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, Ernesto Alonso, y el fundador de la CTA y actual cosecretario de la Federación Judicial, Víctor Mendibil.
El informe expone los diálogos de periodistas de los grupos Clarín y América con D'Alessio con supuestas capturas de pantalla de chats de WhatsApp entre ellos y da cuenta de la existenca de videos en su computadora con informes televisivos a los que el espía aportaba documentos apócrifos, algunos de ellos con sellos de la agencia antidrogas estadounidense DEA. El trabajo fue redactado por abogados, psicólogos, periodistas y sociólogos con “experiencia en analizar cómo operan los circuitos de Inteligencia tanto en dictadura como en democracia”, explica Cipriano a NOTICIAS.
¿Era necesario nombrarlos? “No podíamos no hacerlo porque sistematizamos el fondo documental, pero nosotros no difundimos el informe, fuimos muy cuidadosos y tampoco especulamos electoralmente. Terminamos el trabajo y se lo entregamos al juez”, agrega sobre la filtración en plena campaña. Pérez Esquivel también se quejó: “Esto no es una ‘Conadep del periodismo’, no jodan”. La polémica continuará.
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