Gustavo Arribas tiene ganas de ir este año al mundial de Qatar. Y a Silvia Majdalani le gustaría disfrutar más del departamento que compró en Miami tras dejar la función pública. Pero esos planes por ahora son solo deseos, porque en la última semana se desarrolló un capítulo más en una guerra fría que se viene dando entre los ex jefe de la AFI y sus subordinados, y que por el momento imposibilitaría que Arribas y Majdalani puedan viajar.
Desde que se comenzó a barajar la posibilidad de que las causas de espionaje macrista terminen reducidas a una cuestión de agentes cuentapropistas, los espías se rebelaron contra Arribas y Majdalani. El útimo ejemplo de esta tendencia fue el 31 de marzo, cuando el ex director de Contrainteligencia Diego Dalmau Pereyra declaró en la causa conocida como la “Gestapo PRO” y responsabilizó a Arribas y Majdalani por aquel operativo en el que se filmó una reunión con funcionarios provinciales y empresarios en la sede porteña del Banco Provincia.
Este tipo de señalamientos se está generalizando. A Dalmau Pereyra se le suman las declaraciones que ya habían hecho en la Comisión Bicameral de Inteligencia Martín Coste, también ex jefe de Contrainteligencia, la agente Jimena Honor, y algunos ex participantes de la banda de espías "Mario Bros" que hizo seguimientos a políticos, dirigentes sociales, familiares de Mauricio Macri y periodistas. La rebelión de los espías promete estirar la peregrinación judicial de Arribas y Majdalani.
Gestapo. Dalmau Pereyra afirmó que todas las acciones que había realizado eran legales y estaban dentro de sus facultades como director de Contrainteligencia, y que todas las tareas que llevaba adelante estaban revisadas por el sector de Asuntos Jurídicos que dirigía Sebastián De Stefano, el hombre de Daniel “el Tano” Angelici dentro de la AFI.
Dalmau Pereyra, además, mencionó al director de Delitos Económicos Financieros, Fernando Di Pasquale, y al Director de Operaciones Electrónicas, Alberto Oliva. Dijo que todos ellos estaban al tanto de la operación en el Banco Provincia y que la instalación de las cámaras estaba a cargo de “Operaciones Electrónicas”. ¿Cómo involucró a Arribas y Majdalani? En su declaración, el ex agente afirmó que Majdalani lo convocó para informarle que la orden para el operativo la había dado Arribas y que a la reunión iría con Sebastián De Stefano y Darío Biorci, que por ese entonces era jefe de Gabinete de Majdalani.
Dalmau Pereyra dijo que no emitió comentario alguno durante la reunión y que cuando terminó el operativo le entregó todo a Majdalani.
En su descargo, el ex jefe de Contrainteligencia habló de otro expediente: la causa de la banda "Mario Bros". Sobre este punto, afirmó que él no había armado ningún grupo llamado de tal manera, pero sí admitió haber hecho ingresar a la AFI a dos agentes que luego formaron parte de ese equipo: uno fue Jorge Sáez, que venía del Servicio Penitenciario Federal, y otro Leandro Araque, que trabajaba para la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
La declaración de Dalmau Pereyra no es la primera de un agente de la AFI contra Arribas y Majdalani. En el pasado, el ex agente Martín Coste, que había declarado en la Comisión Bicameral de Inteligencia, ya había responsabilizado a Majdalani por operativos que pretendían adjudicarle a él. El más célebre fue el caso del espionaje al Instituto Patria, donde funcionaba la oficina de Cristina Kirchner. Uno de los argumentos de Coste es que cuando se produjo el operativo él estaba de vacaciones. Incluso en más de una oportunidad habría tenido intenciones de hablar con Arribas, pero Majdalani no se lo permitía.
Otra agente que también dio detalles sobre los manejos de Arribas y Majdalani en la AFI fue Jimena Honor, quien se desempeñó en el área de Contrainteligencia. Esta agente declaró en la Comisión Bicameral de Inteligencia sobre la existencia de un “Gabinete B”, que funcionaba en la órbita de Majdalani y que estaba bajo las órdenes de un agente llamado Teo, que sería Alfredo Tedesco, quien hoy está jubilado. Ese "Gabinete B", según la declaración de Honor, se habría ocupado de hacer escuchas telefónicas y transcribirlas, e incluso en algunos casos funcionaba en duplicado con el área de Jurídicos. De esta manera, se tenía mayor control sobre la información que circulaba por la Agencia.
La guerra entre los ex jefes de la AFI y los espías tendría un origen común. Antes de finalizar la gestión, a muchos directores involucrados les habrían ofrecido pagarles los abogados en caso de necesitar asesoría legal, pero eso no pasó e incluso se los intentó dejar como únicos responsables. Hoy los espías están en pie de guerra y gastando dinero de sus ahorros para costear a los abogados, por lo que la pelea con Arribas y Majdalani habría pasado al terreno de lo personal.
El derrotero judicial de Arribas y Majdalani se volvió un escollo para la vida personal de los dos ex jefes de la AFI. A fines del año pasado, Arribas fue abuelo y no puede ir todo lo que quisiera a visitar a su nieto a Uruguay. Las pocas salidas que puede hacer son al sur argentino, donde tiene una cabaña en Chapelco. En febrero estuvo en el country Cumelén, en Villa La Angostura, para el cumpleaños de Mauricio Macri. Se hizo una celebración íntima en la cabaña que construyó el ex presidente en esa villa turística. Además de Arribas, estuvieron el actor Martín Seefeld y el ex ministro de finanzas Luis “Toto” Caputo.
Con la declaración de Dalmau Pereyra, que venía haciendo silencio de radio, se abre un nuevo capítulo en las causas del espionaje PRO: la teoría del cuentapropismo quedó derrumbada.
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