Dentro de la UCR el mayor aliado de Sergio Massa es Gerardo Morales. En el 2015, el radical apoyó la candidatura presidencial del tigrense y Massa acompañó la postulación a gobernador del jujeño. Ese vínculo llega hasta hoy e incluso el nuevo ministro de Economía intentó hasta último momento que el bloque de la UCR acompañe la designación de Cecilia Moreau como nueva presidenta de la Cámara Baja, pero Morales no pudo alinear a la tropa. Los radicales se abstuvieron.
Otro radical que, silencioso y sin mayores sobresaltos, acompañó y aplaudió a Sergio Massa fue Facundo Manes,. Tienen trato desde antes de que el neurocientífico desembarcara en la política e incluso el tigrense elogió algunos proyectos suyos.
Tal vez la mayor amiga de Massa sea Graciela Camaño, quien vio nacer el Frente Renovador y a todos sus integrantes, entre ellos, Cecilia Moreau. El discurso de “la Negra” Camaño fue uno de los más emotivos de la sesión y de los más aplaudidos del oficialismo, a pesar de haber salido de alguien que integra la oposición. Ese doble rol de amiga de los massistas y opositora del Gobierno le dio buenos réditos a la legisladora. Es integrante del Consejo de la Magistratura y el mes pasado se aprobó un proyecto de su autoría para declarar zona protegida al área donde se hundió el submarino ARA San Juan y también proteger la biodiversidad del área. El acompañamiento de ese proyecto por parte del oficialismo fue gestionado por Massa e incluso el trámite solo pasó por la Comisión de Legislación, evitando la de Asunto Marítimos.
En la sesión de despedida, los amigos de Massa fueron moderados y dejaron los saludos y abrazos para la intimidad. No quieren que los acusen, como hizo Bullrich, de apoyar al Gobierno. El tigrense se mostró emocionado al final de su discurso y durante un silencio se escuchó un grito. “Si querés llorar, llorá”, dijo el diputado Eduardo Valdés. No era una frase ingenua. Era el latiguillo de Moria Casán, la novia de su suegro, Fernando “Pato” Galmarini.
por R.N.
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