Mariano Cúneo Libarona es el decano de los abogados mediáticos de la Argentina. Se hizo famoso en la década de los ‘90 por defender a sus clientes en la justicia, pero también en los medios. Eso que hoy se ve como algo normal y natural en cualquier expediente que capta la atención social, era algo distintivo en aquellos años. Fue abogado de Guillermo Coppola, el entonces manager de Diego Maradona y también de políticos como Emir Yoma, cuñado del ex presidente Carlos Menem. Estuvo preso por la causa AMIA y también tuvo romances con celebridades como Samantha Farjat. Todo eso antes de cumplir 40 años.
Tiene buena sintonía con los tribunales de Comodoro Py porque hizo sus primeros pasos en la Justicia Federal en la década del ‘80, donde aprendió los recovecos legales que pueden destrabar un expediente o hacerlo dormir un sueño eterno dentro de un cajón.
Ya para 1999, Cúneo Libarona era un abogado célebre que llegó a ser tapa de la Revista Noticias, bajo el título “Cúneo el malo”, por la cantidad de casos mediáticos y polémicos que lo tenían como parte.
Luego de transitar el barro de los tribunales como abogado hiper explosivo, decidió ir por el bronce. En los últimos años dedicó parte de su tiempo a la vida académica y hoy le pone el broche de oro como Ministro de Justicia. Es decano de la Universidad del Museo Social, de donde egresó como abogado en 1989.
Conoció a Milei en los pasillos televisivos, donde ambos compartían paneles en programas de debate y esa relación fue validada por compartir ámbito laboral en Corporación América. Cúneo Libarona fue abogado de Hugo Eurnekian, sobrino de Eduardo, en la causa de los cuadernos y Milei, como se sabe fue empleado del mismo grupo, de donde se cree, obtendrá una parte importante de sus funcionarios.
Cúneo Libaron siempre fue un abogado vínculado al poder. En las causas en las que participó tuvo el ojo del Gobierno, los servicios de inteligencia, la política y hasta los empresarios más poderosos del país. Sus honorarios llegaron a superar los 500 mil dólares. No necesita plata, va por el bronce.
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