El 19 de noviembre la sociedad se expresó por un cambio y Javier Milei fue quien mejor interpretó el descontento social y supo articular el mensaje adecuado. Felicito al Presidente electo por la gran elección realizada, y le deseo la mayor de las suertes para los próximos cuatro años, frente al complejo desafío que tiene por delante.
De cara al futuro, cabe reflexionar sobre las motivaciones del voto y sus derivaciones en materia de gobernabilidad y administración del poder. La ciudadanía se expresó en contra de un pésimo gobierno de Alberto Fernández, en contra de un estado corporativo, que ofrece servicios deficientes a sus ciudadanos y beneficia -entre otros- a los empresarios amigos del poder.
El discurso que sirvió para ganar no sirve para gobernar. Algunos cronistas fantasean con un Estado sin políticos, una catarsis colectiva que resulta absurda llevada al extremo de un país sin gobierno, más cerca de una autocracia que de una democracia representativa. Como diría Borges, quizás con ironía, merecemos no tener gobiernos.
Hay que salir del discurso del desprecio a la política y cultivar un mensaje nuevo, que revalorice los acuerdos. El Presidente tiene el compromiso ineludible de trabajar en el marco de los tres poderes del Estado, construyendo mayorías en el Congreso y haciendo respetar el Poder Judicial, este es el nuevo desafío.
No se puede excluir al Congreso del debate de los grandes temas de la Argentina. Resulta necesario afianzar la construcción de relaciones institucionales con el Poder Legislativo y promover el debate político. Ninguna ley ómnibus puede sustituir la discusión parlamentaria.
No existe democracia plebiscitaria que anule el funcionamiento del Congreso. El pueblo es importante pero nuestro sistema de gobierno es representativo. En Estados Unidos -un país admirado, de referencia, para el presidente electo- el papel de las cámaras legislativas resulta fundamental e irremplazable en el manejo del Estado y en el ejercicio del poder.
(*) Actual Diputado Nacional. Ex Auditor General de la Nación y también ex Senador Nacional.
por Miguel Ángel Pichetto
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