Con la muerte de Carlos Menem desaparece el principal icono de los 10 años que marcaron un antes y un después en la historia política y social de la Argentina. De esa tumultuosa época, las denuncias de corrupción fueron una de sus marcas más recordadas por los argentinos. A tal punto esto es así, que en 2020 un ranking confeccionado en base a 2500 encuestas a nivel nacional de la consultora Giacobbe & Asociados, se transformó en una muestra de lo que perciben los argentinos sobre la falta de transparencia de sus gobernantes.
Ante la pregunta de “cuánta corrupción cree que hubo en los siguientes gobiernos” (los de 1983, año de la recuperación de la democracia, para acá), las respuestas fueron contundentes. En primerísimo lugar figura Carlos Menem: el 84,5 por ciento respondió que hubo mucha corrupción en sus gobiernos, contra el 7 que dijo que fue poca.
El segundo lugar es para otra gestión peronista, la de Cristina Fernández: 69,2 de mucha corrupción contra 16,7 de poca. La sigue de cerca su difunto marido, Néstor Kirchner, en el tercer puesto: 61,1 de mucha contra 20,7 de poca.
Cuarto figura Eduardo Duhalde, con 59,2 de mucha contra 20,4 de poca. Quinto está el actual presidente Alberto Fernández, con 57,7 contra 10,6. En el sexto lugar se ubica su antecesor, Mauricio Macri, con 48,8 contra 32,5.
Párrafo aparte merecen los dos ex mandatarios radicales. Fernando de la Rúa, en el séptimo puesto, obtiene 46,4 contra 28,4. Y en el último lugar, que en este caso es el más meritorio, se ubica el gobierno de Raúl Alfonsín: solo 15,9 por ciento considera que tuvo mucha corrupción, contra 40 que respondió que fue poca.
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