Este programa no produce nada, salvo la impotencia del comentario cuando lo indescriptible se hace realidad. Porque hay momentos en que, lo que ellos dicen al micrófono y lo que uno escucha, no significa la existencia de nada, excepto del lenguaje. Florencia Peña, estimada como comediante, ha traído un fragmento de lo que hace en la TV y teatro y lo ha puesto en el aire.
El equipo juega a “morcillear” (decir lo primero que venga) y lo que les viene a todos son chistes sexuales. Pero parecen púberes alzados. Chicos de la primaria cuya genitalidad no está madura y disfrutan con otras partes. Gozan con la boca (las palabras), ríen de flatulencias (grabadas, por suerte), hablan de la colita (“Se ocupa bastante de mi culo”, dice Peña sobre una especialista que la asiste) y se regocijan con la cosita del pipí: “Tiene una foca desmayada entre las piernas”.
Son algo graciosos. Pero a tal extremo que hay nombres (Kaká y Delano) y palabras que no pueden decir sin desternillarse: “Pegado a la raya”, “FIFA”, “Polvo”, etc. Y son filosóficamente autocríticos: “Estamos hechos unos pelotudos”, reflexiona Florencia. Por otra parte son de una conciencia cool y tan atraída por todo, que empiezan un tema y enseguida se desvían hacia otro. Y, la artística, los sigue con el audio de una carcajada que parece salida de un ataúd, y que surge en cualquier momento.
Los columnistas van de menor a mayor. Diego Reinhold es gracioso, pero de verdad. Noralih Gago fue al micrófono con un carraspeo doble pechuga merecedor de cadena perpetua. Norma (Finoli, mamá de Peña) va bien, pero hablaba sobre sexualidad y, de pronto, interrumpió para decir: “Ay…me está saliendo internet” (se la habían cortado”). La producción, además, no se esmeró con la cortina de Finoli: “Vamos con Norma” (textual).
Gabriel Michi, gran periodista, que conduce un muy buen programa en América, no es aprovechado en “Fuera de formato”. Por ejemplo: cuando lo presentan, los chicos de la primaria parecen descender a Salita Naranja. El columnista viene con un tema serio (la creación mediática de la realidad) y lo reciben con: “Hola Michi, Michi-pito, Micho-tito”, etc. ¿Eso es humor?
Alguien podría suponer que se parecen a Elizabeth Vernaci. Pero es lo contrario: “La Negra” va del horror al mejor humor, este programa, por ahora, se queda en el horror. También los entrevistados dejan a veces desiertos en la escucha. Graciela Borges, rodeada por la admiración de la mesa, dice: “Hay una frase sabia. Nunca pasa nada… hasta que un día no pasa nada”. Jorge León, productor fotografico de Peña, es consultado sobre la moda y deflagra: “Hoy la moda… está de moda”.
Florencia Peña admite: “Primero nos reiremos, después planificaremos”. Ojalá eso suceda. Es una fuente de trabajo y una radio meritoria. Por ahora –y hasta por ahí nomás– se puede decir cómo es “Fuera de formato”. Lo que no se puede es decir qué es. Ya dijo Antonin Artaud: “Cualquier cosa puede existir, sin tomarse el trabajo de ser”.
por Luis Frontera
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