Tuesday 20 de May, 2025

SHOWBIZ | 14-05-2025 08:36

El teatro porteño se viste con primeros nombres

Ante la baja de las ficciones televisivas los actores y actrices más famosos del país encuentran su refugio en las tablas.

La falta de producción de ficción en los canales de televisión abierta de Argentina es preocupante. Se trata de un colapso que admite varias lecturas y es fruto de una sucesión de variables. Hoy es más barato adquirir la lata de una novela turca o reunir panelistas especializados en todo tipo de temas que generar unitarios o tiras locales, que implican extensas jornadas de grabación y elencos numerosos. Por otro, la abrumadora cantidad de reality shows, con su consabido componente emocional, dramático y de curiosidad, que atrae a muchos espectadores. Sumemos la posibilidad tecnológica de ver una serie en alguna de las múltiples plataformas de streaming, a cualquier hora y en cualquier lugar.

Estos factores, sumados a la baja del encendido y el consiguiente escaso rating, contribuyeron, por ejemplo, a que los 122 episodios de “Buenos chicos” fueran la última ficción que emitió Canal 13 en 2024. Producida por Polka, gran generadora de contenidos durante tres décadas, significó uno de los últimos golpes de efecto que sufrió la industria audiovisual, y sobrevivió a duras penas a pesar de varios cambios de horario.

Posible solución

La carencia de propuestas de ficción tiene varias consecuencias. Una de ellas es su impacto en las carteleras teatrales, ya que, en general, actrices y actores que conquistaron popularidad gracias a trabajos en televisión suelen ser quienes encabezan los grandes éxitos del circuito comercial.

Teatro Porteño

El productor teatral Carlos Rottemberg, con una trayectoria de 50 años en la actividad y reconocido empresario de varias salas, tanto en CABA como en Mar del Plata, fue el primero en advertir la coyuntura que atravesamos y en aportar una posible solución: trasladar el modelo de las cooperativas teatrales a la generación de contenidos. “La falta de ficción en la televisión abierta acarrea, además de la preocupante economía individual que impacta negativamente en el conjunto de actores, un perjuicio futuro para el mundo del teatro. La difusión en la televisión gratuita de los trabajos de centenares de buenos artistas provocó, en multiplicados casos, el interés de la audiencia por verlos ‘en vivo’. Sobran los ejemplos de aquellos muy buenos programas televisivos de ficción desde los cuales se lanzaron a los escenarios actrices y actores que aún hoy encabezan las marquesinas de los grandes teatros. ¿Existirán en el futuro nuevas camadas de actores convocantes que puedan sostener económicamente la creación y funcionamiento de esos grandes edificios? ¿Alcanzará con algunos éxitos en plataformas?”, reflexiona.

Su propuesta recuerda la forma de trabajo autogestiva del legendario “Clan Stivel”, surgido a partir de una idea del actor Emilio Alfaro y el director David Stivel, quien, a fines de los sesenta, creó “Cosa juzgada”, uno de los mejores programas que conoció la televisión argentina. Ese ciclo emblemático reunía una notable suma de actores bajo el nombre “Gente de Teatro”, e incluía figuras destacadas como Norma Aleandro, Federico Luppi, Carlos Carella, Marilina Ross, Bárbara Mújica, Juan Carlos Gené y Alfaro. Todos provenían del teatro y, en 1967, habían representado en el Ateneo la exitosa “El rehén”, una obra que convocó a 85.000 espectadores y recaudó 35 millones de pesos, cifra inusual para aquella época.

Teatro Porteño

Rottemberg en diciembre convocó a una reunión a representantes de organizaciones vinculadas con lo artístico y referentes de la producción televisiva. “En modo idea, les propuse que copien el modelo de las cooperativas teatrales: que los canales sean los teatros, que los productores aporten las facilidades y que la tajada se la lleve el talento. A suerte o verdad, porque del otro lado no hay nada”, afirma.

Otra iniciativa

El popular actor Pablo Echarri, de destacada participación en ficciones como “Resistiré”, “Montecristo” y “El elegido”, es también uno de los creadores de la productora El Árbol. Ha participado en numerosas películas argentinas y, en teatro, protagonizó “The Pillowman” y “Art”. Actualmente forma parte del elenco de la exitosa “Druk” en el teatro Metropolitan y acaba de estrenar la serie de suspenso “Camaleón: el pasado no cambia”, en Disney+. Como integrante de la comisión directiva de SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), advierte que también la cinematografía local está en riesgo.

Teatro Porteño

“La televisión en la Argentina viene en decadencia constante, pero hablar de audiovisual debe incluir lo que está ocurriendo en el INCAA. Es un ejemplo mundial en cuanto al impulso a la cinematografía, sobre todo a partir de la década del noventa. Siempre fue una herramienta eficaz, aunque con dificultades en los últimos tiempos, y requería resolver algunos problemas. Este gobierno cambió el sentido y el espíritu de la ley de creación, que es apoyar a talentos incipientes, por un criterio que premia a quienes más taquilla hacen y obtienen mayores resultados comerciales. Es un espíritu absolutamente contrario a la ley de cine, y esto llevó a que en los últimos dos años no se produjera ninguna película. El Instituto de Cine está virtualmente cerrado y premia lo comercial por encima del talento, algo terrorífico”, afirma.

“Por otro lado, está la producción en televisión, con contenidos que eran telenovelas, unitarios y miniseries. Eso se derrumbó definitivamente por la inexistencia de herramientas y de leyes de impulso, que son las que dinamizan la industria audiovisual en general. Dejó de existir esa producción televisiva por no ser viable ni rentable para los canales, más aún con la reducción de la torta publicitaria tras la llegada de internet y las redes sociales”, sostiene.

Sobre la propuesta de Rottemberg, resume: “La visión de Rottemberg, que compartimos, es que nada genera más vínculo del público con el artista que la ficción en la televisión de aire. La llegada de las plataformas, si bien ha elevado la vara de producción, no impacta de la misma forma en el corazón, por decirlo de alguna manera, de los espectadores. Eso se está viendo reflejado en los bordereaux de teatro. Necesitamos llevar adelante una herramienta que fomente la posibilidad de ficción en los canales de aire. Dinamizar las inversiones nacionales para que los canales vuelvan a ser casas productoras”, analiza

Teatro Porteño

“Para que se generen condiciones de incentivo para inversores nacionales y extranjeros, existe una herramienta muy utilizada en la región y en el mundo llamada cash rebate. Consiste en una devolución de la inversión que será reutilizada en futuras producciones. También puede ser útil la disminución del IVA o el arancel cero para la importación de equipos y contenido. España es un ejemplo paradigmático de este tipo de incentivos: en los últimos quince años, cuidó y fomentó su industria audiovisual. El sector audiovisual argentino está derrumbado, y tenemos que ponernos de acuerdo para que la industria vuelva a renacer”, concluye.

En el teatro

Federico D’Elía es uno de los actores que regresó a las tablas ante la falta de trabajo en televisión, y lo hizo junto a Diego Peretti, su viejo compañero de “Los simuladores”, en la obra “El jefe del jefe”, con dirección de Javier Daulte en el Paseo La Plaza.
“Que no haya ficción en la televisión abierta es triste, es lamentable y es una realidad. Los tiempos cambiaron tanto que hicieron que, por lo menos en la Argentina, la ficción sea muy difícil. Entre otras causas, porque hoy la gente puede elegir qué quiere ver y cómo. Muchos de los actores que estábamos en la tele migramos al teatro porque tampoco hay mucho cine para hacer. Lo que nos queda, como siempre, es el refugio del teatro. Tampoco es que el teatro te va a salvar, porque sólo hay cuatro o cinco obras que pueden llegar a andar muy bien. Creo que hay menos gente en los últimos años en las salas, por nuestras crisis eternas. En mi caso, hace muchos años que me vienen llamando para hacer teatro y yo prefería no hacerlo, porque hice muchos años seguidos y quería estar en casa”, explica.

Eleonora Wexler

Eleonora Wexler, la talentosa actriz que actualmente recorre el interior del país con la pieza “La mentira”, considera que además de los costos de realización, hay una gran transformación en la industria con la irrupción de las plataformas. “Leí sobre la propuesta de Rottemberg y no sé si es la solución, pero creo que es interesante abrir el debate y encontrar nuevas maneras de creación. No se puede volver el tiempo atrás, pero sí ver qué posibilidades existen para que haya más trabajo. Hay que definir además qué organismos pueden apoyar y ayudar a que la industria crezca y desarrolle una televisión con identidad nacional”, expresa.

La situación es compleja y difícil de resolver, pero, como bien señala Rottemberg: “Desde el quehacer teatral, cuna de la ficción, debemos apoyar el regreso de nuestros actores a las pantallas de la televisión masiva. Sin duda, además de ser solidario hacia el colectivo de artistas con el cual nos relacionamos profesionalmente, resultará también otra eficaz manera de continuar fortaleciendo la actividad teatral industrial del futuro”.

También te puede interesar

Galería de imágenes

En esta Nota

Jorge Luis Montiel

Jorge Luis Montiel

Periodista crítico de artes y espectáculos.

Comentarios