La serie de Maradona arranca con un Diego que camina por la playa con la respiración forzada. Empapada de sudor su camisa blanca y en el umbral de la muerte, lo cruzan los flashes sobre su carrera y logros. “Il piu grande giocatore del mondo”, se escucha en italiano. El episodio en Punta del Este a principios de los 2000 marca el inicio del relato en “Diego Maradona: Sueño Bendito”, la serie de Amazon Prime que se mostró su primer capítulo por Canal 9, y que refleja la mirada del propio Maradona sobre sí mismo, y su peso en la lucha de clases y política argentina.
Su llegada a los Cebollitas es el punto de partida de la trama. Fernán Mirás y Gabriel Shultz son sus entrenadores, y Peter Lanzani es Jorge Cysterpiller, el fan detrás del arco y amigo, que llegará a manager cuando Diego pueda dar el salto a primera: terminando de paso de manera abrupta la relación con quienes lo habían apadrinado. Algo similar a lo que ocurre con “Gollo” Carrizo, el amigo que lo lleva a jugar en los “Cebollitas” pero que más adelante le reclamará haber traicionado al barrio: “no todo es plata Pelusita”.
Desde su infancia el “Pelusa” se presenta como un Robin Hood, un justiciero travieso que roba una pelota para que jueguen sus amigos en el potrero, secuencia que define el espíritu de la serie: Maradona como abanderado de las clases bajas en el versus con la clase media argentina reaccionaria que lo desdeña: “a estos negritos villeros hay que sacarlos a patadas del culo”, le dice un comerciante, y la frase germina en sus ansias de revancha.
“Diego Maradona: Sueño bendito” es la autobiografía que delineó el Diez. Un reflejo de su mirada sobre su lugar en la historia familiar, argentina y mundial, que funciona como reflejo póstumo de su propio sentir. Una revalidación del ego, pero también una historia de entrega total para la autosuperación personal y familiar. “Perdóneme, le fallé”, llorará más adelante Diego desconsolado ante su padre tras quedar fuera del Mundial 78. Maradona tendrá su revancha, siempre, incluso tras la muerte.
“Negro sucio, ¿no tenés agua en la villa para bañarte?”, lo molestan en un cruce futbolístico tras debutar en las inferiores de Argentinos Juniors. Y se alterna con un plano de Doña Tota (Mercedes Morán) bombeando agua de un pozo. Ella es en la serie el gran amor de Diego (y Diego “su hijo favorito”, como su ego necesitó revalidar), a la par de Claudia, la mujer que le “rompió el corazón” y lo empujó a la debacle.
El otro relato de la corte traicionera gira en torno a su internación en el Sanatorio Cantegril en Punta del Este, los días previos de bacanal y drogas, y los posteriores de llanto y reproches intrafamiliares. Guillermo Coppola (Jean Pierre Noher) lo encuentra tirado, pide un tensiómetro y llama al médico. Pero se niega a pedir una ambulancia y se muestra preocupado por limpiar la casa antes de que llegue la policía, tarea que le encomienda a Carlos Ferro Viera: “revisá la cabaña de punta a punta, que si no terminamos otra vez presos”. +
En su camino al sanatorio paran por nafta y un café: Coppola pide un cortado y al llegar minimiza ante doctores y medios: “Diego se desvaneció”. “¿Qué le hicieron, quién lo metió en ese camino?”, preguntará Doña Tota (aquí interpretada por Rita Cortese) al llegar al sanatorio. “Era feliz con las patas en el barro, Vos no lo cuidaste. Esto es porque vos lo dejaste solo. Si mi hijo se muere, yo esto no te lo voy a perdonar. Y si no se muere tampoco”, le recriminará la madre a Claudia Villafañe (Julieta Cardinale), la novia del barrio que se convirtió en esposa.
La serie retoma ese camino, su pronto salto a primera en Argentinos Juniors: “El comandante pide que debute. Maradona va primera, está decidido”, le dice el presidente del club a Francis Cornejo, reflejando el pedido de los interventores militares del fútbol. Ese upgrade vendrá de la mano de un contrato que incluye casa familiar -que verán como una mansión-, y que le permitirá conocer a la Claudia adolescente (la “Patito Feo”, Laura Esquivel), a quien Diego dedicará su debut con la Selección, motivando los celos de la madre.
La acción salta en dos tiempos. Y vuelve al Diego en coma en la cama del Sanatorio. “¿Me podés escuchar? ¿Hace cuánto que no me podés escuchar?”, le pregunta Villafañe al Maradona inconsciente. “Hasta cuándo te ibas con otras yo te amaba. Qué importa si me fuiste infiel. Me diste tanto amor”, le dice entre lágrimas. El más amado por su madre, por su ex esposa, por su hinchada, el país y el mundo. El relato post mortem que Maradona soñó.
por R.N.
Comentarios