Caminar un sábado a la noche por la porteña calle Corrientes, equivale a encontrarse con un mundo de gente que hace cola para cenar en los restaurantes mientras elige qué espectáculo ver. Si, la actividad teatral se recuperó de una manera inusitada generando un verdadero boom.
“Lo atribuyo a tres cosas: una, porque las obras de teatro acá son buenísimas y tenemos un público seguidor", afirma Juan José Campanella, involucrado en la reapertura del Politeama y en la puesta de "Network". "Segundo, me da la impresión de que después de la pandemia y de la cuarentena, la gente siente que ha encontrado una sustitución para el cine, se acostumbró a las plataformas y lo ve en la casa. Con el teatro eso no ocurre, no es lo mismo ver una obra por televisión que en vivo. Y tercero, que después de la cuarentena, hay una necesidad de estar en comunidad, y los actores también son parte de esa reunión”, agrega.
La vuelta
Carlos Rottenberg, con 47 años como empresario teatral, presidente de AADET -la cámara que los agrupa- en marzo de 2020 colgó en la marquesina de su sala la frase: “Bajemos el telón para cuidarnos, habrá tiempo para volver al teatro”. Hoy aporta cifras importantes: “Después de la pandemia, en abril de este año se llegó a recuperar la cantidad de público de 2019. Ese recorrido comenzó con el aforo del 30 % de noviembre de 2020, y se fueron dando pasos para llegar al100 % de la capacidad, que se alcanzó el 1° de octubre del 2021.
Pero el verdadero aforo lo decide el espectador concurriendo a las salas. Afortunadamente, la curva sigue ascendiendo. La explicación que le encontramos es que se trata de un dique que estaba cerrado, contenido, y que irrumpe cuando se abre la compuerta. La avidez por el espectáculo en vivo que tiene nuestra audiencia es notoria. Y no es un microclima de Buenos Aires, se da en todo el país. El espectáculo en vivo mueve 6 millones de boletos al año. Ahora irrumpe con fuerza y da una mirada contradictoria porque está mostrando dos Argentinas. Una en crisis profunda, y otra de crecimiento, que de abril a junio empataría esta temporada con la del 19”.
Reactivación
Tal es así que la cartelera se volvió a poblar de grandes nombres, artistas internacionales como Carolina Ramírez ("La reina del Flow") que estrenó aquí "Lo que queda de nosotros", y volvieron con fuerza los musicales de Broadway, que requieren de un presupuesto mayor: "Kinky Boots" va por su segunda temporada y el éxito de "Come From Away" justifica los dos años de espera: “Nos llegó el momento de hacerla porque no podíamos seguir especulando sobre si la gente vendría a vernos o no.
Hay una oportunidad, tomémosla, vamos a trabajar. Lo importante es ponerse en acción y esperar lo mejor. El teatro está lleno y estamos muy felices", celebra Carla Calabrese, productora, actriz y directora de esta última obra. "Nos dimos cuenta de la importancia de la comunidad; solos y aislados no somos tan felices. Con el teatro estamos defendiendo el derecho a tener una vida social. Creo que por eso Come From Away cobró más relevancia pues habla de la necesidad de unirse como comunidad ante lo imprevisto, algo que ya forma parte de nuestra vida cotidiana. Nos estamos dando cuenta de que la solidaridad es lo único que nos salva”.
En este contexto se llegó al décimo aniversario del teatro Picadero (rescatado del olvido con éxito por Sebastián Blutrach) y además se da un “récord histórico de inauguraciones de salas de espectáculos y de remodelaciones", apunta Rottenberg. "Campanella presentó el Politeama, en agosto abre el Gran Pilar con 700 butacas; el 23 de agosto se inaugura el teatro de la provincia de La Pampa para 1.000 espectadores con Drácula; en septiembre el Devoto, también para 700 personas. Lugares que estaban en zozobra, como el Regina, se ven remozados. El empresario Ariel Perroti lo puso en marcha hace dos meses. Y Andrea Stivel se puso al frente del Astros y lo hizo de nuevo. El Liceo, el teatro privado más antiguo de América latina, se cerró con la pandemia y reabrirá el martes 26 julio para celebrar sus 150 años”, enumera Rottenberg.
Intenciones
Por el lado de Perroti, que acumula una experiencia de 35 años en la actividad teatral, logró cumplir su sueño de generar una sala en CABA: “Cuando me convocó Linda Peretz, la presidenta de La Casa del Teatro, y vi el estado del Regina, tomé la decisión de reformarlo y mejorarlo. Era muy importante darle una identidad a la fachada sobre la avenida Santa Fe, además generamos un espacio que funcione como hall y recuperamos los dos Quinquela Martín originales, que son una atracción más. La sala se llama Mirtha Legrand y estamos dándola a conocer; el público y los artistas están conformes porque le agregamos buena técnica. Vamos de menor a mayor y por más”, explica el empresario.
Y cierra: “Con la pandemia surgió la necesidad de la gente de reír y pasar un buen rato. Para esto el teatro presencial no se puede reemplazar por nada, pues ninguna función es igual a otra. Creo que el boom también se justifica con los buenos productos que se están dando. Sumado al deseo del público, arma una combinación que indica que estamos en muy buen rumbo”.
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