★★★★★ Un huracán de energía desborda el escenario del Lola Membrives, inunda la sala y parece prolongarse hasta la avenida Corrientes. Esa fuerza de la naturaleza se llama Nicolás Vázquez y es uno de los mejores comediantes que la escena porteña conoció en estos últimos años.
Aquí demuestra no sólo su proverbial talento actoral sino también la notable capacidad de cantar, bailar y transformase de forma camaleónica en dos personajes intensos, opuestos y encantadores. Por un lado, el de Santiago Dorsey, un actor frustrado y cascarrabias que debe lidiar con audiciones donde no queda elegido por su autoexigencia y compromiso. Por otro, el de Dorita Sánchez, enérgica e ignota actriz de musicales que se impone a los caprichos de un despótico director, y se gana el éxito inmediato por su seductor carisma. Sin duda, Vázquez consigue un punto de inflexión en su sólida carrera y se consagra con un triunfo interpretativo que solo merece admiración y elogios.
El espectáculo “Tootsie” está basado en la película homónima estadounidense de 1982, la farsa romántica dirigida por Sydney Pollack, donde Dustin Hoffman encarnó a un actor que se quedaba sin trabajo debido a su carácter problemático y decide presentarse a una audición para telenovela vestido como mujer. No sólo obtiene un personaje, sino que se transforma en estrella mediática televisiva gracias a su aparición en la ficción ambientada en un hospital. En la versión escénica neoyorquina, con libro de Robert Horn, y música y letras de David Yazbek, el casting en el que brilla el protagonista y las vicisitudes personales y laborales que atraviesa, giran alrededor de un musical.
La inteligente adaptación local que dirige con precisión Mariano Demaría, deja lo vistoso de ese género, las coreografías y canciones, pero se inclina a la comedia de situaciones. Todas desplegadas con muy buen ritmo, al que contribuye el aceitado y atractivo diseño escenográfico y visual de Tato Fernández. De esta manera, el natural histrionismo de Vázquez, omnipresente a lo largo de la propuesta, encuentra un eficaz contrapunto en el resto del elenco. Especialmente, en los excelentes desempeños de la desopilante Maida Andrenacci, como la atolondrada exnovia, la chispa de Vivian El Jaber, a cargo de la empresaria borrachina, y la dúctil y bellísima Julieta Nair Calvo, eventual compañera de Dorita. Además, cabe destacar a Francisco Andrade, como el torpe galán
El sello de calidad de la producción de Gustavo Yankelevich termina de redondear lo que, sin duda, es una de las mejores propuestas artísticas del año. No se la pierda, la diversión está asegurada.
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