**1/2 En una discusión, frente a un grupo hostil, ¿quién no sueña con revertir el lugar de víctima en justiciero? Tanto sea en algo cotidiano, social, laboral, familiar, personal o grupal, las circunstancias pueden llegar a superar nuestro límite de paciencia. Mal que nos pese, en la vida real, la mayoría de las veces resulta prácticamente imposible intercambiar los roles. Pero en el teatro, donde el autor impone sus leyes, todo puede modificarse. Algo de esta sensación viene a nuestro pensamiento al observar el desarrollo de “ParaAnormales”, la nueva obra de Matías del Federico y Daniel Veronese, creadores de la exitosa “Bajo terapia”, que produce el empresario Sebastián Blutrach, actual responsable artístico del Teatro Nacional Cervantes.
La situación argumental es la siguiente: una ruidosa reunión de padres en apariencia disfuncionales, en casa de la atípica directora de un establecimiento de enseñanza privado, con supuesta orientación libre pensadora, para decidir qué hacer con un chico que tiene síndrome de Asperger y, según ellos, afecta las relaciones con el resto de sus pequeños compañeros de estudio. Así, lo que debería ser un espacio de reflexión comunitaria, solidaridad con el semejante y, sobre todo, contención para los que sufren, se torna, por los acontecimientos, en un patético caso de bullying donde la expulsión parece inevitable.
Las buenas intenciones del texto, como exponer la hipocresía de la sociedad, la discriminación y el egoísmo, no logran disimular la flaqueza de una sola situación demasiado estirada. Por más que luego los contextos varíen de un personaje a otro, como si se tratara de ver a través de diferentes prismas un mismo entorno. El recorrido de la trama es llano, falta ritmo, la dirección no supera el oficio y sólo algunas actuaciones logran salvar las papas del fuego.
En este contexto acotado Laura Cymer, como la madre del alumno que sufre déficit de atención, y María Figueras, progenitora de uno de los niños, construyen labores destacadas, dignas y con sincera emoción. En tanto, Carlos Portaluppi, Paola Barrientos, Marina Bellati y Gonzalo Suárez, parecen descansar en la comodidad de roles que ya los vimos transitar en numerosas ocasiones.
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