★★★★ La gran mayoría conocemos el desempeño del legendario actor estadounidense Morgan Freeman (1937), por personajes memorables como el atildado y simpático chofer de “Conduciendo a Miss Daisy (Driving Miss Daisy)”, o el circunspecto detective de “Pecados Capitales (Se7en)”, pero pocos saben que, cuando encarnó a un recluso en “Sueños de libertad (The Shawshank Redemption)” el intérprete ya había estado en prisión en la vida real, aunque durante un breve período.
Fue durante su tiempo en la Fuerza Aérea, cuando Freeman y un amigo viajaron a Los Ángeles mientras estaban de licencia. Haciendo dedo (autostop) fueron detenidos por la policía local que sospechaba que estaban ausentes sin permiso. Freeman tenía su pase, pero el compañero lo había dejado en su habitación. Pasaron cuatro días en la cárcel, a pesar de que al futuro actor se le dio la opción de continuar el viaje solo, mientras se verificaban sus historias. Finalmente fueron liberados.
Quizás este dato influyó también a la hora de elegir al prestigioso intérprete, ganador del premio Oscar a mejor actor de reparto por su papel en “Million Dollar Baby”, para relatar “Grandes escapes”, la nueva serie de History. Allí se revelan historias reales de fugas carcelarias legendarias que inspiraron infinidad de novelas y películas, porque sus protagonistas y sus circunstancias superaron cualquier ficción. Esta producción de ocho episodios ofrece una mirada a esos elaborados escapes de prisión, y a los principales protagonistas detrás de las mismas, entre ellos, los casos de Alcatraz, Dannemora, El Chapo Guzmán y los Pittsburgh Six.
Además de recreaciones dramáticas, narraciones dinámicas y efectos visuales de vanguardia realizados con tecnología de última generación (más específicamente, Unreal Engine), la propuesta se construye con testimonios de prisioneros, sus familias, compañeros de celda, los guardias y empleados de la prisión que intentaron evitar estas históricas huidas.
Sin duda, lo valioso es contar historias reales, pero de una manera entretenida. O sea, los hechos como sucedieron, sin nada inventado, sólo que se evitan los minuciosos detalles para destacar mucho más el principal aspecto que es la acción. En simultáneo, el envío ofrece una idea de cuán dedicadas, valientes e ingeniosas pueden ser las personas en situaciones desesperadas.
Por supuesto, todo esto adquiere valor en la voz de mil matices que posee Freeman que, al narrar los diferentes sucesos, cobra la estatura de una interpretación en si misma.
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