El 13 de noviembre de 2009, cuando los principales medios removían con cierta morosidad, y acaso con placer, el tema de las escuchas telefónicas realizadas por el empleado Ciro James al cuñado de Mauricio Macri, el jefe de Gobierno de la ciudad sorprendió a todos al anunciar, mediante un breve video en YouTube, que no iba a apelar el fallo de la jueza porteña Gabriela Seijas, que autorizaba a Alex Freyre y José María Di Bello a casarse.
En su escritorio, rodeado de fotos familiares, con su habitual camisa celeste, Macri anunciaba que había tomado la decisión tras “un debate interno, sopesando mi formación y mi historia con mi búsqueda de las mejores costumbres y las mejores libertades para la ciudad”. Explicaba: “Siento que esto es un paso adelante, porque acá, lo que hay que aprender, es a vivir en libertad, sin vulnerar los derechos de los otros, no como sucede ahora con los cortes y las marchas, donde se vulnera el derecho de otros. En este caso, de lo que se trata es del derecho de la gente a ser feliz en base a sus propias decisiones. Yo creo que tenemos que convivir y aceptar esta realidad. El mundo va en esta dirección, así que estoy tranquilo y contento de que el Gobierno no apele y espero que [Alex y José María] sean felices” […]
La noticia cayó como un balde de agua fría en el Episcopado porteño. A Macri lo habían apoyado los sectores más conservadores y lo rodeaban cuadros políticos de buenas relaciones con las cúpulas eclesiásticas […] Dentro de PRO, los sectores más conservadores y proclives a identificarse con las posiciones de la Iglesia católica no creían que los argumentos liberales y las encuestas justificaran la decisión del jefe de Gobierno. Para ellos, no se trataba de una cuestión de opiniones sino de principios, y por eso resultaba necesario pasar a la acción.
Comenzaron a operar para encontrar una solución a lo que consideraban un problema.
Por un lado, contactaron a varias organizaciones laicas para que colaborasen en sus intentos de empantanar legalmente el casamiento entre dos hombres. Por otro lado, promovieron un acercamiento del jefe de Gobierno con el entonces cardenal primado de la Argentina, monseñor Jorge Bergoglio. En ambas gestiones lograron un éxito muy relativo.
Mauricio y Francisco. Bergoglio, el actual Papa Francisco, nunca tuvo una relación buena con Macri. Pero su cercanía personal con algunos cuadros de PRO, como Gabriela Michetti, ayudó a mantener un vínculo cordial durante los dos primeros años de gobierno. La suerte de guerra fría de Néstor Kirchner y su esposa y sucesora Cristina Fernández contra el arzobispo (por la cual, por ejemplo, no asistieron a los clásicos Te Deum del 25 de mayo en la Catedral Metropolitana) aproximó más aún al macrismo y la Iglesia católica.
Hasta que se hizo público el anuncio de Macri de apoyar el casamiento civil entre ciudadanos del mismo sexo.
Junto con sus seis obispos auxiliares, Bergoglio lanzó un comunicado muy fuerte contra el jefe de Gobierno. El texto cuestionaba que Macri, “en una decisión política que sorprende”, no hubiera permitido la apelación de una “sentencia absolutamente ilegal”, la de la jueza Seijas. “Esto constituye un signo de grave ligereza y sienta un serio antecedente legislativo para nuestro país y para toda Latinoamérica” […]
Para limar las asperezas, Macri decidió hacerle caso a Michetti, entonces a punto de asumir como diputada nacional, que le había pedido que se reuniera con el cardenal primado y buscara un entendimiento.
El encuentro se llevó a cabo el mediodía del miércoles 25 de noviembre de 2009. No tuvo un final feliz.
La reunión, pautada para una hora, logró estirarse apenas a algo más de veinte minutos.
Según los cronistas, tras el intercambio de formalidades, Bergoglio repitió “en términos enfáticos y contundentes” los mismos conceptos de los comunicados públicos. A la salida, Macri declaró: “Más allá de que en este punto [el matrimonio gay] tengamos opiniones diferentes, me corresponde representar a toda la ciudadanía”. Defendió su decisión por “convicciones personales, que tienen que ver con el deber de un conductor político, que es el de lograr la libertad e igualdad de los ciudadanos, independientemente de las creencias religiosas que uno puede compartir”. Bergoglio emitió un comunicado para agradecer la visita, en el que afirmó: “La Constitución y los códigos nacionales no pueden ser modificados por un juez de primera instancia. En tal caso, corresponde al mandatario del Ejecutivo tomar todas las medidas para que haya certeza de la legalidad del acto, que en este caso no la hay, y de allí surge la obligación de apelar”.
Los sectores más conservadores apostaron a mantener expuesta la fractura entre el jefe de Gobierno y el arzobispo, con la esperanza de que la presión mediática torciera el brazo de Macri […]
Pero casi de inmediato, en los primeros meses de 2010, el kirchnerismo impulsó en el Congreso un proyecto de ley de la diputada Vilma Ibarra, para que dos personas del mismo sexo se pudieran casar en cualquier rincón del territorio nacional.
Cuando el trámite llegó a la Cámara baja, al igual que otros partidos, PRO dejó que sus representantes votaran de acuerdo con su conciencia: 4 lo hicieron a favor y 7 en contra. La Ley de Matrimonio Igualitario se aprobó por el apoyo de 126 diputados, contra 110 que la rechazaron y 4 que se abstuvieron.
Pese a que la cúpula de la Iglesia católica perdió esta batalla en el Congreso nacional, y no en la Legislatura porteña, nunca dejó de señalar la responsabilidad original de PRO por haber abierto las compuertas a una discusión que se mantenía fuera de la agenda […]
El mismo día que se anunció la elección del argentino tras la abdicación de Benedicto XVI, Macri dejó de lado los enconos y las rencillas para proferir elogios a mansalva ante cada micrófono que encontró […] Acto seguido, y a instancia de sus asesores, decretó la suspensión de clases en las escuelas de la ciudad el día que asumiera Francisco, lo cual agitó al arco opositor, que le recordó el principio de laicidad que rige en las escuelas públicas. Pero esas invectivas no torcieron su decisión, que el Ministerio de Educación defendió porque se trataba de “un hecho histórico que excede el fenómeno religioso”. El entorno de Macri movilizó sus esfuerzos con rapidez para organizar un viaje al Vaticano, en el cual el jefe de Gobierno fuera ungido por el Papa […]
Gente de fe. Los entredichos entre Bergoglio y Macri no impidieron que la Iglesia católica mantuviera vínculos sólidos con algunos dirigentes de PRO […]
Los militantes católicos argentinos se caracterizan por una vocación destacada de trabajo público: por eso su relación con la política, aunque con vaivenes, ha sido casi constante. Esta relación no siempre resultó de presiones de las jerarquías eclesiásticas.
Muchas veces, la fuerza del “mito de la nación católica”, como llama el historiador Loris Zanatta a la particular cosmovisión que de un modo o de otro se fue imponiendo en la política argentina desde los años treinta del siglo XX, ha llevado a que los laicos se acercan a los obispos en busca de orientación.
Ese parece el caso de muchos cuadros políticos de PRO que […] sienten que su actividad en el mundo político se relaciona de modo íntimo con sus creencias religiosas.
El caso más notable es el de Michetti, quien considera a Bergoglio su “consejero espiritual y de vida”. La reemplazante de Michetti en la vicejefatura porteña, María Eugenia Vidal, también trae una historia en la actividad misionera católica; quizás por ello reemplazó a Macri en las ceremonias religiosas cuando el jefe de Gobierno dejó de asistir.
El listado de los dirigentes de PRO vinculados a la iglesia católica podría seguir. Pero un hecho supera las biografías: el catolicismo se respira en muchas de las oficinas de PRO, en especial de los PRO puros: crucifijos, rosarios, imágenes de santos y de vírgenes y estampitas adornan muchos de los despachos oficiales […]
El 76,9% de los cuadros macristas -según los sondeos que realizamos con investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS)- se declaró creyente, aunque sólo el 40% del total de los miembros de ese partido se manifestó practicante […] Sin embargo, sabemos que la relación con la religiosidad no es homogénea al interior de la dirigencia de PRO. Los porcentajes se reducen a 70% (creyentes) y 14,3% (practicantes) para los cuadros con mayor experiencia política (quienes comenzaron en la actividad antes del actual ciclo democrático) y aumentan a 91,7% y 54,5% entre quienes se metieron en política a partir del llamado de Mauricio, en 2002.
Aunque pocos dirigentes de PRO profesan una fe distinta al catolicismo, llama la atención la aptitud del macrismo para vincularse de distintos modos a figuras que representan otros credos.
Así ocurrió con la comunidad judía, que hoy integra el mosaico plural que le gusta mostrar al macrismo.
La candidatura de Sergio Bergman da cuenta de este afán multirreligioso.
Sin embargo, antes de la incorporación del rabino mediático a PRO la relación entre las instituciones judías y el jefe de Gobierno quedó marcada por un hecho trágico: el nombramiento de Jorge Fino Palacios al frente de la Policía Metropolitana.
Antes de que Macri nombrara al ex jefe de seguridad de Boca en el Gobierno porteño, varios dirigentes de la comunidad judía se acercaron para advertirle que la designación de Palacios no sería bien recibida por su papel en el encubrimiento del atentado a la AMIA, causa en la que entonces estaba imputado y por la que luego fue a prisión.
Otras acusaciones pesaban ya entonces sobre el ex comisario: los organismos de derechos humanos señalaban que también se lo implicó en la represión salvaje de diciembre de 2001 que provocó más de 30 muertes, causa en la que acabó sobreseído. Además, el FPV le recordó a Macri que Kirchner había pasado a retiro a Palacios cuando se conocieron grabaciones de unas charlas que el policía había mantenido con el represor Carlos Gallone -condenado por el fusilamiento de 30 personas en la dictadura, en la Masacre de Fátima- y con Jorge Sargosky, sentenciado a seis años y medio de prisión en la causa por el secuestro seguido de muerte de Axel Blumberg.
Macri no escuchó a los detractores del Fino. Ante cada una de las argumentaciones contra la designación, el jefe de Gobierno respondía con desdén y aseguraba que se encontraba “muy seguro” de la probidad del ex comisario, recomendado por agencias internacionales como la CIA, de los Estados Unidos, y el MOSSAD, de Israel; más los departamentos de investigación estadounidenses de nivel federal, FBI, y antidrogas, la DEA. Macri llegó a afirmar que el nombramiento contaba con la venia del ex embajador de Israel en la Argentina […]
[Sin embargo, tras el procesamiento de Palacios por espionaje] Macri emergió del escándalo muy golpeado. No sólo se cuestionaron su capacidad para armar equipos y su disposición al diálogo (dos pilares de la presentación pública del líder de PRO) sino que se ganó la desconfianza y hasta el rechazo de buena parte de la comunidad judía. Perdía votos y se dañaba su imagen de político centrista y plural que tanto quería presentar.
El jefe de Gobierno hizo todo lo posible para superar el distanciamiento que se había generado con la colectividad judía. Para congraciarse, se convirtió en un asiduo visitante de sus actos y eventos sociales […]
En 2011, el líder de PRO y su entorno encontraron una oportunidad inmejorable. Podían, a la vez, congraciarse con parte de la comunidad judía y desterrar cualquier huella de antisemitismo en la imagen del macrismo. Sergio Bergman integraría las listas de candidatos para las elecciones en la Legislatura porteña.
De modo adicional, sumarían presencia en los medios que el rabino frecuenta con asiduidad […]
Bergman jugó el juego. Observó la oferta del centro a la derecha, y sin dificultad encontró que la mejor opción en la ciudad de Buenos Aires era el macrismo. A comienzos de 2011 creó su propia agrupación, el Movimiento por los Ciudadanos (MC), para dar señales de su voluntad de actor político. Dejó entrever que quería postularse a jefe de Gobierno, pero también que, de no ser candidato, votaría por PRO […] Por entonces todavía se barajaba la posibilidad de que Macri compitiera por la presidencia de la nación, de modo que la fórmula espiritual Michetti-Bergman no resultaba descabellada […]
Macri definió que buscaría su reelección y que otra vez necesitaba el complemento sensible que le otorgaba una mujer. Le propuso a Bergman el primer lugar en la lista de candidatos a la Legislatura porteña.
Gracias a Bergman, que en plena campaña calificó la designación del Fino Palacios como “un gravísimo error”, PRO podía volver a mostrarse como un partido político plural, diverso, inclusivo y que -como se sostenía en sus afiches- daba la bienvenida a todos.
Bergman fue el primer rabino en ocupar un cargo legislativo en América Latina: ese mero dato significó un importante reconocimiento para el macrismo en muchos sectores de la comunidad judía […]
Con la incorporación de Bergman, el macrismo logró más que convocar a un candidato con cierta popularidad: puso un pie en la política de la comunidad judía que, a diferencia de lo que sucede en la Iglesia católica, decide los lineamientos de sus organizaciones de forma representativa, no jerárquica […]
La luz y las tinieblas. Durante la gestión de Macri, el Gobierno de la ciudad también estrechó sus lazos con las iglesias evangélicas, que en las últimas décadas se desarrollaron mucho en la Argentina. Los cultos cristianos no católicos han recorrido un largo camino desde los tiempos en que apenas se toleraban las prácticas privadas protestantes de los inmigrantes, hasta hoy, cuando los predicadores abundan en la televisión y realizan actos masivos. Quizá por convicción, quizá para acentuar la imagen de pluralidad, quizá porque se preveía la trascendencia que podía tener la jugada, desde el comienzo de su gestión Macri se destacó como impulsor político de la congregación evangélica.
Como otros candidatos políticos, el líder de PRO tenía relaciones con las iglesias evangélicas. Buena parte de estos contactos le llegaron por Cynthia Hotton, una economista y militante evangélica que había participado en Recrear para el Crecimiento (Recrear), el partido de Ricardo López Murphy.
Hotton no se presenta como una política que además practica un credo, sino como una cristiana que además se metió en política. Heredó el enfoque pastoral de su padre, el diplomático Arturo Hotton Risler, quien durante muchos años participó en la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), la federación que nuclea a la mayoría de las iglesias y organizaciones evangélicas y pentecostales del país. Hotton hizo campaña en las diferentes comunidades evangélicas con un eslogan: “Llevar los valores cristianos al Congreso” […]
En 2008, PRO se convirtió en una suerte de patrocinador político de Luis Palau, quien convocó a una multitud alrededor del Obelisco. El pastor evangélico protestante de origen argentino “nació de nuevo” -en sus palabras- a los 12 años, cuando decidió dedicar su vida a Cristo. Cuatro años más tarde escuchó en una radio de onda corta un sermón del reverendo Billy Graham y su vida volvió a cambiar. A los 20, viajó a los Estados Unidos y siguió fielmente los pasos del magnético pastor de Carolina del Norte.
En 1978, después de haber seguido fielmente a su maestro, Palau se independizó y fundó en Oregon su asociación, a imagen y semejanza del ministerio de Graham. Hoy sus dos programas de radio se repiten en 2.100 emisoras de 48 países. Su imperio económico mueve millones de dólares, en su mayoría provenientes de donaciones de empresas multinacionales.
El festival de Palau en Buenos Aires en 2008 resultó un éxito para su ministerio y para PRO […]
El respaldo de Macri a la visita de Palau ayudó a que buena parte de esa feligresía lo viera como un líder amigable que merecía su voto y un apoyo militante. Los estudios electorales no permiten saber si el favor evangélico sumó votos, pero al menos tuvo efecto en la estrategia de PRO para mostrarse como el partido de la pluralidad y la diversidad. También sirvió en la construcción del macrismo como fuerza política espiritual.
Si sucede, conviene. Una docena de improvisadas carpas blancas en hilera, montadas sobre un corredor de alfombras en tonos pasteles, alteraban el paisaje de Palermo, donde corredores y ciclistas comparten el espacio. El despliegue provocaba la curiosidad de quienes paseaban aquel fin de semana del 9 septiembre de 2012, visitantes ocasionales que poco o nada sabían de la new age o las técnicas de respiración y meditación.
Personas amables y sonrientes, con túnicas tan largas que les ocultaban hasta los talones, recorrían la ambientación en la que predominaba el color blanco. La encargada de ofrecer agua mineralizada explicaba a un muchacho de veintitantos: “Es un evento que organiza el Gobierno de la ciudad para que miles de personas puedan meditar y disfrutar de los beneficios de la vida sana” […] Pronto la zona comenzó a cambiar su dinámica. Más de cien mil almas se juntaron para recitar un rosario de palabras en sánscrito, invocar dioses de otras latitudes y asimilar una pizca de la energía mágica que encuentran en el gurú favorito de los ricos y famosos: Sri Sri Ravi Shankar, el creador de El Arte de Vivir […]
Si a lo largo de la historia las religiones se encargaron de proporcionar bienestar a los hombres, al ofrecerles diferentes modos de lidiar con su finitud, sus penurias y sus insatisfacciones, El Arte de Vivir ha renovado el criterio. No es una religión; no tiene apóstoles ni acólitos. Se trata de una ONG en la que trabajan instructores y a la que cualquiera puede acercarse para contratar sus servicios u ofrecerse como voluntario.
Como carece de fines de lucro, no la rozan las leyes -bastante estrictas en varios países- que regulan los cultos. Los críticos creen que así se evaden controles y se facilita el ingreso de dinero […] A diferencia de las sectas de los años sesenta y setenta, cuyas estructuras cerradas aislaban a los seguidores, las agrupaciones contemporáneas como la de Ravi Shankar se mantienen abiertas y expuestas, con la publicidad de sus bondades a cargo de famosos que argumentan que la mayoría de los problemas tienen una solución tan sencilla como respirar. En este sentido, El Arte de Vivir no se diferencia mucho de otros casos de las nuevas religiosidades que enfatizan los tópicos de la felicidad y la redención que todos pueden alcanzar aquí y ahora; todos, inclusive aquellos que en su afán de éxito terrenal incumplieron algunos de los deberes de las tradiciones judía, cristiana o islámica.
El periodista Pablo Duggan, quien participó de las actividades del grupo y contribuyó a organizar la visita de Ravi Shankar en 2008, publicó en la revista Noticias un artículo muy crítico.
“Durante el curso para ser teacher se ponen en práctica algunas técnicas de manipulación conocidas y repudiadas por expertos”, escribió. “Una de ellas es la llamada silla caliente, un ejercicio en el que una persona pasa al frente de un grupo y es despiadadamente criticada por sus compañeros. Otra es ser obligados a revelar las fantasías sexuales propias frente a un grupo. En ambos casos se busca quebrar emocionalmente a los participantes para luego ofrecerles protección y afecto, generando un lazo emocional falso en el que el poder está del lado del instructor”.
Según Duggan, la política de El Arte de Vivir consiste en una estrategia calculada para acercarse al poder con el fin de construir más poder: “Ravi Shankar conoce a fondo las bondades de contar con celebridades entre sus seguidores (…) Todo aquel personaje conocido que se acerca recibe atención preferencial y trato VIP. Sin dudas, el gran botín ha sido conquistar a Marcelo Tinelli, quien promete poner sus programas al servicio del gurú. El rabino Sergio Bergman y Jorge Telerman son dos seguidores que lo llaman “mi maestro”. El primero, actual diputado de la ciudad por el macrismo, le abrió las puertas del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Está por verse si el segundo, flamante funcionario de Daniel Scioli, intentará algo parecido en la provincia de Buenos Aires”.
No está claro si, como indica Duggan, Bergman llevó la iniciativa a Macri. En todo caso, en 2012 el Gobierno decidió que Buenos Aires dejaría de ser una metrópolis caótica, sucia, con problemas de vivienda y déficits en salud y educación, tapada por la contaminación visual y auditiva, con el tránsito desbordado y los servicios de transporte público en estado regular, para convertirse en la Capital Mundial del Amor.
Del 6 al 9 de septiembre de ese año algunos dirigentes de PRO organizaron “el primer megaencuentro de espiritualidad de Latinoamérica”, llamado Fe Vida 2012, que cerró con “la meditación más grande de la historia”, que tuvo lugar en el Planetario, en simultáneo con otras 300 ciudades del mundo […] Pese a algunos tironeos con personas de su entorno, quienes sintieron que se manoseaba a su gurú, en el riñón de PRO no se dudó un minuto: Macri sería la estrella del encuentro. El jefe de Gobierno abrió Fe Vida 2012 en el Centro Municipal de Exposiciones […]
Semanas antes de que Ravi Shankar aterrizara en el país se conoció que el periodista inglés Edward Luce, autor de “In Spite of the Gods: the Strange Rise of India”, lo había vinculado con la Organización Nacional de Voluntarios (Rashtriya Swayamsevak Sang) y su brazo político, el Partido del Pueblo Indio (Bharatiya Janata Party, BJP). BJP es el segundo partido de la India, hinduista y de ultraderecha, Ha atacado a la minoría musulmana, apoyado la criminalización de la homosexualidad y repudiado la inmigración pobre desde Bangladesh.
La prensa local reflejó además declaraciones del guruji en las que repudiaba la enseñanza estatal en su país: “Las escuelas públicas son un caldo de cultivo de la violencia y el terrorismo (…) el gobierno de la India no puede seguir sosteniendo la educación pública”.
Distintos sectores de la oposición y la sociedad civil se manifestaron descontentos de ver que el Estado brindaba aval -y financiamiento- a un evento como el de la Capital Mundial del Amor. Macri evitó entrar en disputas; sólo ante la insistencia de la prensa debió referirse a las denuncias y desmintió que la ciudad aportase el dinero para el encuentro. Sólo admitió que el Gobierno pagó -“como se hace con otros eventos”- una pauta publicitaria de 2,5 millones de pesos.
El megaencuentro costó algo más de 2,5 millones de dólares, que en su mayoría aportó Synergia SRL, la productora de teatro y música de Diego Finkelstein y Marcelo Figoli. Son los dueños de Fénix Entertainment Group, uno de los promotores máximos de espectáculos y recitales en la ciudad de Buenos Aires.
Finkelstein y Figoli mantienen relaciones estrechas con la cultura metropolitana desde el gobierno de Fernando de la Rúa en la ciudad. Fénix Entertainment Group es propietario de Buenos Aires Vivo, la empresa de Darío Lopérfido, ex secretario de Cultura durante la gestión delarruista en la nación y actual coemprendedor de la cultura oficial porteña gracias a Lombardi, además de director artístico del Festival Internacional de Buenos Aires.
Según el acta de constitución de Fénix, la empresa comenzó a funcionar tres meses después de la asunción de Macri, en diciembre de 2007, con un capital de 50.000 pesos. Apenas cuatro años después le compró la mitad de las acciones de La Rural S.A. a De Narváez, en una cifra que no ha sido difundida, pero sí estimada en varios millones de pesos.
Por último, los medios hallaron que Cristina Filandro, ex secretaria de Avelino Tamargo, aparecía ligada a Synergia. Ex legislador de PRO, fue uno de los mayores promotores del desembarco de Ravi Shankar.
Los problemas continuaron luego de que miles de personas respiraran y meditaran en los bosques de Palermo y asistieran a los talleres y conferencias de Fe Vida 2012. Algunos diputados porteños opositores comunicaron sus sospechas sobre el convenio firmado con El Arte de Vivir en mayo 2008.
Aquel contrato expresaba que la fundación y el Gobierno de la ciudad “diseñarán y desarrollarán programas para la reducción de la violencia en escuelas y barrios; programas para la asistencia de grupos en zonas de riesgo”, para “la reducción del estrés laboral para todos los empleados públicos” y la “atención en hogares de transeúntes”. El oficialismo nunca declaró los montos que se giraron a la ONG desde que el acuerdo se puso en vigencia.
Acaso una medida de estimación sea el valor de los cursos en 2011, cuando unas 50.000 personas se ejercitaron en la técnica de respiración de Ravi Shankar: entre 200 y los 500 pesos. El Gobierno de la ciudad negó que hubiera financiado a la empresa que trajo a Ravi Shankar. Pero el vicepresidente de la filial local dijo a Perfil que El Arte de Vivir había recibido fondos de la ciudad: “Desarrollo Social nos ha otorgado subsidios por 105.000 pesos para profundizar el trabajo de reducción de violencia en villas y 70.000 para trabajar con adolescentes”, precisó Mora y Araujo. Los legisladores denunciaron que ningún expediente en el Gobierno porteño acreditaba tal convenio.
Más Osho que Heidegger. Resulta difícil precisar cuándo buena parte de PRO se comprometió con el misticismo de la Era de Acuario. La inclinación de Macri por los encuentros distendidos para filosofar sobre la política y la vida se remonta a los tiempos de la Fundación Creer y Crecer. Por entonces se acercó, interesado en el nuevo proyecto político, Alejandro Rozitchner, quien hoy trabaja como asesor de distintas oficinas en la estructura partidaria.
El “pensador adjunto”, como se nominó a sí mismo, nació en 1960. Como su padre, el filósofo León Rozitchner, quien fue discípulo de Maurice Merleau-Ponty y Claude Lévi-Strauss, estudió filosofía. Se recibió en la Universidad Central de Venezuela, país donde su familia se había exiliado en tiempos de la última dictadura militar.
También como su padre, Rozitchner es un iconoclasta: le gusta ubicarse en la vereda de enfrente, cuestionar los saberes supuestos y escandalizar a los interlocutores. Pero a diferencia de su padre, quien siempre se inclinó hacia la izquierda y miró con cordial distancia crítica al peronismo, Rozitchner se siente cómodo en la centroderecha.
“Empecé con Mauricio en unas reuniones muy informales, en su casa”, nos explicó. “Eran reuniones de ideas, a veces a solas, otras con gente como Horacio (Rodríguez Larreta), pero siempre poca gente, cercana a Mauricio. Las reuniones siguen, la única diferencia ahora es que no se dan más en la casa de Mauricio sino en distintos lugares, según la agenda del jefe de Gobierno. Yo hago un poco lo mismo que hacía: aplicar mi capacidad de pensamiento a diferentes situaciones y hechos en particular (cómo ubicarse frente a determinados temas, cómo conformar un diálogo con otros interlocutores) o ayudar a Mauricio a parir sus textos… Por ahí leo un libro que creo que le puede servir a Mauricio, más allá de que sea o no de política, y se lo acerco: lo comentamos juntos”. El coach filosófico agregó: “Contra lo que se cree, Mauricio es un tipo absolutamente accesible y sencillo”.
En aquellas reuniones, según rumores, había que fumar marihuana para distenderse, abrir la percepción y permitir que las ideas fluyeran con mayor nitidez. Rozitchner lo niega: “No era condición que se fumara porro para divagar. Seguramente yo estaba fumado, porque soy un consumidor confeso. Tal vez algún otro lo estuviera. Pero ahí no se fumaba”.
En su opinión, el viraje del partido hacia una espiritualidad new age se anclaba en su cauce natural: “La gente de Macri, la que lo rodea, es gente buena onda, gente bienintencionada, y lo espiritual -que por otro lado me gusta mucho, es agradable, y tiene que ver con el espíritu de la época- se condice con lo que propone PRO”.
Aunque no se siente responsable de la espiritualidad PRO, Rozitchner apoya ese universo en su ruptura personal con la tradición filosófica occidental, y con las filosofías de izquierdas en particular: “Yo no tuve nada que ver con la promoción ni creación del evento de 2012, aunque participé, pero que la ciudad se haya jugado para hacer un encuentro como fue lo de la Ciudad del Amor, me parece divertido, abierto, plural. Que Mauricio tenga conversaciones regulares con una budista también me gusta. Creo que es un momento de apertura y que es novedoso que un jefe de Gobierno haga eso. Me atrae”. Ha leído con interés el budismo zen: “Entre el marxismo y la filosofía oriental, me quedo con la filosofía oriental”, comparó. Y remató: “Dentro del plano de la espiritualidad soy defensor total de la literatura de autoayuda, que es filosofía existencial mal comprendida por el universo cultural, que suele comprender muchas otras cosas de mala manera porque están plagados de prejuicios”.
Rozitchner se refiere al universo cultural del mismo modo que Macri habla de la política: como si no formara parte de él. Un mundo ajeno. Quizá por eso, y por su postura consecuentemente provocadora, nos dice: “A mí me interesa mucho más Osho que [Martin] Heidegger, que me parece un pelotudo”.
A comienzos de 2008 se difundió que Michetti, Bergman y algunos directivos de Telefónica de Argentina se habían congregado en un hotel céntrico para meditar. Ese mismo año, Bergman organizó y comandó una Actividad de Promoción de la Meditación en el Salón Dorado de la Legislatura, a la que concurrieron un centenar de personas entre asesores e invitados. El acto contó con el patrocinio de la fundación de Bergman, Argentina Ciudadana, y El Arte de Vivir.
Macri se convirtió al nuevo credo en 2009, cuando el publicista Joaquín Mollá le recomendó que hiciera yoga y meditación para sobrellevar el estrés de la gestión. Desde entonces el jefe de Gobierno -como muchas personas de la clase alta porteña- recibe semanalmente en su casa a una profesora que lo ayuda a relajarse. Según Perfil, en momentos duros Macri había pensado en dejar todo; gracias a la filosofía oriental logró serenarse y encarar sus tareas. Tanto cambió Macri que en las reuniones de Gabinete reemplazó el café y las facturas por jugos y frutas.
Sus asesores de comunicación aprovecharon la oportunidad de mostrarlo en público como una persona comprometida con la espiritualidad del siglo XXI, que agrada al electorado macrista porteño. Había un espacio que ocupar y un target político a fidelizar: en los laboratorios mercadotécnicos de PRO se trabajó la fórmula Macri en forma, tanto física como espiritual […]
La polémica comenzó porque el jefe de Gobierno intentó trasladar sus costumbres al ámbito de las instituciones porteñas y ejecutar presupuesto para solventar prácticas new age. En mayo de 2012, las maestras del Jardín Maternal nº 8, de Bonpland y avenida Córdoba, denunciaron que se las obligó a realizar un curso de meditación y yoga con el fin de “mejorar las relaciones institucionales”. Por la capacitación, que se hizo fuera de su horario, una ONG les cobró 130 pesos a cada una.
El pensamiento y las prácticas de la Era de Acuario cruzan, sin mayor densidad teórica ni consistencia, diferentes discursos y modos de vivir individuales. La new age es hija de la modernidad compleja o modernidad reflexiva, como la define el sociólogo alemán Ulrich Beck: una relación cuidada y sopesada con el yo, una construcción cuidadosa del vínculo entre el individuo y el mundo social. Su discurso se basa en la persona y sus intereses, no en un sentido material (como el primer pensamiento liberal en materia económica) sino en un sentido moral, vital: si cada ser humano está mejor, el mundo entero estará mejor.
Este individualismo radical y espiritualizado conecta con esa parte del universo PRO que surge en el cruce del éxito personal y la iniciativa moral para la construcción de un yo respetable que ayuda a los demás: que se mete en política.
La espiritualidad del yo tiene, en términos del sociólogo Max Weber, una afinidad electiva con el sistema de creencias de PRO.
Las relaciones partidarias y estatales con esta concepción materializan el encuentro entre la celebración del hacer en la gestión y la del bienestar personal.
Además de auspiciar a Palau y al Sri Sri, el Gobierno porteño también financió -se supo en mayo de 2013- cursos de la Iglesia de la Cienciología, condenada en Francia por fraude organizado y denunciada en los Estados Unidos por intimidar a sus miembros, aislarlos de quienes critican el culto y explotarlos laboral o financieramente. Las conferencias, tituladas “La verdad sobre las drogas”, eran gratuitas porque ya habían sido pagadas con el presupuesto de la ciudad […]
Política y espíritu. La relación entre las jerarquías eclesiásticas y los dirigentes políticos ha sido, con muy pocas excepciones, muy estrecha a lo largo de los dos siglos de vida de la Argentina. PRO, lejos de desentonar, se inscribe en esa larga tradición. Pero presenta además algunas aristas novedosas para una fuerza política con vocación de poder que gusta llamarse el único partido argentino del siglo XXI.
Muchos dirigentes de primera línea viven su fe de una forma muy pública y exponen abiertamente sus relaciones con la Iglesia. Este rasgo es bastante común en varias provincias argentinas, donde los vínculos entre gobernadores y obispos exceden lo protocolar, pero en la ciudad de Buenos Aires se trata de una innovación difícil de imaginar hace algunos años.
Las iglesias -sobre todo la católica- han estado siempre presentes en la política porteña. Ahora esa presencia se ha tornado visible de modo deliberado. Años atrás aun los católicos practicantes vivían su fe de manera privada; las invocaciones a Dios, aunque se hicieran con sinceridad, parecían fórmulas más o menos vacías en boca de un político. Desde hace una década ya son varios los que se animan a mostrar, e incluso a publicitar, sus creencias religiosas. PRO ha tenido un papel protagónico en esta transformación.
También resulta novedoso el carácter ecuménico de PRO.
Los líderes políticos argentinos con una perspectiva religiosa se han mostrado en general proclives a no profesar su fe de un modo cerrado o dogmático, porque, en efecto, tenían una visión aperturista o porque no querían perder el voto potencial de las comunidades religiosas diferentes de la propia. En el caso de PRO, la pluralidad se concibe como un rasgo a subrayar: los dirigentes que más publicitan su catolicismo suelen ser los primeros en dar el presente en los actos de otros credos.
En tiempos de “cuentapropismo religioso”, como denomina el especialista en religión Fortunato Mallimaci el predominio de una relación privada con la fe, sin mediación institucional, los políticos religiosos pueden dirigirse a los fieles de modo directo, sin pasar necesariamente por los sacerdotes. PRO, además, establece alianzas espirituales que dan cuenta de que hay, sobre todas las diferencias, un factor de unión: el interés en la supervivencia -y si es posible, en el crecimiento- de la dimensión espiritual en la vida pública.
Estas novedades pueden ser una característica de PRO o el resultado de una transformación social más profunda. La profesión pública de la fe se percibe, además, en otros políticos, como en el caso de Elisa Carrió, que no deja de presentarse engalanada con vistosos rosarios y de invocar la ayuda divina y la voz vaticana.
Además, va creciendo el número de líderes políticos que participan de ceremonias religiosas de un credo distinto al suyo. Sin embargo, en pocos espacios partidarios estos dos aspectos se manifiestan de un modo tan llamativo como en las filas del macrismo.
Si se trata de una estrategia electoral o de un cambio en la forma de establecer las relaciones entre política y religión es algo que, por ahora, sólo conoce dios.
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