Thursday 28 de March, 2024

PERSONAJES | 28-07-2016 17:43

Rubén "Pollo" Sobrero: “Tengo más poder que un diputado”

Polémico, el sindicalista de look llamativo invita a todos los trabajadores a sumarse al paro de trenes.

Hay al menos dos versiones de cómo alguien con nombre de poeta nicaragüense –su documento dice Rubén Darío– acaba convirtiéndose en “el pollo”. Una dice que, cuando se casó por primera vez, un correntino que atendía el restaurante donde almorzaba, le recriminó: “¡Pero cómo te vas a casar, si sos un pollito!”. Comprensible: tenía solo diecinueve años.

El otro mito fundacional del “Pollo” Sobrero es menos romántico. Él lo admite, aunque no sin sonrojarse un poquitín. Cuando las harinas y las grasas hacían estragos en su figura, sus compañeros lo apodarían “cintura de pollo”.

Sea como sea, pocos saben del Rubén Darío. Para la masa es El Pollo. Ese dirigente sindical estrambótico, con sus pelos largos teñidos de un amarillo canario (o amarillo patito) que bien podría justificar, desde lo cromático, el apodo. Cabeza visible –y cómo no ver esa cabeza platinada– del cuerpo de delegados del Ferrocarril Sarmiento es un militante de izquierda. Trotskista, una de esas izquierdas que sólo se ven en centros de estudiantes.

A donde va, llama la atención. Donde su gremio toma acción, “hace lío”, diría Francisco. Es pintoresco. Es un sindicalista rockstar. Y la primera pregunta es inevitable.

Noticias: ¿Qué marca de tintura usa?

Rubén Sobrero: No sé. Cualquiera. La que haya en la peluquería.

Noticias: ¿Cuida mucho su aspecto? ¿Invierte tiempo en armar ese look “descuidado a propósito”?

Sobrero: No, pero me cuido. Tengo 54 años y quiero llegar bien a viejo. Es una cuestión de salud.

Noticias: ¿El pelo largo también es una cuestión de salud?

Sobrero: No. No me gusta el pelo corto. Tengo cara de galleta, si me corto el pelo parezco el Galleta Fernández. Me lo dejo largo para mejorar mi aspecto. Y ojo, no está mal que un hombre se cuide.

Noticias: ¿Sufre el prejuicio machista? Con el pelo largo y platinado, más de un conservador habrá cuestionado sus gustos sexuales.

Sobrero: ¡Y tengo la voz finita! Los muchachos me dicen: “¡Qué te habremos visto para que seas nuestro representante!”.

Noticias: ¿Siempre usó el pelo largo? Hubo un tiempo en que era peligroso.

Sobrero: Sí, siempre. Con los milicos caí preso un par de veces por andar con los pelos largos.

Noticias: ¿Alguna vez lo pelaron en “un coiffeur de seccional”?

Sobrero: No, pero una vez me cortaron los pantalones.

Noticias: ¿¡Los pantalones!?

Sobrero: Sí, en esa época se usaban los pantalones Oxford y te cortaban las botamangas. Era terrible, te levantaban en cualquier “razzia”. La dictadura fue terrible. No solo atacó las conquistas sociales, sino los valores culturales, la moral; atacó todo.

Noticias: ¿Estado civil?

Sobrero: Tuve dos matrimonios y dos convivencias, pero ahora elijo estar felizmente soltero.

Noticias: Con cuatro relaciones en su haber, mal no le ha ido.

Sobrero: Tuve pocas mujeres con mayúscula, pero infinidad de relaciones ocasionales. No las podría ni contar. He tenido mujeres grandiosas que me han ayudado a crecer y con mis hijos porque la militancia roba tiempo a la familia.

Noticias: ¿Cómo es vivir una vida de militante?

Sobrero: Empecé de chico, en la juventud peronista, pero me pasé al trotskismo. Milité en el PST, después fui al MAS. Estaba en la izquierda en plena dictadura.

Noticias: ¿Por qué se alejó del peronismo?

Sobrero: Porque era una etapa de crisis económica mundial y había que elegir un bando. No podés hacer un partido donde peleás por lograr conquistas sociales y están los dueños de las empresas. ¡Y eso es el peronismo! ¡Policlasismo puro!

Noticias: ¿Qué es el peronismo?

Sobrero: Es difícil de responder. Peronista es López Rega, Isabel Perón, Menem, Kirchner, Duhalde, Herminio Iglesias, Massa. ¿Quién es el verdadero peronista? Es una idea que quedó en la cabeza de la gente, surgida en un momento donde había mucha plata, entonces era fácil dar condiciones sociales. Cuando hay plata, la podés repartir. Veníamos de gobiernos ultraliberales que no le daban nada al pueblo y, de golpe, te daban de todo: zapatillas, una bicicleta, una casa. Eso no se borra del imaginario popular tan fácil.

Noticias: ¿El peronismo es un mito? ¿Una construcción social?

Sobrero: Sí. Hoy los únicos que pueden levantar las banderas históricas del peronismo -justicia social, independencia económica y autonomía política- son los partidos de la izquierda. ¿Te imaginás a Scioli hablando de justicia social o a Cristina, que fue la que más le pagó al FMI, de independencia económica?

Noticias: Mucha gente de izquierda se sintió representada por el kirchnerismo. ¿No lo tentó?

Sobrero: El 2001 dejó un agujero grande y entró un presidente al que no lo había votado nadie. Vimos que había un proceso en Latinoamérica de doble discurso para mantener las ganancias de los que sostenían ese discurso. Lo primero que me hizo ruido fue el manejo de los organismos de derechos humanos porque tienen que mantenerse independientes. Cuando empezó a haber negocios, desconfié. ¿Te gusta que bajen un cuadro? ¡Sí, claro! Pero después ves las políticas, donde bajás el cuadro de Videla pero nombrás a Milani, y te dan ganas de gritar: “¿Me están cargando?”. Está genial que tengamos matrimonio igualitario, ¿pero quién maneja la economía?

Noticias: ¿Cómo ve la actualidad política?

Sobrero: Tenemos un sistema mal llamado “democrático”, que lo

único que logró son desigualdades y corrupción. El sistema lo avaló. ¿Cómo puede ser que Menem, que estuvo preso –poquito y con domiciliaria en la quinta de Gostanián– pueda presentarse a un cargo electivo? ¿Cómo puede ser que, con los hechos de corrupción que hubo en los últimos 30 años, nadie haya ido preso? Las cárceles están llenas de pibes chorros, pero no van presos los que realmente afanan. Todo esto prueba que el sistema no funciona.

Noticias: ¿Cuál es la respuesta?

Sobrero: Un sistema socialista. Una democracia donde las riquezas sean repartidas, donde igualdad de condiciones signifique eso.

Noticias: ¿Está preparada la izquierda para ser gobierno?

Sobrero: Hoy vivimos en un país que nos da a elegir entre una derecha boba –que te despide, te aumenta la luz, opina que un trabajador no puede tener un buen celular– y un grupo que dio reivindicaciones sociales pero se afanó todo. Con la que se robaron, en vez de planes podrían haber dado trabajo. Nos merecemos algo mejor. Y los únicos que no han gobernado el país fueron los partidos de izquierda. Tenemos gente que, por honestidad intelectual y sacrificio militante, es una alternativa real.

Noticias: “Los sindicalistas no trabajan”. ¿Verdad o mito? ¿Usted trabaja?

Sobrero: En el sindicato entro a las ocho y me voy a las once de la noche. Sábados y domingos también.

Noticias: ¿En qué momento dejó el “trabajo real” para ser sindicalista?

Sobrero: De joven, cuando laburaba en Siam Di Tella, donde era tornero. Después, en Entel –instalaba teléfonos– aprendí cosas que aún llevo adelante. Ahí pasamos por una privatización, vimos dirigentes combativos aplaudiendo a María Julia; lo vi al papá de Triaca –no es personal con su hijo, pero fue así– mirar a otro lado cuando desaparecían los compañeros de su gremio. Él fue parte de la CGT dialoguista con los militares.

Noticias: ¿Cómo llegó a los ferrocarriles?

Sobrero: Cuando me echaron de Entel, estuve un año y medio desocupado haciendo trabajos de contratistas. No me da vergüenza decirlo: me cagué mucho de hambre. En esa época, planifiqué para dónde quería ir en mi vida. Quería darme a la política, pero haciendo algo que me guste. Decidí que iba a ser periodista o ferroviario y volqué mi esfuerzo en conseguir trabajo en los dos rubros. Terminé de ferroviario porque conseguí laburo ahí primero. Si Fontevecchia me hubiera tomado, quizás estaría laburando en Perfil (ríe).

Noticias: ¿Qué trabajo hacía en el ferrocarril?

Sobrero: Soy técnico en telecomunicaciones, arreglaba teléfonos.

Noticias: ¿Hoy vive bien? ¿Tiene casa?

Sobrero: Sí. Mi viejo me ayudó a comprarme la casa porque no llegaba.

Noticias: No se hizo rico, siendo sindicalista.

Sobrero: Los dirigentes gremiales, más que gremialistas parecen empresarios. Viven de una manera distinta de los trabajadores. No me hice rico, no me interesa.

Noticias: ¿Qué le interesa?

Sobrero: Que mis compañeros estén cada día mejor.

Noticias: ¿Pero por qué se da esa disociación entre cómo vive el gremialista y el trabajador representado?

Sobrero: Porque son un eslabón más del sistema, que está hecho para sostener a estos dirigentes gremiales porque, si los sindicatos realmente estuvieran representados por los mejores delegados y activistas, el costo laboral sería mucho más alto. Eso a los empresarios no les gusta.

Noticias: Muchos gremios –camioneros, ferroviarios, subtes– son criticados porque ganan bien y de todos modos van al paro, inclusive afectando a otros trabajadores con los cortes de servicios. ¿Un descargo?

Sobrero: Cuando paro el ferrocarril, muchos me dicen: “Vos, que ganás veinte lucas” –porque gano eso– “estás dejando sin viajar a un tipo que gana tres lucas”. Les podría contestar que ese tipo, se acople al paro para ganar más. Pero, para no ser tan hiriente, no lo digo. Igual, hay un concepto muy gorila de que el que gana bien no tiene derecho a protestar.

Noticias: ¿Se postularía para un cargo electivo? ¿Sería, por ejemplo, diputado?

Sobrero: ¿Diputado? ¿Por qué ir a menos? Como gremialista, tengo más poder que un diputado. Cuando Randazzo mandó al Congreso la mal llamada ley de re-estatización del ferrocarril, discutí el proyecto en la comisión. Hablaba y, del FPV, uno sólo me escuchaba, y eran como veinte. Los demás estaban leyendo el diario, jugando al Tetris. Me sentí un pelotudo. Tengo más poder en la calle y mi relación con los laburantes es más directa. Si la izquierda fuera una fuerza mayoritaria que puede discutir de igual a igual, sería otra cosa. Pero así, en el Parlamento, sos parte del sistema. Yo, en cambio, te paralizo el país.

Diego Gualda

@diegogualda

Fotos: Juan Ferrari

por Diego Gualda

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