El falso conde Bruno Barbier se casará el próximo sábado 17 en el pomposo Museo Rodin, de París. Entre los varios invitados argentinos,figura su ex pareja y madre de su única hija, Juliana Awada, junto con Mauricio Macri, quien no se hará presente. “Por cuestiones de agenda y del lugar donde se realiza es prácticamente imposible que vaya”, revelaron a NOTICIAS desde el entorno del mandatario.
Sin embargo, del lado de la primera dama el panorama no es tan claro. Fuentes gubernamentales aseguraron que aún no estaba decidido si Juliana viajaría y se negaron a dar mayores explicaciones. Consultados acerca de la presencia o no de Valentina, la hija en común de ambos, se abstuvieron de responder aduciendo que se trataba de una menor y que no deseaban exponerla.
Claro que además del matrimonio presidencial, el futuro matrimonio convocó a otras personalidades nacionales. El principal rival de Macri en las elecciones presidenciales de 2015, Daniel Scioli, también fue invitado junto con Karina Rabolini. Ambos ya avisaron que no irán. A la lista de compatriotas se suman el clan Roemmers, el clan Saguier y hasta Teresa Frías. La única presencia confirmada, hasta el momento, es la de Marcela Tinayre junto con su hija Juana Viale y la pequeña Ámbar.
Cuento de hadas
Mientras varios de los invitados por Barbier se bajan del evento, no se puede decir lo mismo de la novia. Charlotte Barbotin-Larrieu, nacida y criada en París, contará con la presencia de su familia que sigue viviendo en la capital francesa. “Es una divina y se nota que lo quiere”, confió una allegada a Barbier, sobre la joven que una vez casada se radicará con su esposo en el Principado de Mónaco, el mismo lugar donde se conocieron y comenzaron su historia de amor.
Barbotin-Larrieu se trasladó momentáneamente a Montecarlo en 2014, ya que realizó un Máster en Administración de Negocios en la Universidad Internacional de Mónaco. Se graduó en 2015, como mejor promedio de su cursada, cuando la relación con Barbier recién estaba comenzando.
En 2009, había trabajado en Casablanca (Marruecos) como asistente de relaciones públicas de la consultora Par3com. Después de eso, se desempeñó en negocios de alta gama. Trabajó para las marcas Louis Vuitton, en Nueva York, y Prada, en París, donde estuvo a cargo del equipo de venta de carteras y accesorios.
Interesada y especializada en la comercialización de artículos de lujo, ella misma reconoció que afincarse en Mónaco es muy importante para su carrera ya que allí existe una gran demanda de este tipo de productos. “Quiero crecer en mi carrera”, declaró la joven que será esposa de uno de los integrantes de una de las familias más ricas de Bélgica, con una fortuna que, según estiman especialistas,supera los 300 millones de euros.
“Cuando la conocí, un poquito (sic) me hizo a acordar a Juliana. No a nivel físico, sino en el estilo. Sus modos y forma de comportarse”, comentó entre risas una amiga de Barbier. Charlotte, al igual que Juliana en su momento, pertenece a la clase media alta y cayó rendida a los encantos del falso conde. Barbotin-Larrieu también generó buena sintonía con Valentina, tanto, que la pequeña se hospedó con ellos en la casa de Barbier en Barrio Parque, cuando la pareja estuvo en Argentina.
“El lujo es una pieza de arte que te podés llevar a tu casa”, comentó Charlotte en una entrevista. Ella procuró llevarse a un multimillonario que garantice esa posibilidad. Y nada mejor para demostrarlo que con una boda por todo lo alto en uno de los lugares más tradicionales de París, aunque varios argentinos opten por perdérsela.
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