Darío Lopérfido habla con entusiasmo de su retorno a Berlín, ciudad que ama, para ocuparse de la agregaduría cultural de la embajada argentina y de una representación ante la Unión Europea. Hace pocos renunció a la dirección artística del Teatro Colón y seis meses atrás, hizo lo mismo con el Ministerio de Cultura porteño.
Cuando todos esperaban, sobre la base de su experiencia en la materia, una trayectoria interesante en ese cargo, el ministro fracasó a poco de ponerse en marcha. Un mes después de asumir, en una charla en Pinamar con el jefe de redacción de NOTICIAS, Edi Zunino y Luis Majul, puso en cuestión la cifra de 30.000 desaparecidos y planteó que “el número se arregló en una mesa cerrada”.
La polémica y los escraches no se hicieron esperar. Sus dichos, de los que nunca se retractó ni disculpó, avivaron la hoguera de la grieta. El detonante final fue su pelea con los actores. Lopérfido expresó que el plan que impulsó las producciones de TV en el período K fue "el mayor fraude de la historia audiovisual argentina". Parte de ese fraude, según el ex ministro, consistía en comprar voluntades. Los actores pidieron su renuncia. Hernán Lombardi, su antecesor en el cargo, fue muy claro cuando se le consultó sobre el tema: “No podés gestionar si tenés todo el sector con una mala relación”.
El chico “sushi” que había abandonado la Argentina envuelto en el descrédito de los De la Rúa y retornado por la puerta grande a la arena política, casado con Esmeralda Mitre, volvía a enemistarse con una parte importante del electorado.
El mexicano Enrique Diemecke, director de la Filarmónica, lo reemplazará en el Colón y María Victoria Alcaraz, una funcionaria con larga experiencia en la gestión pública, que antes dirigió el Centro Cultural San Martín, seguirá a cargo de la operatoria general del teatro.
Junto a NOTICIAS, el ex funcionario aceptó repasar algunos puntos polémicos de su gestion en la Ciudad y el Colón. Aquí, los principales momentos de la charla.
Noticias: Una de las decisiones que le objetaron como ministro fue la elección de Telerman como director del Complejo Teatral Buenos Aires.
Darío Lopérfido: Me equivoqué. En ese momento pensé que el peronismo estaba muy crispado y me pareció que era dar una muestra de amplitud intelectual. Pero su gestión no está descollando. Los principales teatros, el San Martín y el Alvear, están cerrados. Él, además, no tendría que haber anunciado la reapertura del San Martín para marzo, porque depende de una obra muy compleja.
Noticias: ¿Quiénes son sus amigos en Cambiemos?
Lopérfido: Avelluto, Lombardi, Andrés Ibarra -ministro de Modernización de la Nación-. Pasé Año Nuevo con él. Nos tenemos cariño y respeto con Marcos Peña y con Fernando de Andreis. Soy muy amigo de Lilita, la voy a ver este fin de semana. Es como de la familia. Ella pasa las vacaciones en Punta del Este en la casa de mi suegra (Blanca Isabel Álvarez de Toledo, primera mujer de Bartolomé Mitre) y estuvimos en muchas vacaciones juntos. Entre los radicales, Gerardo Morales, “Coti” Nosiglia, Marcelo Stubrin. Pero yo no dedico mi vida a cultivar mis amistades dentro de la política.
Noticias: ¿La programación del teatro para el 2017 se mantiene?
Lopérfido: Sí, claro. Incluso hay acuerdo cerrados para 2018, por ejemplo, Plácido Domingo, que vendrá a cantar “Simón Boccanegra”.
Noticias: ¿Por qué se fue Maximiliano Guerra?
Lopérfido: No se fue. Aprovecharon que yo me iba y lo echaron de una manera que no estuvo bien. Se enteró por la tele. Maxi es un gran tipo. Pero tuvo un problema. No se puede ser el director del ballet del Colón y estar en un espectáculo en la calle Corrientes con Moria Casán. Estoy contento de que ingrese Paloma Herrera.
Noticias: Julio Bocca criticó que el ballet tenía poco espacio en la programación del Colón.
Lopérfido: Julio tiene un problema. Le dicen cosas y él las repite. El es director del ballet del Sodre (institución cultural uruguaya). El Sodre no hace ópera. En el Colón hay 10 óperas por año. El ballet me encanta, pero el abonado de fierro del Colón, es el de la ópera.
Noticias: ¿Se va triste?
Lopérfido: No, porque para un tipo al que le gusta la música, Berlín y Viena son Disneylandia. Además estoy muy agradecido con Mauricio y Horacio porque me dieron una oportunidad. Gracias a ellos entré en una “liga” en la que no estaba. El embajador argentino en Alemania, Luis María Kreckler, me preguntó: “¿me recomendás a alguien que pueda manejar el área de Cultura?”. Y le contesté: “yo”. Kreckler se sorprendió y me dijo que era como si le pidiera a Messi que le recomendara un jugador y Messi se ofreciera a jugar.
por Adriana Lorusso
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