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OPINIóN | 13-03-2017 17:19

Polémica sobre Montoneros: Perón salvó a Firmenich

El historiador Facundo Giampaolo entiende que el líder montonero habría recibido la protección del General, en contra de lo que afirmó Marcelo Larraquy en NOTICIAS.

Si Perón creó la Triple A, como muchos afirman, ¿por qué le salvó la vida a Mario Firmenich? Aquí cuento la historia del día en que el General liberó al líder montonero, tal como me la transmitió el mismo Firmenich durante una visita que le hice en España.

Corrían los últimos días del verano de 1974, Juan Domingo Perón gobernaba nuevamente la Argentina, después de 18 años de exilio. La lucha entre la ortodoxia y la izquierda Peronista, cuyo máximo exponente era Mario Firmenich -el "Pepe"-, ardía. Lo buscaban para asesinarlo policías militares del gobierno anterior y antiperonistas que querían vengar la muerte de Pedro Aramburu.

Por casualidad, el líder montonero cayó detenido en un control policial por portar documentos falsos. Era un 18 de marzo. Desde el control, lo llevaron detenido a la comisarìa de Villa Martelli, junto a los militantes Ana María Pardo y Rodolfo Germano. Los tres quedaron a disposición del juez Weschler.

Firmenich todavía recordaba, cuarenta años después, la bronca que le agarró cuando iban en el patrullero: “No me atrapó Onganía, Levingston ni el gorila de Lanusse. Y me atrapan dos pinches que van a torturarme y fusilarme”, eso pensó en ese momento.

Su enemigo declarado, el comisario Alberto Villar (subjefe de la Policía, aliado de López Rega) lo tenía en sus manos, pero se le había escapado un detalle. Firmenich tenía que encontrarse con otros militantes en la zona de Del Viso cuando lo detuvieron y estos, al percatarse de que no llegaba, avisaron por teléfono al resto de la conducción. La cúpula de Montoneros hizo una reunión urgente y llegaron a la conclusión de que la única manera de salvarle la vida, era notificar al Presidente de la República de lo que estaba sucediendo.

Los dirigentes Juan Pablo Ventura de la Juventud Universitaria Peronista, Enrique Greco de la Juventud Trabajadora Peronista y Dante Gullo de la Juventud Peronista fueron designados para ir a la Casa Rosada. Allí, fueron recibidos por el secretario militar, el coronel Vicente Damasco. En cuanto los escuchó, salió corriendo a informar a Juan Esquer, jefe de la custodia del Presidente. En ese momento, Perón estaba entregando viviendas sociales en Villa Saldías.

Esquer le susurró al oído la noticia y el General le pidió que convocara con urgencia a una reunión a Benito Llambí, ministro del Interior y al general Miguel Ángel Iñíguez, jefe de Policía. Una vez frente a ellos, les advirtió que “a ese chico no puede sucederle absolutamente nada”.

Llambí lo tranquilizó. Le aseguró que Firmenich estaba vivo en una comisarìa de Vicente López. Perón le ordenó al jefe de Policía que se ocupara de su integridad fìsica y le avisara a la J.P. dónde estaba, “para que no hagan macanas”.

Cuenta el líder montonero que Iñiguez llegó desesperado a la comisaria de Villa Martelli. Alzando la voz invocó el nombre de Perón y dijo: “a este chico hay que mantenerlo sano y salvo”. La gente de la dependencia lo llevó al calabozo del “Pepe”. “Vengo por orden del General para garantizarle su vida”, le dijo y lo hizo trasladar a una pequeña oficina.

Allí, charlaron, tomaron mate, discutieron de política  y economía hasta que sonó el teléfono. Era el Ministro Llambí que estaba con el general, preocupado. Perón pidió hablar con Firmenich.

-¿Cómo está, mi hijo?- le preguntó.

-Bien, gracias a usted- respondió Firmenich.

-Me alegro, mándele saludos a su familia y a los compañeros.

Al salir de la comisaría, un centenar de periodistas los esperaban. El líder montonero dijo que iba luchar por la Unidad del Movimiento Peronista. Todos se fueron cantando la Marcha.

*Historiador. Vicepresidente de la Juventud Peronista.

por Facundo Giampaolo*

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