En 2017, seis de cada diez argentinos no estaba dispuesto a tolerar ningún hecho de corrupción. Pero doce meses después, son sólo cuatro los que quedaron en esa postura intransigente.
A cambio de revertir la inseguridad y mejorar los índices de inflación y la calidad de vida, cada vez son más quienes se muestran tolerantes ante hechos corruptos. En la tendencia se da sobre todo en los sectores populares, entre los jóvenes (de entre 16 y 34 años), y mayoritariamente en los hombres.
Los datos pertenecen al "Monitor anual de corrupción y solidaridad", de las encuestadoras de BDO y Taquion. Fueron relevados entre el 5 y el 11 de noviembre en base a 755 casos del AMBA.
"La tolerancia a la corrupción se ha incrementado notoria y preocupantemente", informaron los realizadores Carlos Rozen y Sergio Doval en las conclusiones de trabajo. Además, precisaron que "la tolerancia a aceptar un gobierno corrupto pero que mejore las condiciones de vida se condice más con personas pertenecientes al nivel socioeconómico bajo".
Entre los encuestados, las mujeres demostraron tener menos tolerancia a la corrupción. Esta situación, "la coloca en una posición
muy interesante en momentos donde la 'diversidad e inclusión' y la 'igualdad de oportunidades' se muestran como tendencias tanto irreversibles como necesarias", concluye el trabajo.
Héroes. El "Monitor anual de corrupción y solidaridad" 2018 concluye que "los argentinos nos auto percibimos como correctos, inocentes y heroicos", pero "consideramos que el resto de la población, es todo lo contrario".
Un ejemplo de eso se puede ver en el ítem "Supongamos que puede tomar un monto interesante de dinero de la bóveda de un banco con la certeza de que nadie se enterara. ¿Qué cree que haría la mayoría de la gente? ¿Y usted?". El 79% asegura que no tomaría el dinero, pero cree que 82% de la población sí lo haría.
En tanto, el ranking de las instituciones más corruptas (de acuerdo a la percepción), quedó liderado por la Justicia, que tuvo un crecimiento del 14% respecto al año pasado. Le siguen los sindicatos, la Policía y el Congreso de la Nación.
Pero las empresas dieron el mayor salto de desprestigio respecto a 2017: su percepción de corrupción pasó de 53 a 70%, salpicadas por la causa de los cuadernos.
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